Hay dos realidades opuestas que se viven estos días. Están las tiendas y centros comerciales abarrotados de gente que se prepara para celebrar la Navidad y están los hospitales empezando de nuevo a recibir más pacientes de COVID-19. Lo segundo lo conoce de cerca la médica Carmen Terrazas, jefa de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del hospital Alberto Sabogal, quien en las últimas semanas ha visto un incremento de casos críticos y con edades cada vez menores. “Desde fines de noviembre comenzaron a venir pacientes agudos con edad promedio de 65 años. Para diciembre varió la situación y están llegando más jóvenes, de 45 años en promedio”, dice.
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Pero con un 25 de diciembre en el que se cumplirán 284 días de estado de emergencia, la Navidad para muchos será un alivio a los meses de agotamiento físico y emocional por la pandemia. En Estados Unidos lo fue su Día de Acción de Gracias, en España, Alemania o Reino Unido, las reuniones familiares y fiestas propiciadas por la caída de contagios en su temporada de verano. La devastadora segunda ola en la que hoy se encuentran es reflejo de todo lo que salió mal. Italia, cuna del panetón – dulce navideño por excelencia –, se confinará incluso hasta Bajada de Reyes.
En Perú, ¿es posible una celebración sin contagios? El Comercio habló con una médica intensivista, un epidemiólogo y un infectólogo para conocer cómo minimizar los riesgos en estas fechas.
1. ¿Cómo y con quién?
No hay escenario seguro en el que todo sea como antes. El médico Carlos Medina, infectólogo del hospital Cayetano Heredia, señala que, además de las muestras de afecto físico como besos y abrazos, la presencia de personas ajenas al núcleo familiar es uno de los elementos de mayor riesgo. En este escenario, el tiempo de permanencia en la casa y la exposición previa que tuvo el invitado a aglomeraciones incrementan las probabilidades de propagación del virus. Para entender por qué las visitas no son recomendables, Medina recuerda que no es posible conocer con precisión el número total de personas que portan el virus, tanto en los que presentan síntomas como los asintomáticos. “No hay forma de saber cuántos están haciendo síntomas en sus casas porque no van a atenderse. Se estima que los hospitalizados son el 20% del total. Sabemos solo la quinta parte”, dijo.
Por eso, la recomendación más importante, en la que coinciden los tres especialistas, es no reunirse presencialmente. Si se opta por esto, es indispensable que todos mantengan el uso de mascarilla, el distanciamiento social y el lavado de manos.
2. ¿Por qué importa tanto la ventilación?
No hay riesgo cero de contagio, pero un espacio abierto y con flujo de aire puede hacer la diferencia. César Cárcamo, epidemiólogo y profesor en la Universidad Peruana Cayetano Heredia, explica que esto se debe a que la principal vía de transmisión del virus Sars-CoV-2 son los aerosoles o partículas que se emiten al respirar, hablar, toser o estornudar. Para entender este concepto, el médico pone de ejemplo el humo del cigarrillo: en un espacio cerrado tarde o temprano te va a alcanzar. “Se ha demostrado que, aunque la persona esté lejos, el virus se queda en el aire en un ambiente cerrado. Mientras más tiempo te quedes, más riesgo hay de respirarlo”, indica. Si la familia no cuenta con espacios abiertos con buena ventilación como jardines, terrazas o balcones, es aconsejable que mantengan puertas y ventanas abiertas.
3. ¿Cuál es el momento más crítico?
Cárcamo indica que la cena navideña es el escenario que reúne todos los riesgos debido a que todos los asistentes se quitarán la mascarilla. La forma más eficaz de contrarrestar el posible contagio es mantener el distanciamiento en la mesa, no compartir cubiertos y reducir al mínimo el tiempo de la ingesta de alimentos. Tampoco se recomienda el consumo de alcohol o drogas porque pueden afectar el criterio y el mantenimiento de las medidas de seguridad.
La médica Carmen Terrazas agrega que gritar, cantar o soplar incrementan los riesgos porque son situaciones que propician la expulsión de una mayor cantidad de gotículas respiratorias. “Hablar expulsa partículas a un metro de distancia, si elevamos la voz las gotículas recorren un poco más”, indica.
4. ¿Cómo actuar antes de las reuniones?
Para reducir la exposición a lugares concurridos, Cárcamo recomienda planificar las compras para solo salir una vez y en horarios con poca afluencia de público. Sobre la limitación del uso de vehículos particulares el 24 y 25 de diciembre, el epidemiólogo indica que se busca que la población se movilice cerca de casas y evite “llevar el virus de un distrito a otro”.
5. ¿Y si me hago la prueba de descarte?
El médico Carlos Medina, infectólogo del Hospital Cayetano Heredia, sostiene que el resultado negativo en una prueba de descarte de COVID-19, incluso realizado un día antes, no es garantía de que no tener la enfermedad cuando estés con tu familia. “La prueba te dice que en el momento en el que te la has tomado probablemente no la tengas. La sensibilidad de las pruebas moleculares está en el rango de 60% y 70%. Es decir, de 10 personas que salen negativo, 3 pueden ser positivo y contagiar”, indica. Una de las razones es que la persona podría encontrarse en periodo de incubación del virus, que puede durar de 2 a 14 días y va desde que el contagio hasta el inicio de los síntomas. “Uno contagia entre 2 o 3 días antes de que comiencen los síntomas, pero en los asintomáticos no se sabe desde cuándo”, agrega. Por este motivo, enfatiza en que una prueba negativa no puede sustituir el uso permanente de la mascarilla ni del distanciamiento social.
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