Giuliana Tolentino vive en la avenida Los Tusílagos, en San Juan de Lurigancho (SJL). Los constantes aniegos que se registran en su zona han hecho que en distintos puntos de las paredes de su casa la pintura y el cemento se descascaren. Ella relata que en el 2019, cuando las aguas negras inundaron su vivienda y la de otros vecinos, Sedapal los indemnizó. Sin embargo, los aniegos persisten y sobre eso nadie se hace responsable, sino que son los mismos vecinos los que tienen que costear los gastos que ello ocasiona.