Cuando uno vuelve mentalmente a los años 80, piensa de inmediato en Madonna, Michael Jackson o Cindy Lauper, tres emblemáticos cantantes pop. Pero, felizmente, no fueron los únicos que reinaron en aquella década, que contó con una oferta musical bastante más variada que la actual. Por esos mismos días, bandas rockeras de tendencias diversas empezaron a imponer también sus hits en las radios. Bon Jovi, Quiet Riot o Twisted Sisters, por citar unos pocos ejemplos, tuvieron un exitoso paso por Lima. Otras dos, Def Leppard y Mötley Crue, están por repetirlo, como parte de la gira mundial que, durante varios meses, los llevará por diversas ciudades de América y Europa. Aquí, temas como “Hysteria”, “Photograph”, “Let´s get Rocked” o “Rock of Ages”, además de álbumes como “High ‘n’ Dry” (1981), “Pyromania” (1983), “Hysteria” (1987) o “Adrenalize” (1992) hicieron vibrar a los fanáticos del hard rock con una intensidad que ha hecho inolvidables a sus intérpretes hasta hoy.
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Tras superar peleas, pérdidas y tragedias a lo largo de sus 45 años de formación, Def Leppard llega al Perú con su formación estrella: Joe Elliott (voz, guitarra, teclado), Rick Savage (bajo), Rick Allen (batería), Phil Collen (guitarra) y Vivian Campbell (guitarra). Todos, de alguna manera, han pasado sus propias luchas de superación personal: Allen perdió un brazo tras un grave accidente automovilístico y desarrolló un sistema que le permitió seguir tocando la batería con solvencia; Vivian Campbell lucha desde hace algunos años contra un linfoma de Hodgkin. Además, en 1991, el guitarrista Steve Clark falleció, víctima de una mezcla letal de alcohol y antidepresivos.
A propósito de su próxima visita, El Comercio conversó con Joe Elliott sobre lo que significa para Def Leppard llegar al Perú, la composición de su nuevo álbum, el reto de sobrevivir a diversos golpes de la vida o las verdades o mentiras de la película autobiográfica estrenada varios años atrás. Aquí sus palabras.
—¿Cuál es el mayor desafío de visitar por primera vez ciertos países? ¿Qué es lo mejor de llegar por primera vez al Perú?
El idioma puede ser un problema y, físicamente, el mayor desafío es la altitud. Es difícil, sobre todo como cantante, porque el oxígeno es muy importante. Pero, obviamente, estamos muy felices y orgullosos de saber que una banda que empezó pequeña, en Sheffield, Inglaterra, pueda visitar lugares distintos a través de todo el mundo. Para Def Leppard, lo más importante de poder ir al Perú es hacer más sólida la audiencia rockera y ayudarla a crecer. Hemos estado dando vueltas alrededor por 45 años, pero ahora queremos ir y volver una y otra vez. Y del Perú también adoro Machu Picchu. En serio, si tengo la oportunidad, adoraría ir allí.
—Llegan con Diamond Star Halos, disco nuevo después de algunos años. ¿Cómo ha sido su producción y cuáles han sido las sensaciones dentro del grupo?
Fue una experiencia fascinante grabar el disco como lo hicimos, 100% remotamente, cada uno desde su casa, desde California, Irlanda, Inglaterra o Boston, a causa de la pandemia. No mucha gente puede trabajar como lo hicimos, individualmente, para luego enviarle su parte al ingeniero (Ronan McHugh), para que haga las mezclas y produzca las canciones. Estas canciones vinieron de experiencias totalmente distintas a lo que hemos hecho antes, ya que cada persona estaba creando canciones por su lado, en casa, y los otros miembros solo escuchaban los temas después de un tiempo, cuando eran compartidos. Las primeras 9 canciones del disco se trabajaron así. Las últimas las trabajamos con la música de Phil (Collen, guitarrista del grupo) y mis letras. Este es un disco completamente distinto a todo lo que trabajamos en el pasado, pero es uno de los que nos sentimos extremadamente orgullosos. Diamond Star Halos es un disco fantástico, tanto, que la próxima vez que hagamos un álbum lo haremos de la misma manera, porque creamos algo único.
—A estas alturas de su carrera, ¿Qué significan el heavy metal o el hard rock para ustedes?
El heavy metal no mucho, honestamente. Nosotros nunca nos consideramos una banda de heavy metal, aunque tuviéramos riffs de guitarra en nuestras canciones. Nos consideramos una banda de hard rock y creo que hay una diferencia. El Heavy metal no incluye guitarras acústicas, piano, armonías. Por ejemplo, Queen ha sido una de nuestras mayores influencias colectivas y no es una banda de heavy, sino de rock, igual otras bandas que nos inspiran, como David Bowie, T Rex, Suede, Slade o Mott the Hoople. El heavy metal es un gran género, a la gente le encanta, tienen una gran audiencia, a mí también me gusta, pero nosotros no somos heavy. Nosotros hacemos un rock más melódico por la forma en la que cantamos, producimos nuestra música y porque, de hecho, hemos estado en rankings pop, y las bandas de heavy metal no hacen eso (risas). Tienen una audiencia para música más dura. Categorizarnos como banda de rock significa que tenemos una audiencia más diversa.
—Han pasado muchos momentos difíciles como banda. La salida de Pete Willis, el accidente de Rick Allen, la partida de Steve Clark. ¿Cómo se sobrevive a eso? ¿Cómo seguir adelante?
Buena pregunta. La manera en que logramos vencer esos retos es que nos consideramos humanos antes que solo integrantes de una banda. Obviamente, como a todos, nos han ocurrido muchas cosas negativas: el accidente en el que Rick perdió su brazo, la muerte de Steve, el cáncer de Vivian. Pero luego, consideramos todas las cosas logradas, el éxito, la emoción, la venta de álbumes, los conciertos increíbles que hemos conseguido hacer en estos 45 años y nos ponemos a pensar que, si elegimos a alguien al azar en la calle, también va a tener varias experiencias negativas similares a las nuestras, como accidentes o muertes, pero no han vivido esas otras emociones tan grandes. Somos muy afortunados. Eso es lo que nos ayuda a manejar esas situaciones difíciles, porque así es la vida y las cosas pasan. Y no es que sea insignificante, porque nunca lo es, pero les pasa a todos. Solo parece distinto porque estamos en una banda famosa y tenemos focos sobre nosotros, pero ponernos a pensar en todo lo que nos hemos divertido o en el éxito que hemos tenido, nos ayuda a seguir adelante a pesar de los retos que enfrentamos.
—La escena musical ha cambiado muchísimo desde los años 80. Pero ustedes han vendido más de 1 millón de entradas en su último tour. A pesar de la aparente supremacía actual de otros ritmos, ¿Cómo se mantiene vivo el rock y al público conectado con él?
Honestamente, no lo sé, no tengo idea. Siento que somos personas muy afortunadas que, simplemente, están en una banda que se llama Def Leppard, que tuvo muchos éxitos en los 80 y 90, y la gente se enamoró de la música y es de por vida. La gente realmente se identifica con nosotros. Y a una generación anterior, Billy Joel, Elton John, los Rolling Stones o Paul McCartney, la gente también los amaba por su música. Entonces, a pesar de que pasen los años, el hecho de que ellos y nosotros sigamos haciendo giras y conciertos significa que la gente también siente que quiere vernos, cantar nuestras canciones con nosotros, vivir esa experiencia. A pesar de que algunas personas pueden decir que es nostalgia, nosotros lo llamamos música. Escribimos canciones, conectamos con la gente, ellos conectan con nuestra música. Somos muy afortunados de que sigan conectados y vengan a vernos para mantener el rock vivo.
—Ya saben lo que es girar con otras bandas, como han hecho con Cheap Trick, Poison o Whistesnake. En el caso de Mötley Crue, ¿Qué es lo mejor de hacer estos conciertos juntos a ellos?
¡Es una gran experiencia! ¡Increíble! Los Mötley Crue me caen muy bien como personas, además de como banda. Me encantan. Nikki Sixx y yo somos muy cercanos, además. Salimos a cenar, hablamos seguido por teléfono. No solo hay respeto como artistas, sino como amigos. Siento que las dos bandas son muy distintas, pero se complementan muy bien. Def Leppard somos más melódicos, Mötley es mas hard. Eso es lo que hace que tengamos muy buena relación, sin competir, somos muy distintos y nos complementamos, nos llevamos muy bien entre todos. Para nosotros, en este caso 1 + 1 es igual a 3. Somos más poderosos juntos y nuestras diferencias crean algo único.
—¿Y las giras o el detrás del escenario ya no es tan loco como hace 30 años?
No. Ya no más (risas). Todos somos un poco más viejos, más sabios, hemos aprendido mucho. Además, la mayoría tiene familias ahora. Hay muchos niños dando vueltas por todos lados y eso hace que la experiencia sea muy, muy distinta a como era hace 30 años (risas)
—Mirando hacia atrás, ¿Qué sientes que es lo mejor de haber formado Def Leppard, de haber hecho esta vida como músico?
La amistad. Pienso que la amistad nos hace mantenernos juntos después de tantos años. Tenemos la ambición de no decepcionarnos entre nosotros mismos, porque tenemos un legado y una reputación que proteger. Hemos escrito muchas canciones en el pasado que han sido hits y fantásticas y no queremos arruinar ese éxito al no seguir siendo tan buenos como antes. Siempre tratamos de ser mejores que el año anterior, que el día anterior. Siempre queremos seguir mejorando, pero lo más importante es sentir que disfrutamos de nuestra compañía, de cantar canciones en vivo y de seguir avanzando y protegiendo el nombre de Def Leppard y la reputación que nos sigue. Eso sí, seguiremos haciendo nueva música, porque el hecho de proteger ese legado no significa que dejemos de hacer buena música. Esperamos que siga siendo igual de buena que siempre. Es la mejor parte de estar en una banda: poder retarnos entre nosotros y mantener en alto el nombre y seguir siendo amigos entre todos.
—Han pasado 20 años de “Hysteria, The Def Leppard Story”, filme biográfico de la banda. Esta es una buena oportunidad para contarle a tus fans peruanos qué tanto es verdad en ella.
Poquito. Mucho poquito (risas). En serio, muy poquito de lo que se mostró en ese film era cierto. No nos representa muy bien y no se hizo muy bien. Trataron de cambiar muchas cosas de nuestras vidas para que la película funcionara, pero eso significó cambiar mucho la verdad en beneficio del guion. Nosotros dijimos que no en muchas partes en que nos daban un guion que cambiaba cosas de nuestras vidas que no eran ciertas. Por ejemplo, hay una escena en que mi mamá y mi papá acarician a un perro… ¡Pero nosotros nunca tuvimos uno! (risas) Varias cositas así le metieron a la película para que tenga otro efecto con los fans, pero no eran ciertas. Aunque algunos fans no se dieran cuenta, nosotros sí nos lo preguntamos: ¿Por qué incluir cosas que no tuvieron nada que ver con nosotros? En la música sí se acercaron a cómo somos, pero en nuestras vidas no mostraron mucha verdad. No representa lo que éramos. Algún día, espero que lo podamos corregir y tener la oportunidad de hacer una nueva película que nos presente de mejor manera, pero aún está por verse.