Solo dos de cada diez peruanos denuncian cuando son víctimas de la delincuencia. El resto opta por evitarlo, y la principal razón, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), es porque considera que es “una pérdida de tiempo” [ver gráfico].
En el informe “Principales indicadores de seguridad ciudadana 2019”, el INEI sostiene que, de quienes no interponen denuncias, el 21% desconoce quién fue el delincuente que los atacó y el 16% prefiere no acudir a la policía porque consideran el delito de poca importancia.
Si hablamos de Lima, la realidad es la misma: poco más del 18% de víctimas de un acto delictivo decide confiar en las autoridades y denuncian el hecho. El porcentaje restante prefiere el silencio. ¿A qué se debe esta situación?
—Cuestión de confianza—
El general PNP Mario Arata, jefe de la Región Policial de Lima, explica a El Comercio que se puede interpretar de distintas maneras la enorme brecha entre los delitos que se denuncian y aquellos que no; pero considera que la base de ello es la desconfianza de la ciudadanía en su institución.
“Se tiene que tener más fe en la policía”, sugiere Arata. Al consultársele sobre el alto número de víctimas que sostiene que poner denuncias es una pérdida de tiempo, el oficial responde: “Sucede lo contrario. Yo siempre le pido a la ciudadanía que denuncie, porque eso nos va a permitir sincerar las cifras de victimización. Si no se denuncia, hay un vacío, por ejemplo, un mapa del delito no actualizado. Podemos pensar que todo está bien en un distrito, pero en realidad se cometen una serie de robos. Si no denuncian, ¿cómo nos enteramos?”.
Arata dice que es consciente de que basta una mala actuación policial para perjudicar profundamente la imagen de la institución. Pero que para mitigarla –dice– cuentan, por ejemplo, con protocolos de atención, “desde el vigilante de la puerta de la comisaría, el comandante de guardia y el comisario”.
En cuando a las denuncias, asegura que la PNP tiene una capacidad operativa al 100% para atender todas, pese a las falencias, entre ellas logísticas. “Hay una brecha de tantos años que se han descuidado respecto a la seguridad ciudadana, pero nosotros tratamos de mejorar eso”, dice.
—Un sistema deficiente—
Juan Huambachano, gerente del Observatorio de Criminalidad del Ministerio Público, sostiene que es mucho más probable que una persona a la que le robaron el auto denuncie, a que lo haga alguien a quien le arrebataron el celular, pues depende mucho de la tipología del delito cometido.
“Existen ciertos delitos que generan inseguridad y que el ciudadano, por diversas razones, no denuncia. Los estudios de victimización apuntan a ello: delitos de poca importancia, pérdida de tiempo, desconfianza etc.”, señala.
Huambachano comenta que, de cada 100 denuncias que ingresan al Ministerio Público, alrededor de 40 son por delitos patrimoniales (robo, hurto, usurpación, etc.). De ese 40%, el hurto y el robo representan un 60%. “Esos son los delitos que más impactan en el ciudadano”, explica.
El funcionario afirma que la desconfianza a las autoridades no se debe centrar en una sola institución, sino a todo el sistema de justicia que tiene el trabajo de prevención, persecución y de protección.
“Los dos indicadores básicos para entender qué tan insegura es una ciudad son percepción de inseguridad y la victimización. Hay peruanos a quienes nunca les han robado, pero tienen miedo de ser víctimas de un delito”, dice Huambachano y remarca que, según el INEI, tres de cada diez personas han sido víctimas de un delito en lo que va del 2019 en el país. Sin embargo, resalta que nueve de cada diez afirman que se sienten inseguros al salir a la calle.