En alguna calle de Lima, un policía detiene a un chofer particular circulando en un auto sin revisión técnica. El agente le aplicará una sanción económica y su licencia acumulará 50 puntos en contra, como lo establece la ley. A los 100 puntos, se le suspenderá el brevete por 6 meses.
En otro punto de la ciudad, un chofer de combi es detenido por un inspector de transporte por circular en un vehículo en las peores condiciones: sin revisión técnica, ni SOAT, lunas, parachoques, botiquín ni cinturones de seguridad. En este caso, el agente solo le podrá imponer una multa que contempla una sanción económica, pero no le restará puntos en su registro del MTC: el brevete de este chofer seguirá incólume pese a que su conducta es aún más grave que la del primer ejemplo.
Esta contradictoria situación sucede todos los días en las calles de Lima Metropolitana. Se trataría de una presunta inconsistencia en el sistema vial peruano detectada y denunciada por la campaña #NoTePases y que termina favoreciendo a los peores choferes de Lima.
—En detalle—
Este problema sucede porque existen dos sistemas paralelos que regulan la circulación de vehículos. Uno es el reglamento de tránsito, que, desde el 2009, faculta a los policías a imponer multas que restan puntos en el brevete. El otro está compuesto por cuatro reglamentos de transporte: de buses, taxis, movilidades escolares y camiones. Estos son aplicados solo por inspectores municipales y fiscalizadores (que en Lima suelen utilizar chalecos amarillos y rojos). Las sanciones que imponen estos funcionarios, llamadas actas de control, no quitan puntos en las licencias.
Por ejemplo, un chofer de camión que transporta mercadería peligrosa sin permiso comete una infracción de transporte que, de ser detectada por un fiscalizador, no afectará su licencia.
Para enredar más las cosas, hay decenas de infracciones que aparecen repetidas en los reglamentos que quitan puntos y en los que no. Por ejemplo, un conductor de movilidad escolar que traslada a más niños de los que permite la capacidad del vehículo comete las sanciones G13 (reglamento de tránsito) y al mismo tiempo la E08 (reglamento de transporte escolar). Si este hecho lo detectara solo un inspector municipal, únicamente podría imponerle una sanción económica. O, en todo caso, tendría que buscar a un policía de tránsito para que este le quite puntos en el brevete. Esto es casi imposible de hacer en una ciudad como Lima.
Según especialistas consultados por este Diario, el transporte público solo es fiscalizado por inspectores que aplican la norma más flexible. Para probarlo, la campaña #NoTePases observó durante varios días en las calles del Cercado de Lima que más del 90% de intervenciones a combis y colectivos las realizan inspectores y no policías.
“La policía no controla el transporte público desde que sus facultades comenzaron a limitarse a la fiscalización del transporte particular”, dice a El Comercio un grupo de inspectores de la Gerencia de Transporte Urbano de la Municipalidad de Lima. Ellos lo cuentan así: “Si vemos a un chofer de combi o colectivo manejando ebrio, le imponemos un acta de control [infracción] y podemos llamar a un policía de apoyo para que le imponga la multa de tránsito que le resta puntos. Pero si no llega un policía, no podemos detener al infractor, no tenemos las facultades”.
—Las consecuencias—
Todo esto explica por qué choferes con más de cien multas contemplan un historial limpio en el sistema de puntos del MTC. El Comercio constató esta realidad buscando los antecedentes viales de tres de los peores conductores de Lima: el taxista, el camionero y el chofer de combi con más papeletas del 2018. Los resultados de la búsqueda son preocupantes.
El taxista Zócimo Bellido Torres es el que ha acumulado más infracciones en Lima: 155 en total. Ha sido intervenido por prestar el servicio en un vehículo sin extintor ni botiquín, por circular en un auto sin SOAT y hacer colectivo informal. Sin embargo, en su registro del MTC, su licencia –de categoría AIIIC, que lo faculta para manejar desde autos hasta tráileres– está vigente y no tiene puntos acumulados. Incluso, tiene disponible una bonificación de 50 puntos.
Si este sujeto postulara mañana a una empresa de transporte pesado, esta última, basándose en el sistema de puntos del MTC, lo podría considerar un buen conductor.
Lo mismo sucede con el chofer de camiones más multado de Lima. Clemente Rojas Camacho (declarado por el SAT el chofer con más papeletas del 2017) tiene 147 multas pero solo 20 puntos en contra. Casi todas las infracciones son por descargar mercadería en la vía pública, obligando a los peatones a caminar por la pista, pero son multas del Reglamento Nacional de Carga, que no suma puntos en contra en la licencia.
Sucede también con los choferes de combi. Eginio Lavado es el que más papeletas ha acumulado. Tiene un total de 139, entre ellas, por dejar o recoger a los pasajeros al lado izquierdo o medio de la calzada y transportar materiales peligrosos. En su registro del MTC, solo tiene 30 puntos acumulados y su licencia lo habilita para continuar dando el servicio.
Roy Ventura (Fuerza Popular), presidente de la Comisión de Transportes del Congreso de la República, cree que las sanciones municipales de inspectores deberían aplicar la resta de puntos.
“En la reglamentación, a través de un decreto, debería estar considerado también el retiro de puntos. Las ordenanzas municipales no deberían desconocer las normas nacionales, en este caso, las del reglamento de tránsito. Dentro de sus ordenanzas, los municipios deberían considerar la resta de puntos, la cancelación o suspensión de brevetes”, dice. Según Roy Ventura, hacer que se aplique el sistema de puntos para todos los reglamentos dependerá del MTC.
Al no poder comunicarnos con el ministro de Transportes, Edmer Trujillo, contactamos a Lorenzo Orrego, titular de la Superintendencia de Transporte Terrestre de Personas, Carga y Mercancías (Sutrán), brazo del MTC. Este funcionario cree que las sanciones deberían tener un efecto más disuasorio. Según él, infracciones iguales de diferentes reglamentos deberían aplicar la misma resta de puntos. Así, más choferes infractores podrían tener sanciones ejemplares, como la suspensión de su licencia de conducir. 
EN OTROS PAÍSES
- En Chile, si un chofer acumula multas sin pagar, los carabineros pueden quedarse con su brevete y no se lo devolverán hasta que pague. Los jueces pueden hacer llegar una orden de apremio y que el conductor sea sometido a reclusión nocturna. No podrá vender el auto porque siempre se le debe entregar al nuevo dueño el certificado de multas para asegurarse de que no exista alguna.
- En Colombia, al que tenga dos o más infracciones en los últimos seis meses, le suspenden la licencia durante un semestre. Si maneja con licencia suspendida, la cancelan.
- En Ecuador, si uno conduce con licencia caducada, anulada, revocada o suspendida, la multa es del 50% de un salario básico (US$190) y pierde 9 puntos de 30. Si conduce sin licencia va tres días preso, tendrá 10 puntos menos y US$264 de multa.
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