
El verano es sinónimo de playa y descanso para muchos peruanos, pero también conlleva riesgos que, si no se previenen adecuadamente, pueden arruinar la temporada. Las quemaduras solares, las piscinas insalubres y las playas con aguas contaminadas son solo algunos de los peligros a los que se enfrentan los ciudadanos. El Comercio conversó con expertos en salud, quienes compartieron recomendaciones para protegerse de estos riesgos.
En primer lugar, durante el verano, los menores están más expuestos al sol debido a que realizan diversas actividades al aire libre, lo que pone en riesgo su salud si no siguen las medidas de protección solar adecuadas.
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El Instituto Nacional de Salud del Niño (INSN) alerta que, hasta la fecha, ya se han registrado casos de quemaduras solares en 50 pacientes solo en enero. Rosalía Ballona Chambergo, jefa del Servicio de Dermatología de este centro pediátrico, explicó que los daños causados por la radiación solar son acumulativos e irreversibles. Además, señaló que el 80% de la radiación solar que recibimos a lo largo de nuestra vida se concentra antes de los 18 años.

La especialista recomendó que los bebés menores de seis meses no deben ser expuestos bajo ninguna circunstancia a los rayos solares (UV), ya que su piel es delgada y carece de la capacidad de defenderse de la radiación. Esto hace que los bebés sufran quemaduras rápidamente. También hizo hincapié en la importancia de aplicar hábitos adecuados de protección solar en niños y adolescentes, como permanecer siempre a la sombra y usar sombreros de ala ancha hechos de materiales no sintéticos.
Ballona también mencionó la necesidad de utilizar lentes con protección contra la radiación ultravioleta y lunas de policarbonato, que son resistentes a los impactos. Asimismo, recomendó usar ropa de colores no tan claros y aplicar bloqueador solar, que se debe comenzar a usar a partir de los seis meses de edad. La doctora del INSN subrayó que la vitamina D, fundamental para el crecimiento de los niños, se produce en la piel con la ayuda de la radiación solar. “Es necesario exponerse al sol en cantidades mínimas, preferiblemente en horas de la tarde, y complementar con suplementos de vitamina D en la dieta”, explicó.
En una entrevista con El Comercio, Lucía Bobbio, dermatóloga del Hospital Nacional Dos de Mayo, explicó que las quemaduras solares se producen por la sobreexposición al sol. “Nos exponemos al sol más de lo que nuestra piel puede tolerar, y cuando superamos ese límite, la piel se inflama y se pone roja. La inflamación ocurre entre 4 y 6 horas después de la exposición. Ese enrojecimiento puede durar hasta 72 horas. A largo plazo, las quemaduras solares pueden causar alteraciones. Si la exposición al sol es acumulativa con el tiempo, por ejemplo, si una persona sufre dos quemaduras solares al año durante una década, aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de piel”, señaló.

Respecto a las medidas más efectivas para prevenir las quemaduras solares, mencionó que es importante evitar la exposición al sol durante las horas de mayor intensidad, entre las 10 a. m. y las 3 p. m. Además, recomendó usar ropa de colores claros y que no sea muy transparente, así como sombreros que protejan el rostro, las orejas y el cuello. “Es necesario aplicar fotoprotectores media hora antes de exponerse al sol y reaplicarlos cada dos o tres horas”, agregó.
En caso de sufrir una quemadura solar, Bobbio aconsejó aplicar paños de agua fría. “Es importante no usar hielo, porque podría causar más daño. También se puede sumergir el cuerpo en tinas de agua, aplicar cremas hidratantes o geles que contengan aloe vera, y usar hidrocortisona en crema para las zonas más rojizas; este producto se puede conseguir en farmacias. Finalmente, si hay dolor, se pueden tomar analgésicos. Por otro lado, es fundamental consumir dos litros de agua al día y mantener una dieta saludable. Los niños son los más vulnerables, por lo que hay que tener muy en cuenta estas recomendaciones”, añadió.
El doctor Juan Lazarte, dermatólogo y expresidente de la Sociedad Peruana de Dermatología, informó a El Comercio que las quemaduras solares siempre han sido un problema durante la temporada veraniega en Perú y en muchas partes del mundo. "Los bebés menores de seis meses no deben ser expuestos a la luz solar, ya que aún no tienen un mecanismo de defensa desarrollado (...). Las quemaduras cicatrizadas, años después, pueden generar lesiones malignas, por lo que se debe acudir inmediatamente al dermatólogo. Además, algunas mujeres gestantes aplican bloqueador solar en sus pancitas, pero esas partículas pueden atravesar la barrera placentaria y llegar al feto, por lo que deben utilizar bloqueadores específicos recomendados por dermatólogos", señaló.
Control y supervisión de playas y piscinas
A inicios de 2025, la Dirección General de Salud Ambiental (Digesa) del Ministerio de Salud (Minsa) evaluó más de cien playas a lo largo del litoral peruano y detectó que el 58% de ellas no eran aptas para los bañistas.

Durante la segunda semana de enero se realizaron 175 inspecciones, de las cuales 102 no cumplieron con los estándares adecuados y fueron catalogadas como “no saludables”. Carlos Collantes, biólogo y miembro del equipo técnico del Área de Playas y Piscinas de la Digesa, explicó que “se evalúa la calidad de limpieza de la playa, observando la presencia de residuos sólidos en la arena o en las piedras, así como la disponibilidad de tachos para la disposición final de la basura. Además, se revisa la presencia de servicios higiénicos y la calidad microbiológica del agua”.
Un equipo de Digesa tomó una muestra de aproximadamente 500 mililitros de agua del mar para analizarla en busca de un grupo de bacterias llamadas termotolerantes, que son un indicador de la calidad del agua. “El aumento de estas bacterias en algunas zonas podría ser causado por los residuos eliminados en las ciudades que terminan en el mar, o por una inadecuada disposición de aguas residuales y alcantarillado”, agregó Collantes.
Por otro lado, en relación con las piscinas, Digesa ha brindado recomendaciones para que las personas puedan identificar cuáles están calificadas como saludables y cuáles no. “Dentro de los lineamientos de política del ministro de Salud, César Vásquez, tenemos la obligación de supervisar los espacios donde las personas interactúan. En este caso, las piscinas son lugares de recreación y deben garantizar condiciones saludables”, afirmó Henry Rebaza Iparraguirre, director de Digesa.

Explicó que una piscina saludable debe cumplir con cuatro requisitos. El primero es que esté limpia y adecuadamente clorada, ya que el cloro previene la proliferación de bacterias, hongos y virus que causan enfermedades como conjuntivitis, dermatitis, problemas gastrointestinales y hongos. El segundo requisito es que el entorno de la piscina esté limpio y seguro. El tercero es que la piscina cuente con los materiales y equipos necesarios para mantener la limpieza. Y el cuarto es que la normativa vigente esté aprobada.
“En el país existen más de 2.400 piscinas, de las cuales el 60% se consideran saludables. La supervisión de estas piscinas es descentralizada; en Lima la realizan las Diris, y a nivel nacional, las Diresa y Geresa son responsables de verificar estos cuatro criterios”, explicó.
Según información de Promart y Maestro Perú, mantener el agua de la piscina limpia es fundamental no solo para preservar su estética, sino también para garantizar la salud de los bañistas. Nadar en agua sucia puede ocasionar irritaciones o infecciones en la piel, ojos y vías respiratorias debido a la presencia de cloraminas, que son productos químicos generados por la interacción entre el cloro y los contaminantes que los nadadores introducen en el agua. Para evitar estas complicaciones, es crucial implementar rutinas regulares de limpieza y desinfección.

Una de las claves para mantener el agua cristalina es realizar una limpieza adecuada de la piscina, comenzando por eliminar los residuos sólidos, como hojas y materia orgánica, utilizando un recogedor de hojas. Este paso es esencial antes de aplicar cualquier producto desinfectante, ya que previene que los químicos interactúen con impurezas innecesarias. Además, es importante mantener la arena del filtro limpia mediante una limpieza y desinfección profunda al menos una vez al año. Este mantenimiento asegura el buen funcionamiento del sistema de filtrado y evita la acumulación de contaminantes, garantizando que el agua se mantenga limpia y libre de partículas no deseadas.
El uso de productos como el cloro en pastillas o en forma granular es eficaz, pero es necesario medir los niveles de cloro con un medidor adecuado, asegurando que se mantengan en un rango de entre 0,5 y 1,0 ppm para una desinfección óptima. Asimismo, el control del pH del agua es esencial, ya que un pH equilibrado entre 7,2 y 7,6 previene irritaciones en la piel y los ojos, y favorece la durabilidad del equipo y la limpieza del agua. Siguiendo estos pasos, como el cepillado regular de las paredes y el uso de un limpiafondos para eliminar impurezas del fondo, la piscina se mantendrá limpia, saludable y lista para disfrutarla en todo momento.
Pronunciamiento del Ministerio de Salud
La Dirección General de Salud Ambiental e Inocuidad Alimentaria (Digesa) informó a El Comercio que existen dos formas de identificar si una playa tiene la calificación de no saludable. La primera opción es verificar la información a través de la página web “Verano Saludable” (https://veranosaludable.minsa.gob.pe/). La segunda opción es directamente en la playa, buscando el banderín correspondiente: azul, que indica que la playa es saludable, o rojo, que señala que la playa no cumple con los criterios de evaluación, lo que significa que no es saludable.
"Lo ideal es evitar visitar playas no saludables, ya que esto incrementa el riesgo de contraer infecciones gastrointestinales, oculares, cutáneas, entre otras", señaló. En cuanto a las piscinas, agregó que, como usuario, es fundamental identificar si una piscina es saludable utilizando la página web “Verano Saludable”. Además, otra forma de verificar la calificación es observar, al ingresar al establecimiento o en una zona visible, la presencia de un sticker que indique que la piscina es saludable.











