Días después de asumir el cargo de ministro de Salud, Jorge López, aseguró ante el Congreso que su gestión fortalecería el primer nivel de atención para superar la brecha del 97% de postas y centros de salud con capacidades instaladas inadecuadas. Antes que él, Hernán Condori, en marzo, cuando era ministro, dijo lo mismo también ante el Congreso y su antecesor, Hernando Cevallos, enfatizaba durante su gestión – de e julio a febrero- en la necesidad de equipar con personal e infraestructura adecuada a un primer nivel que serviría para contener el avance del COVID-19.
No fueron los únicos. Salvo los primeros meses de confinamiento que mantuvieron cerradas las postas del país, los ocho ministros de salud que ha tenido el Perú desde que empezó la pandemia han insistido en la urgencia de invertir en el mejoramiento del primer nivel de atención. Sin embargo, las promesas están lejos de haberse hecho reales pese a que el virus sigue siendo una amenaza.
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De acuerdo con una supervisión realizada entre mayo y junio por la Defensoría del Pueblo en 80 establecimientos de salud de Lima Metropolitana, la mayoría se encuentra en regular y mal estado en su infraestructura, reflejado en deficiente limpieza y mantenimiento de paredes internas, instalaciones precarias, techos inadecuados, servicios higiénicos sucios y con falta de mantenimiento o reparación, así como inadecuadas instalaciones eléctricas, entre otros. Por ejemplo, se detectó que el Centro de Salud Villa Los Ángeles del Rímac, el cual funciona en un local prestado por la comunidad desde 2007, tiene divisiones de madera apolilladas y sucias, mientras que el Centro de Salud Túpac Amaru de Villa, en Chorrillos, cuenta con un consultorio con techo de plástico con hongos. Además, el consultorio para la atención de las personas con tuberculosis del CLAS El Pino en La Victoria se encuentra ubicado en un local cuya infraestructura fue declarada inhabitable.
“Antes de la pandemia ya había una deficiente atención en los establecimientos de primer nivel, pero ahora la situación es aún peor porque la demanda es creciente y el personal no tiene condiciones para atender a los pacientes”, explica Alberto Huerta, Jefe de la Oficina de Lima de la Defensoría del Pueblo.
Según la Política Nacional Multisectorial de Salud al 2030 “Perú país saludable”, del total de establecimientos de salud del primer nivel de atención a nivel nacional el 77,78 % presenta capacidad instalada inadecuada, cifra que solo en Lima llega al 76 %.
En conversación con El Comercio, Huerta advierte que esto no solo impacta en la salud del propio personal y de los pacientes sino en las estrategias para evitar que los casos de covid se agraven por falta de atención primaria. Aunque la cuarta ola no alcanza los peores niveles de la pandemia, en las últimas semanas se ha reportado un importante incremento de casos. Solo del 3 al 10 de julio se reportaron 43.152 casos nuevos de covid en el Perú. La semana anterior, del 26 de junio al 2 de julio, fueron 19.900. Es decir, esta vez el incremento fue del doble.
Para el médico Percy Mayta-Tristán, director de Investigación de la Universidad Científica del Sur, esto pone en riesgo la atención también de otras enfermedades como las infecciones respiratorias agudas que en esta temporada aumentan y también afectan a población vulnerable. “Cuando el primer nivel e salud no tiene capacidad de responder todo se aglomera en el siguiente nivel. Si se satura las emergencias de los hospitales aquellos casos que sí son graves no pueden tener la atención adecuada, como ha pasado en las tres primeras olas”, opinó.
DESATENCIÓN
Huerta precisa que en todos los casos que han registrado los jefes de los centros han hecho constantes pedidos a las Direcciones de Redes Integradas de Salud (Diris) correspondientes para mejorar su infraestructura, pero no hay cambios.
“Hay desatención desde las Diris y el Minsa para reparar las deficiencias o encontrar nuevos terrenos. Hay postas en el Centro de Lima que están en monumentos históricos y en riesgo ante un evento sísmico. Hay un centro que funciona sobre un relleno sanitario, no es posible”, añade.
Este Diario solicitó al Minsa respuestas sobre los avances en el mejoramiento de centros de salud de primer nivel, pero hasta el cierre de esta nota no obtuvimos respuesta.
En opinión de Mayta-Tristán, falta liderazgo del sector salud pese a que la agenda de Perú Libre fue mejorar la atención del primer nivel de atención. “En distintas regiones las postas no tienen ni agua luz, desagüe y ni qué decir Internet”, añade.
Para Huerta, una situación que dificulta la adopción de medidas urgentes en cuanto a mejoramiento de la infraestructura tiene que ver con los constantes cambios de jefaturas y direcciones del sector salud. Solo en un año, el gobierno de Pedro Castillo ha tenido tres distintos ministros. “A veces vemos solo los cambios ministros y viceministros, pero surgen muchos otros cambios en las direcciones que evitan la continuidad. La dirección de operaciones en salud, que ve este tema por ejemplo, ha sufrido varios cambios”, explica. Así, las postas deben enfrentar pedidos que constantemente llegan a fojas cero y presentaciones de documentos mientras las paredes y techos se caen a pedazos.