La larga temporada de condecoraciones en Hollywood sentó las bases de lo que se vería en la edición 95 de los Premios de la Academia, los Oscar 2023. “Todo en todas partes al mismo tiempo”, película independiente dirigida por The Daniels (Daniel Kwan y Daniel Scheinert), ratificó todos los galardones obtenidos en los sindicatos de directores, productores, guionistas y actores. Y por eso se quedó con siete trofeos dorados anoche.
No solo obtuvo el de Mejor Película, sino también los de Mejor Dirección para los Daniels, Mejor Actriz (Michelle Yeoh), Guion Original, Edición, Actor de Reparto (Ke Huy Quan) y Actriz de Reparto (Jamie Lee Curtis).
Otro momento emocionante de la noche fue el reconocimiento como Mejor Actor para Brendan Fraser por su papel como un hombre de 270 kilos en “La ballena”.
Pero detrás de “Todo en todas partes al mismo tiempo” se posicionó la cinta alemana de Netflix “Sin novedad en el frente”, quizá el único filme que despertó asombro, pues vino con un perfil bajo a lo largo de las últimas semanas. Dirigida por Edward Berger, se llevó las estatuillas a Mejor Película Internacional, Banda Sonora, Diseño de Producción y Fotografía. También para destacar su buen número de premios, teniendo en cuenta que la Academia no había sido demasiado amable con producciones de Netflix. Este año, en cambio, recibió también el de Mejor Película de Animación gracias al “Pinocho”, dirigida por Guillermo del Toro.
El mexicano fue, por cierto, el único latinoamericano en triunfar en estos Óscar, pues la cubana Ana de Armas no logró convencer con su papel de Marilyn Monroe en “Blonde” y la cinta “Argentina, 1985″ tampoco pudo imponerse a “Sin novedad en el frente” como Mejor Película Internacional.
Lo que sí sorprendió es que algunas cintas que llegaron con varias nominaciones se quedaron sin trofeo alguno. Tal es el caso de “Los Fabelman”, de Steven Spielberg; “Tár”, de Todd Field (que llevaba a su protagonista Cate Blanchett como favorita a Mejor Actriz); y “Los espíritus de la isla”, de Martin McDonagh.
Lo correcto por sobre todo
“Si alguien se pone violento, recibirá el premio a Mejor Actor”. Jimmy Kimmel –quien ayer condujo los Óscar por tercera vez tras las ediciones del 2017 y 2018– bromeó desde el inicio con el golpe que, en la gala del 2022, Will Smith propinó a Chris Rock. “Si pasa lo mismo que el año pasado, no hagan nada... al igual que el año pasado”. Pero el comediante no tuvo tanta suerte: el Dolby Theatre de Los Ángeles respondió tibiamente a sus chascarrillos. Porque si hubo algo que marcó la premiación fue su ritmo lento, ausencia de bromas potentes y un público que no siempre estuvo dispuesto a jugar.
El mismo Kimmel habló sobre lo primero. Tres largas horas parecían demasiado –sobre todo cuando la competencia más directa, la serie “The Last of Us”, estrenó su episodio final en paralelo– y a los asistentes solo les quedaba “resistir”. Lo segundo se confirmó con el rostro incómodo de Steven Spielberg luego de que Kimmel afirmara que Hollywood se había quedado sin ideas y que la mejor prueba era que Spielberg había ficcionado su propia vida en “Los Fabelman”.
La ceremonia –con un errático traductor en la transmisión de HBO Max– también estuvo marcada por las demostraciones de la Academia de su apuesta por la diversidad, la inclusión y el activismo. Se montó un musical de la cinta india “RRR”, y hubo discursos emotivos como el de Ruth Carter (ganadora a Mejor Vestuario y primera mujer negra en ganar dos Óscar). “Estamos cambiando cómo la cultura nos representa”, dijo. Y así fue la gala: priorizó las reivindicaciones y el espacio seguro, antes que la irreverencia y la provocación. Discursos emotivos y reivindicaciones. Ayer, los Óscar fueron más inclusivos, pero poco entretenidos.