“Tú quieres hacerlo sola, (entonces) tendrías que buscar un asesor independiente que te elabore la tesis o que juntos hagan la tesis y tú sustentar”.
Esa fue la respuesta de una asesora de la Universidad Privada Telesup cuando una reportera –que se presentó como alumna de la entidad– le preguntó cómo podrían ayudarla para obtener su título de licenciatura.
Según la asesora, esta universidad, una de los 45 centros de educación superior con licencia denegada por la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu) y en proceso de cese definitivo, ahora se encuentran realizando procesos en corto tiempo debido a que cerrarán sus operaciones en el 2023.
De esta forma, la propia universidad envía a sus alumnos a buscar una elaboración de tesis en el mercado negro.
Tesis sin esfuerzo
Frente a la Universidad Mayor de San Marcos, camuflados entre locales que realizan impresiones y venden artículos para estudiantes, un grupo de inescrupulosas personas se dedican a elaborar tesis a estudiantes que buscan una salida rápida y fácil para conseguir un grado académico.
Los alumnos que busquen los servicios de estos supuestos asesores no necesitan ni siquiera tener un proyecto avanzado, basta con explicarles la carrera que siguen y ellos aseguran que, tras el pago de la primera parte, te darán un abanico de entre tres a cinco temas que desarrollarán en un plazo de dos meses a más.
“Para mí es más fácil [iniciar la investigación] de cero. Yo le hago todo. Si usted me propone algo igual no guarda relación. De cero me facilita más”, explica uno de los sujetos identificado como Raúl.
Los trabajos cuestan desde S/ 1.400 por un trabajo para pre grado hasta S/ 7.000 por una investigación “original” para posgrado que, prometen, irán entregando avances semanales, irán corrigiendo las observaciones de los asesores universitarios y que el proyecto final no llegará a presentar ni el 10% de plagio en los softwares usados por los centros de estudios.
Para la abogada penalista Romy Chang, quien además forma parte del Tribunal Disciplinario de la Universidad Católica (PUCP), que un alumno presente una tesis para obtener un grado académico que no realizó como suyo puede representar el delito de falsedad genérica.
“Lo que está haciendo el alumno es hacer creer al centro educativo que hizo un trabajo cuando en verdad no es así. La persona que le vende el proyecto lo ayuda a cometer el delito, con lo cual sería un cómplice primario”, explica Chang.
La especialista precisa que el Ministerio Público podría iniciar investigaciones para buscar este mercado negro; sin embargo, asegura, es difícil identificar a los actores porque estos encubren sus ilícitas actividades bajo fachada de asesoramientos.
Inspección
Hugo Díaz, expresidente del Consejo Nacional de Educación (CNE) explica que son los asesores universitarios los que deben realizar un seguimiento riguroso, y posteriormente el jurado, para explorar si un alumno realizó o no la tesis que está presentando.
“No estamos hablando de un trabajo cualquiera. Un posgrado de licenciatura o maestría demanda un mínimo de capacidad de investigación. Si vemos que un trabajo tiene un alto porcentaje de semejanza con otras publicaciones que no han sido citadas, eso demuestra una falta grave. Pero cada universidad es autónoma y eligen sus propios criterios de aprobación”, manifestó Díaz.
Para Jorge Mori, exjefe de la Dirección General de Educación Superior del Ministerio de Educación (Minedu), existe una sobre regulación de la Ley Universitaria, ya que muchas de las universidades no tienen capacidad actualmente para atender a los miles de egresados al año y cada uno de los trabajos de investigación por cada grado académico.
“Muchas veces, un investigador de una universidad licenciada tiene que asesorar entre ocho a diez tesis. Ellos reconocen que están desbordados. En el actual sistema universitario peruano no hay suficientes investigadores para el nivel de exigencia de la ley universitaria y eso genera este mercado negro”, manifiesta.
Mori considera que, ocho años después de la entrada de la Ley Universitaria, es hora de revisar qué es lo que ha funcionado con la norma y lo que no para seguir trabajando en pro de profesionales de calidad.