Sergio Barrio Reátegui era solo un niño cuando su padre, el director Cusi Barrio, le mostró la Biblia de “Nubeluz”, un voluminoso libro que lo sumergió en un universo mágico, liderado por Glufo y habitado por dalinas, nubelinas, cíndelas, gólmodis y dicolines. Desde ese primer encuentro, Sergio quedó profundamente fascinado por ese mundo, estableciendo un vínculo que nunca pudo romper. Hoy, más de 30 años después, ese amor inquebrantable lo impulsa a llevar a la pantalla grande una historia ficcionada del éxito del emblemático programa infantil y de una de sus dalinas más queridas.
“El deseo de hacer esta película surge de un tema muy personal: mi padre dirigía el programa y me llevaba a las grabaciones. Tenía unos doce años en ese entonces, y esas experiencias marcaron profundamente mi niñez. Por lo menos, durante dos de los seis años que duró el programa, pasaba los fines de semana en el Amauta. Me gustaba ir a los ensayos, ver las coreografías; siempre quise ser gólmodi, pero mi padre nunca me lo permitió. Aun así, viví ‘Nubeluz’ intensamente. Este programa fue muy importante para mí”, comenta el director de “Sube a mi nube”, largometraje que llegará a las salas de cine este 19 de septiembre.
El anhelo de llevar la historia de Nubeluz a la pantalla grande ha estado presente en la vida de Sergio desde que, a los 20 años, se fue a La Habana a estudiar cine. Sin embargo, no fue hasta los 45 que sintió que estaba listo para narrarla.
“Siempre he creído que las cosas suceden por una razón”, comenta Barrio, quien admite que en su juventud no tenía la madurez ni el entendimiento necesarios para abordar lo que realmente había ocurrido con el programa y su protagonista.
Después de años de conversaciones con su padre, finalmente le expresó hace un lustro su deseo de contar la historia de “Nubeluz”, pero obtener su aprobación no fue sencillo.
“Mi padre, que formó parte de la génesis del programa, me dejó claro que no permitiría que hiciera algo sensacionalista o morboso”, cuenta Sergio. “Le expliqué que quería narrar una historia sobre la salud mental, abordando aspectos que nunca se han contado, sin enfocarme en el morbo del último día en la vida del personaje (Mónica Santa María). Al escuchar mi enfoque, me dio su apoyo. Fue el primero en autorizarme a seguir adelante con esta película, que no es un biopic, sino una ficción inspirada en hechos reales”, enfatiza.
Pablo Vázquez escribió el guion bajo la supervisión de Sergio, pero cada detalle fue revisado por Cusi Barrio, quien actuó como principal consultor.
“Es un homenaje al programa y a Mónica también. Él personaje principal es ella, claramente se tocan partes de su vida profesional, personal, amorosa, amical, y todo lo que la llevó a terminar como terminó. Inventé cosas que guardan mucha relación con las que sucedieron, siempre manteniendo el respeto a todos los involucrados”, aclara.
Controvertido enfoque
Desde que se supo que Sergio Barrio centraría su largometraje en Mónica, personaje interpretado por Silvana Cañote e inspirado en la ‘dalina chiquita’, las opiniones se dividieron. Aunque recibió comentarios tanto a favor como en contra, el director defiende su enfoque, señalando que le permitió explorar una narrativa más rica y emocional, que trasciende el espectáculo televisivo.
“Contar solo la historia del programa no me resultaba tan atractivo. Aunque formé parte de este y fue una gran inspiración, toda historia necesita un conflicto, un desafío. La historia del programa está presente, pero fue en la vida de Mónica donde encontré la profundidad que buscaba”, explica. Sergio asegura sentirse tranquilo, convencido de haber abordado la historia con respeto y seriedad.
“Sabíamos que no podíamos evitar que se dijeran cosas. Hubiera sido fácil caer en el sensacionalismo, pero preferimos tratar el estigma de la salud mental en los años 90 con seriedad. No es una película que diagnostica, pero sí muestra cómo era visto el tema en esa época. Los psiquiatras y psicólogos que revisaron el guion han valorado justamente eso”, comenta.
Aclara además que, al no ser un biopic, no intentó involucrar a todas las personas cercanas a Mónica, aunque sí mantuvo comunicación con Almendra Gomelsky, otra dalina del programa.
“No contactamos a la familia porque esta es una ficción, una inspiración completa. Si hubiéramos hablado con cada persona cercana a ella, tendríamos cinco películas diferentes. La información que ya tenía, sumada a las conversaciones con mi padre sobre lo ocurrido en el programa, fue suficiente para crear algo nuevo”, aclara.
Sobre Almendra Gomelsky, Sergio comenta: “En algún momento, mencionó que la familia se había puesto en contacto con ella, pero conmigo directamente no. La respeto mucho, la conocí cuando era niño. Antes de la pandemia, la llamamos para contarle sobre el proyecto, y prefirió mantenerse al margen de cualquier cosa relacionada con este, especialmente si estaba inspirada en Mónica. Respetamos su decisión. Le tengo mucho cariño, y me encantaría que vea la película, aunque dijo que no lo haría porque prefiere recordar las cosas a su manera”.
Las grabaciones de esta coproducción entre La Soga y Ronco Films se realizaron en cinco semanas, entre Lima y Buenos Aires. En el estudio de Pachacámac se recreó un set completo inspirado en el programa infantil de los años 90, donde se filmó durante cuatro días.
La película sigue a dos conductoras que ya han sido seleccionadas y están a punto de salir al aire. Muestra cómo comenzaron en el programa y cómo este fue ganando éxito, al mismo tiempo que explora la vida personal del personaje inspirado en Mónica, interpretado por Silvana Cañote. La historia culmina con su partida, revelando las complejidades detrás de su éxito y su vida.
El elenco que tiene a Silvana y a Alessa Wichtel (Almendra) en los roles principales, se completa con actores consolidados como Christian Thorsen y Javier Delgiudice, junto a Andrés Wiese, Nacho Di Marco y Gabriel González.
Sergio Barrio se muestra preparado para cualquier resultado con su nueva película, consciente de que puede ser un éxito de taquilla o pasar desapercibida. Lo que realmente le importa, asegura, es que la audiencia, sea mucha o poca, salga del cine reflexionando sobre la salud mental, un tema que considera poco explorado en el cine peruano.
“Mi mayor deseo es que quienes la vean salgan hablando sobre ello. No se trata solo de alguien que no pudo manejar la fama; hay muchas más capas detrás de un personaje así. Como dijo una vez Chicho Durant, un director debe entender que, una vez que estrena su película, ya no le pertenece, sino al público, y este puede hacer lo que quiera con ella”, subraya con una gran sonrisa. A partir del 19 de septiembre, esta película será del público, y solo entonces descubriremos el impacto que realmente tendrá.