Hernán Medrano Marin

Pocos vehículos, pasajeros desesperados y fuerte presencia policial. Ese fue el panorama que reinó el día de ayer 10 de octubre desde temprano, en el marco de un paro de transportes para pedir mayores garantías contra los casos de extorsiones y sicariato. Pese a que varias empresas formales del sector anunciaron que no se sumarían a esta medida de protesta, las calles de Lima y Callao lucieron en gran medida desprovistas de buses.

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