Hasta ayer, en Cannes, la presencia latina en la Quincena de Realizadores –sección paralela del festival de cine– incluyó películas y cortometrajes de realizadores de Chile, Colombia y Argentina. Pero en la edición 54 de esta cita con la creación independiente también destacó una peruana: la artista Cecilia Paredes.
Su obra “Blue Flight”, una fotoperformance donde el cuerpo pintado de la artista peruana se mimetiza con un fondo de pájaros azules, fue elegida afiche del evento. Desde Bélgica, donde otra de sus obras es parte de la exhibición “The Print & Paint”, que celebra la restauración de los tapices que cubren el Castillo d’Ursel, Paredes respondió unas preguntas a El Comercio.
¿Cómo llega tu obra a la Quincena de los Realizadores de Cannes?
Por Instagram. Vieron mi obra y me mandaron un mensaje que pensé que era un ‘fake’. Le reenvié el mensaje a mi hijo, y Simon me contesta con cuatro contundentes links sobre quién es Paolo (Moretti, el director), que era la persona que me había escrito personalmente. Desde ahí empieza uno de los más formidables y facilísimos proyectos que he tenido.
“Blue Flight” (“Vuelo azul”) sirvió de marco a todo el evento. ¿Cómo conecta esta obra tuya con el séptimo arte?
Durante la conversación que tuvimos en persona con Paolo, él me contó sobre el proceso de selección. Durante el año, buscan una imagen que sea compatible con el sentimiento que los acompaña. Luego votan y escogen. Este año, mi obra “Vuelo azul” los acercaba a la idea de que el director de un filme inventa, dirige y narra, pero su protagonismo está camuflado, tal como sucede en mi imagen.
Para un artista el lugar común de exhibición suele ser una galería o un museo. ¿Qué te generó ver tu obra en una alfombra roja, en el escenario y hasta colgando en fachadas y boleterías de la Quincena?
El espacio alternativo en sí es interesantísimo porque los que ven la obra pueden ser personas que no suelen acudir a museos o galerías y su mirada puede ser muy enriquecedora. Con la Quinzaine fue aún más entusiasmante, pues [los participantes] son los rebeldes del festival, los que muestran cine alternativo, cero hollywoodense, son los más interesantes, entonces me sentí muy cómoda.
¿Cómo es tu relación con el cine?
Para mí, el teatro y el cine son lo más cercano a la disciplina de la performance. La actuación y su encuentro con la ilusión, el “make belief”, la posibilidad de narrar una historia inventada, así como el acto performático en sí, me resultan extremadamente cercanos. Me nutro muchísimo del cine, sobre todo de aquel que toca temas centrales a la relación del ser humano y su entorno histórico político.
Finalizada la Quincena, ¿hacia dónde volará ahora esta fotoperformance?
Las obras escogidas por la Quinzaine fueron en realidad tres, que utilizarán durante el resto del año en sus libros e impresos. Están “Vuelo azul”, que fue la principal, y hay otras dos para publicación. Y yo volveré a mi taller a trabajar, como quien regresa de una fiesta.