
Escucha la noticia
“No es marketing. Estoy haciendo un alto real en mi carrera”: la verdad detrás del retiro de los escenarios de Álvaro Rod
Resumen generado por Inteligencia Artificial
Accede a esta función exclusiva
Resume las noticias y mantente informado sin interrupciones.
A los 29 años, Álvaro Rod vuelve a despedirse de algo que ama. La primera vez fue del fútbol, cuando las circunstancias lo obligaron a dejar el campo de juego en España y regresar al Perú. Ahora, una década después, se despide de los escenarios, esta vez por decisión propia. Tras diez años de carrera, más de cien canciones registradas en la APDAYC, dos nominaciones a los Premios Heat y una al Latin Grammy 2025, el cantante y compositor peruano anuncia un alto en su vida artística. “Quiero salirme de este mundo porque siento que estoy contaminando un poco mi vida”, confiesa con calma. No lo mueve el cansancio ni el fracaso, sino una necesidad de sanidad interior, de reencontrarse con lo esencial.
“No me estoy retirando por crisis ni por nada —aclara—. Es una decisión personal. Decido hacerlo ahora porque quiero que la gente me recuerde en lo más alto”, asegura.

Álvaro Rod reconoce que hay momentos en que seguir no es avanzar y por eso se detiene y toma una decisión que no nace del cansancio, sino del deseo de preservar su paz interior.
“Todo lo que brilla en la música no es felicidad. Hay muchas cosas detrás que la gente no ve, y que me llevaron a tomar esta decisión. Son cosas que la gente de la música sabe y conoce. No quiero ahondar mucho en el tema, pero básicamente es eso”, detalla.
Pero no solo la rutina o el ritmo de la industria lo empujaron a detenerse. Álvaro también carga con el peso de vivir —y cantar— en un país donde la inseguridad se ha vuelto una sombra diaria.
“He vivido de cerca lo que pasó con ‘El Ruso’ de Armonía 10 hace unos meses y ahora lo de Agua Marina… es muy triste”, dice. “No es el motivo principal de mi retiro, pero definitivamente influye. Mucha fuerza para cada peruano que sale a trabajar con miedo de no volver a casa”, señala.
A eso se suma los comentarios que —como los del creador de contenidos Carlos Orozco— cuestionan su éxito y su autenticidad. Álvaro no evade el tema, pero tampoco lo alimenta. “Comentarios así siempre hay. Se ha dicho que no merecía los premios que gané, pero la gente no sabe cómo funciona realmente la industria. Me premiaron en distintos géneros porque soy versátil: he hecho baladas, salsa, cumbia, y el público lo aceptó. Si no hubiera funcionado, no habría podido construir mi carrera”.
“No me voy por ellos, pero sí me afectan. Uno trata de mantener la calma, pero llega un punto en que tanto ruido te contamina”, admite. “Siento que mi carrera empezó a mezclarse con mi vida, y eso es lo que quiero evitar, quiero descontaminarme de muchas cosas. No quiero que la industria, tal como se vive aquí, que no permite a un artista crecer, afecte mi salud mental ni mi paz. Por eso decido parar”.
Álvaro deja en claro que su decisión, no es una estrategia para generar expectativa ni vender entradas. “No es marketing —aclara—. Estoy haciendo un alto real en mi carrera. Quiero tomarme este último tramo del año y el próximo para entender qué quiero buscar con todo lo que ya he logrado”.

Cerrando ciclos
Lejos de los escenarios, Álvaro Rod espera reencontrarse con la calma y la vida sin reflectores. “En diciembre me voy a Europa —cuenta—, tengo reuniones, proyectos fuera del país, pero sobre todo necesito tiempo para mí. Quiero replantear muchas cosas y ver hacia dónde iré. De hecho la música puede estar incluida, pero de una forma diferente”.
Dice que no busca escapar, sino respirar. Después de una década de ritmo intenso, premios, giras y aplausos, el artista elige detenerse para mirar lo que construyó sin prisa.
“Miro atrás y siento gratitud —reconoce—. La gente se ha enamorado con mis canciones, ha pedido perdón, ha vivido con mis canciones. Eso es lo más bonito que me deja la música”.
Su despedida no suena a final, sino a transformación. Graba su primer álbum, que presentará a fin de año como una despedida, y prepara una última gira antes de detenerse. Por primera vez, se permite vivir sin la exigencia del escenario. “Estoy cerrando ciclos”, afirma.













