(Foto: Eduardo Cavero/ El Comercio)
(Foto: Eduardo Cavero/ El Comercio)
Oscar Paz Campuzano

Las redes de trata de mujeres con fines de explotación sexual han encontrado en la migración venezolana una oportunidad para extender sus tentáculos.

No hay precisión sobre el número de chicas secuestradas y obligadas a prostituirse en la capital, pero los testimonios, denuncias y operaciones policiales están evidenciando que no son casos aislados, sino más bien un problema que se desborda.

En Los Olivos, agentes de la División de Secuestros de la Policía rescataron hace una semana a cuatro venezolanas de 16 y 17 años que eran obligadas a prostituirse, por lo menos, con cinco hombres al día.

Sus compatriotas Heinyareli Flores García (18)y su novio, Brandon Sandía Martínez (19), las contactaron a inicios del 2018 en Colombia, a donde ellas había migrado para escapar de la crisis. Les prometieron trabajo estable en oficinas administrativas de empresas, pero la verdad era otra.

Una vez en Lima fueron secuestradas y encerradas en el octavo piso de un edificio en Los Olivos y solo salían vigiladas hacia los hoteles donde los clientes esperaban. Una vecina alertó a la policía y se logró la captura de los tratantes y la liberación de las menores.

—Más casos—
La ONG Unión Venezolana en Perú, que apoya en nuestro país a los desplazados por la crisis, recibe entre 5 y 10 denuncias semanales de jóvenes víctimas forzadas al meretricio en el país.

“ Hemos venido investigando y detectando que hay mafias locales que actúan en complicidad con venezolanos para captar a jóvenes. Incluso las traen desde Venezuela. Les ofrecen trabajo, les pagan el pasaje, les quitan sus documentos y luego las obligan a prostituirse para pagar una deuda que nunca termina”, denuncia el ex diputado venezolano Óscar Pérez, quien dirige la citada organización.

35% de venezolanos que llegan a Lima son mujeres. La mayoría tiene entre 18 y 29 años.

Pérez cuenta haber intercedido él mismo para la liberación de varias de sus compatriotas. En noviembre del 2017, siete venezolanas de 24 y 25 años lo citaron en un centro comercial para pedirle ayuda. Él se contactó telefónicamente con el venezolano que las obligaba a ejercer el meretricio. Con su intervención, fueron liberadas.

Este caso –como otros atendidos por este organismo no gubernamental– no llegó a la policía por el temor de las jóvenes. Tras la pesadilla, ellas tomaron el camino de vuelta a Venezuela.
La ONG Capital Humano Social Alternativo (CHS) tiene un reporte de 67 víctimas extranjeras de trata en los últimos seis meses en el Perú, cuyos casos se difundieron en los medios de comunicación. La mayoría son venezolanas (23). Hay también colombianas (20), ecuatorianas (19) y bolivianas (5).

–Estrategia de captación–
El ex viceministro de Seguridad Pública Ricardo Valdés, que dirige CHS Alternativo, nota un incremento exponencial de los casos de trata de venezolanas y para ello las mafias están ofreciendo ya no solo un trabajo bien remunerado, sino también traer a sus familiares desde Venezuela.

Esa fue la coartada que usó un grupo de tratantes para llevar desde Lima hasta Madre de Dios a tres jóvenes este año. Por suerte, la policía las encontró a medio camino, en Cusco, antes de que comenzaran a prostituirlas. Ellas no tenían ni idea de lo que les esperaba en la selva.

Estas mafias llegan a tal grado de violencia que amenazan a sus víctimas con hacer daño a sus familias en Venezuela. “Unas chicas que liberamos de un departamento en La Molina contaron que les mostraban fotos del frontis de sus casas en Venezuela, con el fin de que no hablen”, contó Pérez.

El coronel José Capa, jefe de la División contra Trata de la PNP, dijo que hay varios casos en investigación y están bajo reserva. Hay agentes especializados –contó el oficial– que están rastreando a las organizaciones delictivas en Facebook y WhatsApp, donde estos criminales están publicando anuncios de trabajo que en realidad son la puerta a un infierno.

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