Las prendas policiales adquiridas por El Comercio serán entregadas a la PNP para que realice las investigaciones (El Comercio/César Campos)
Las prendas policiales adquiridas por El Comercio serán entregadas a la PNP para que realice las investigaciones (El Comercio/César Campos)
/ Cesar Campos
Oscar Paz Campuzano

Cualquier civil –y eso incluye a delincuentes– podría conseguir sin mucho esfuerzo y dinero una o varias prendas del respetable uniforme de la Policía Nacional del Perú (PNP). Me bastaron diez minutos y S/133 para conseguir uno. No presenté ninguna identificación y les aclaré a los vendedores que no era policía. Aun diciendo todo esto, lo conseguí. Así de fácil debió ser para los dos sujetos que esta semana cayeron en Lima vestidos de agentes del orden.

La Av. Francisco Pizarro, en el distrito del Rímac, es desde hace más de 15 años un emporio especializado en la venta de uniformes policiales y militares con más de 70 tiendas y galerías donde funcionan pequeños stands. Son tres cuadras dedicadas al rubro. Policías y militares llegan todos los días a adquirir sus prendas y accesorios que el Estado no les compra ni renueva.

Entre el martes y miércoles de esta semana, me acerqué a diez locales. El objetivo: comprar una casaca verde con cintas reflexivas que usan los agentes de comisarías y tránsito, y también una gorra de faena bordada en la visera con dos laureles, símbolo usado por oficiales subalternos (alférez, teniente y capitán).

En cuatro locales nos exigieron identificación policial. Inventé tener un hermano policía y en estas cuatro tiendas respondieron que para comprar el uniforme debería tener el carnet. No había otra forma. Pero en los otros seis locales la respuesta fue más flexible, por decirlo de alguna forma.

“¿No importa si no tengo el carnet de mi hermano?”, pregunté. “Normal, normal”, respondían. Insistí diciendo que en otros locales no quisieron venderme la casaca sin carnet y recibí la misma respuesta: “Normal, normal”. Es tan normal que, efectivamente, pudimos comprar la casaca por S/110 y la gorra por S/23. Rokor Táctical Gear es el nombre de la empresa que me vendió las prendas policiales. La vendedora es una joven, de nacionalidad venezolana, que no es nueva en el negocio: lleva tres meses trabajando ahí, tiempo en que debió acostumbrarse a tratar con policías, según contó.

En los otros cinco locales que ofrecieron venderme la casaca sin la identificación del supuesto hermano policía, no compramos, pero las vendedoras de cada stand dejaron en claro que el carnet no era necesario. “Normal, normal”, decían. Eran pequeños puestos dentro de galerías sin nombre.

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CESAR CAMPOS
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(Foto: El Comercio/César Campos)
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–Pasa todo el tiempo–

“Todo el tiempo llegan personas a querer comprar uniformes de policías sin ninguna identificación. Cuando decimos que no podemos venderles así, ellos se enojan, se van y compran en los pequeños puestos dentro de las galerías”, contó esta semana una mujer que vende uniformes de la PNP hace más de cinco años y pidió no revelar su nombre ni el de su negocio.

Según esta comerciante, en la Av. Francisco Pizarro hay reuniones periódicas de los propietarios de las tiendas en las que acuerdan exigir la identificación policial antes de vender los uniformes. Pero lo que pasa –explicó– es que, a diferencia de hace 15 años, ahora hay muchas tiendas y la competencia es fuerte. Eso hace que algunos vendan estas prendas como quien vende un disfraz. “Hasta venezolanos vienen preguntando si pueden comprar. Lo quieren como recuerdo, dicen. O llegan chicas diciendo que el uniforme es para sus enamorados. Les decimos que no. Luego, los vemos pasar con bolsas”, contó.

En el 2004, en medio de la polémica por el uso del uniforme militar por etnocaceristas, el Ministerio de Defensa aprobó la Resolución Suprema N° 226-2004-DE-SG, que modificó un párrafo del Reglamento del Servicio en Guarnición para las Fuerzas Armadas y la PNP. Con este cambio se prohibió usar el uniforme o prendas policiales o militares sin autorización. Sin embargo, la resolución no menciona que esté prohibido comprar o vender uniformes de la PNP a personas que no son agentes.

De acuerdo con la norma, quienes usen uniforme o prendas policiales sin autorización podrán ser detenidos por la PNP y puestos a disposición de la autoridad judicial. Es lo que pasó en los últimos días con dos sujetos.

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Falsos policías
Falsos policías

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Falso policía
Falso policía

Cuando fue atrapado, el 1 de diciembre pasado, Junior Eduardo Vílchez Chero tenía los zapatos, la casaca Mcgregor color verde petróleo, un polo con el escudo y una gorra que decía en letras bordadas ‘Policía’. Al ser detenido, a una cuadra de la Unidad Canina de la PNP, en el Rímac, al joven de 23 años se le encontraron en los bolsillos una placa policial, un certificado de arma de fuego ajeno y una tarjeta de propiedad de una pistola. Escondía, también, más de 15 tarjetas de débito y crédito. El uniforme –dijo– se lo regaló un familiar.

La policía lo investiga por pertenecer a una presunta banda dedicada a ‘clonar’ tarjetas y a ‘marcar’ a quienes retiran grandes cantidades de dinero.

Un día después, el 2 de diciembre, otro falso policía cayó. Francisco Tangoa Tapullima, de 26 años y de Pucallpa, fue detenido en la puerta de su casa en Ate. Llevaba puesto un chaleco de la División de Prevención de Robo de Vehículos (Diprove) y un marbete con su apellido que lo identificaba como un suboficial de tercera de la PNP. En su casa, el sujeto, que tiene antecedentes por robo y hurto, tenía la indumentaria completa de un policía: un traje de faena con los borceguíes, una gorra, la placa y un carnet policial. Dijo que trabajó entre el 2007 y el 2018 en la Diprove como civil.

Vílchez y Tangoa serán denunciados por usurpación de la función pública. Haber usado el uniforme policial para que las miradas de sospecha no se fijen en ellos podría llevarlos a la cárcel entre cuatro y siete años.

Este es un informe de El Comercio del año 2001. Hace casi 20 años, este diario denunciaba la venta irregular de uniformes de policías en este lugar (Archivo El Comercio)
Este es un informe de El Comercio del año 2001. Hace casi 20 años, este diario denunciaba la venta irregular de uniformes de policías en este lugar (Archivo El Comercio)
Esta es una nota del año 2006. El periodista Mario Mejía volvió a contar que la venta irregular de uniformes continuaba por la falta de regulación y normas claras (Archivo El Comercio)
Esta es una nota del año 2006. El periodista Mario Mejía volvió a contar que la venta irregular de uniformes continuaba por la falta de regulación y normas claras (Archivo El Comercio)

No existiría un registro de tiendas

Llevar el control de las tiendas que ofrecen y venden uniformes policiales y de quiénes adquieren las prendas resulta difícil porque no habría un registro completo de todas las empresas y puestos dedicados a este rubro en el país.

Según el exviceministro de Orden Interno del Ministerio del Interior Ricardo Valdés, hasta que estuvo en el cargo (diciembre 2017) no existía un registro. “La policía, como cuerpo oficial, debe estar a cargo del control [...] No existía hasta donde recuerdo un mecanismo de registro”, explicó.

El Comercio solicitó a la PNP y al Mininter información sobre si hay un registro y si la empresa Rokor Táctical Gear tiene autorización. Además, se consultó si existe un protocolo que las empresas deben seguir para la venta de uniformes. La PNP comunicó ayer que no respondería a este reportaje.

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