Es una frase cruda pero es real. Todos los días de este año una mujer fue asesinada por violencia de género o estuvo a punto de serlo. Ponerlo en cifras [119 feminicidios al 23 de noviembre y 258 tentativas al 31 de octubre, según el MIMP] no llega a exponer todo lo que implica. Cada historia evidencia una realidad de violencia machista arraigada en el país.
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A Karol su expareja le disparó en el pecho, a Widaliz el padre de sus hijos la mató a golpes, a Rosa su expareja, a quien había denunciado dos veces por maltrato, la ahorcó. Noelia quedó desfigurada luego de que su enamorado la atacara con dos pesas; Estefanía, con tres meses de gestación, tuvo que ser internada en el hospital tras los golpes de su conviviente. Son casos reportados solo en noviembre y todos cometidos por un hombre que tuvo una relación con la víctima.
“Los feminicidios y tentativas son la punta del iceberg, detrás hay casos de mujeres que vivieron situaciones de violencia, las denunciaron y no encontraron respuesta. Es una guerra avisada”, sostiene Rocío Gutierrez, subdirectora del Movimiento Manuela Ramos.
Se trata de una violencia que se incuba en casa y que en la pandemia se hizo más notoria. María Pía Molero, viceministra de la Mujer, explica que en los primeros meses muchas mujeres quedaron encerradas con sus agresores y aunque la cuarentena se levantó, los efectos de esa etapa siguen presentes. “Los círculos de violencia no retroceden, se acrecientan. De violencia psicológica se pasa a física, y de ahí puede avanzar a tentativas o feminicidio”, explica.
El impacto social que estos crímenes recae, en primer lugar, en los hijos de las víctimas. De acuerdo con la viceministra, desde el 2020 a la fecha hay más de 750 beneficiarios del bono orfandad, asistencia de 600 soles para niños y niñas cuyas madres fueron asesinadas en contextos de violencia de género, contemplado en el Decreto de Urgencia N.° 005-2020. “Estamos evaluando cómo darle continuidad. Los menores quedan en una situación de desprotección”, indica.
Según la encuesta ENDES 2020, el 54,8% de mujeres dijo haber sufrido alguna vez de violencia por parte del esposo o compañero. La más común es la psicológica o verbal (50,1%), seguida de la violencia física (27,1%) y la violencia sexual (6,0%).
De ahí que la prevención sea clave, pero también encontrar la justicia. Lo cierto es que incluso teniendo nombres y apellidos de agresores (Luis Mogollón, Fabrizio Villavicencio o Jorge Geroba en los casos de feminicidio mencionados líneas arriba), no todos son sancionados. De acuerdo con el MIMP, de los feminicidios reportados hasta setiembre, el 52% de agresores fue capturado, el 22% está no habido y un 9% falleció.
En el país hay 661 reos por delito de feminicidio. La mayoría (372) cuenta con una sentencia.
Trabajo integral
Para Rocío Gutiérrez, aunque en los últimos años se ha mejorado en leyes y el marco normativo de lucha contra la violencia de género, queda mucho por hacer en la implementación y fiscalización. “Depende de una acción multisectorial. Pasa por los servicios que recogen las denuncias, el sistema de justicia que sanciona y que no tiene celeridad o cuenta con operadores con mentalidades machistas, pasa por la falta de operativos en la policía. Son una serie de instituciones que requieren recursos y capacidades”, dice.
En prevención, por ejemplo, menciona que falta implementar la educación con enfoque de género. ”Todavía no existe, está en el currículo nacional, pero ponerlo en práctica significa docentes capacitados. Eso implica presupuesto y acompañamiento”, agrega.
También importa, enfatiza Gutiérrez, liderazgos políticos que contribuyan a erradicar estereotipos y que tengan un mensaje claro de defensa de los derechos de la mujer y poblaciones vulnerables: “Sentimos que estamos retrocediendo y puede ser más. Normalizar que, por ejemplo, una niña embarazada como consecuencia de abuso sexual sea retenida en un hotel no se debe permitir. Discursos como esos que no encuentren una sanción social fuerte hacen que se vayan instalando”.
Desde el MIMP inician hoy la campaña “Haz la diferencia, frena la violencia” para visibilizar prácticas cotidianas que perpetúan la violencia y discriminación hacia la mujer. “Queremos que se tome consciencia sobre la alta tolerancia de la sociedad ante la violencia contra las mujeres. Se juzga a la mujer por su forma de vestir o actuar, se cuestiona que tengan espacios para ellas mismas fuera de las labores del hogar”, indica María Pía Molero.
Es un trabajo a largo plazo, pero ambas coinciden en que reconocer el problema es el camino para cambiarlo.
¿Dónde denunciar?
La Línea 100 es el servicio gratuito, confidencial y seguro donde las víctimas o testigos pueden denunciar las 24 horas casos de violencia.
Otro de los canales son los Centros de Emergencia Mujer (CEM) (ubica aquí sus direcciones), el servicio de chat para prevenir situaciones de riesgo y violencia física, sexual o psicológica al que se accede en www.mimp.gob.pe/chat100 y la línea gratuita 0800-00205 de las fiscalías especializadas en violencia contra la mujer.
MARCHA 27N
Este sábado se realizará una marcha contra la violencia hacia la mujer. La convocatoria se inicia a las 2 p.m. en la Plaza San Martín y busca llegar a las sedes del MIMP y del Palacio de Justicia.
Sabrina Rodríguez, miembro de la Asamblea por el 25N, indica que están tomando medidas de prevención para garantizar la seguridad y distanciamiento de los participantes. Se organizarán cordones con cinco bloques distintos: mujeres y familiares de distintos tipos de violencia, organizaciones de adolescentes y maternidades con niños, activistas y organizaciones feministas y lgtbiq, organizaciones mixtas y finalmente instituciones del estado y partidos políticos.
“Buscamos acoger y apoyar a las víctimas de violencia de género. Hacer fuerza y acompañar sus demandas, no dejar que sus casos queden impunes y seguir visibilizando la necesidad de generar un entorno que pueda promover políticas públicas para prevenir. Parte del primer bloque son mujeres y familiares de distintos tipos de violencia, mujeres indígenas, de ollas comunes, mujeres con discapacidad, diversas a nivel sexual. ”, indica.
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