El 30 de mayo el presidente Martín Vizcarra se jactó de que el país había alcanzado un alto número de pruebas diarias de descarte de COVID-19. “Solo el día de ayer, más de 48.000 pruebas se han hecho. ¡Imagínense, 48.000 pruebas en un solo día!”, dijo desde Palacio.
Al presidente le faltó precisar un detalle. Dos días después, desde el 1 de junio, la estadística diaria que ofrece el Ministerio de Salud (Minsa) indica que las pruebas diarias de coronavirus cayeron a 17.785. El martes 2 de junio sucedió lo mismo: la variación diaria de pruebas llegó a 15.987. Y así sucesivamente a lo largo de esta semana. Ayer fueron 18.953.
—El conteo—
¿A qué se debe esta disminución? El Minsa, ante la pregunta hecha por este Diario, dijo que la reducción no responde a un desabastecimiento de pruebas, y negó que se estén realizando menos test diarios.
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Según dijo el Minsa, “desde inicio de junio, las pruebas que hacen los privados no se están incluyendo en la data porque el objetivo de este tamizaje es distinto al que persigue el Minsa”.
César Munayco, especialista del Centro Nacional de Epidemiología del Minsa, explicó que hubo un rápido incremento de las pruebas realizadas por el sector privado ante el anuncio de las etapas de reactivación económica, a fines de mayo. “El número de pruebas en ese sector antes era de 5%”, dijo Munayco. El incremento fue abrupto.
De acuerdo con el Minsa, en el país se realizan 40.000 pruebas rápidas diarias. El 70% por parte del sector público y un 30% por parte de los privados, según los promedios. Pero ha habido días en los que el porcentaje varía y las pruebas del sector privado han superado en número a las del Estado. Eso ha ocurrido varios días desde el 30 de mayo, antes de la alocución del presidente.
El funcionario señaló que se dejó de contar ese 30% “porque la gran mayoría de ellos no tienen síntomas o presentan infecciones antiguas” del coronavirus. “La importancia de ese grupo dentro del análisis de la epidemia no es muy alta, porque a nosotros nos interesa identificar a las personas sintomáticas o quienes tienen una infección reciente”, añadió.
—Mezcla y confusión—
Consultado al respecto, el exjefe del Instituto Nacional de Salud (INS) Luis Suárez Ognio comentó que las pruebas deben tener dos objetivos: calcular la tendencia de la epidemia con los pacientes que presentan síntomas, y conocer el porcentaje de la población que se ha infectado a través de estudios de cero prevalencias (que el Minsa empezará a realizar en Lima y Callao a partir del 15 de junio).
Suárez afirmó que no se deben mezclar los datos de personas con síntomas que dieron resultado positivo con los obtenidos tras realizar el test aleatoriamente en mercados o paraderos de ómnibus. “Hacerlo generaría un error en la interpretación”, dijo.
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¿Quiénes son las personas que corren más riesgo por el coronavirus?
Debido a que el COVID-19 es un nuevo coronavirus, de acuerdo con los reportes que se tienen a nivel mundial, las personas mayores y quienes padecen afecciones médicas preexistentes como hipertensión arterial, enfermedades cardiacas o diabetes son las que desarrollan casos graves de la enfermedad con más frecuencia que otras.
¿Hay cura para el COVID-19?
Aún no existen pruebas de que alguna vacuna o medicamento pueda prevenir o curar la enfermedad. Sin embargo, los afectados deben recibir atención de salud para aliviar los síntomas; y si el paciente está grave, deberá ser hospitalizado.
La OMS coordina esfuerzos para encontrar la cura contra este nuevo coronavirus que ha acabado con la vida de miles de personas.