“Cuando se le pregunta qué significa para ella la palabra “racismo”, la intelectual estadounidense Ruth Gilmore responde que el racismo es la exposición de determinados colectivos a una muerte prematura. Esta definición sirve también para la dominación masculina, el odio a los homosexuales o a las personas transgénero, la dominación de clase o cualquier fenómeno de opresión social y política. Si entendemos la política como el gobierno de unos seres sobre otros y tenemos en cuenta que los individuos existen en el seno de una comunidad que no han elegido, entonces la política es la distinción entre colectivos cuya vida se asegura, se alienta y se protege y otros expuestos a la muerte, la persecución, el asesinato”, así empieza la novela “Quién mató a mi padre”, del francés Éduard Louis, que el dramaturgo y director de teatro Jorge Castro ha empezado a leer.
Para Castro, quien ha escrito una obra llamada “Newmarket” y que cuenta la historia de un hombre que nunca tuvo la oportunidad de desarrollar un sentido de pertenencia en ningún espacio físico ni emocional, la migración es un fenómeno social que siempre conlleva transformación y como tal siempre trae aportes y problemas. “A veces es necesario que algunas cosas se muevan de su sitio o que dejen de ser como eran, pero también permite que otras surjan. Es un proceso vivo y transformador”, señala.
Por su parte, Paco Bardales, director de cine, entiende la migración como un proceso de construcción de uno mismo a partir de la relación con el espacio. “Las personas terminamos convirtiéndonos en quiénes somos, en parte, por la interacción con el medio en el que nos encontramos. Entonces, un migrante cambia al estar en otro lugar, al vivir en otro espacio y enfrentarse a otras costumbres. Pero el lugar también cambia”, indica el cineasta nacido en Iquitos.
Óscar Colchado, ganador del Premio Nacional de Literatura y autor del libro “Cholito en la ciudad del río hablador”, reconoce que decidió vivir en Lima porque quería crecer como escritor y en la ciudad donde vivía no podría hacerlo. “Nací en Huallanca, Ancash, pero siempre fui un migrante, por el trabajo de mi papá, mi familia y yo nos mudábamos constantemente. Pero ya adulto decidí mudarme de Chimbote a Lima, porque sabía que donde vivía no existían las oportunidades culturales ni intelectuales para que continúe mi vida de escritor”, recuerda Colchado.
“La migración trae muchos beneficios. Yo creo que quien migra se enfrenta un mundo nuevo y es un reto tener que asimilar una nueva vida”, agrega el escritor.
La poeta Andrea Cabel apunta que la situación de los migrantes siempre ha sido muy compleja. “Porque se debe aprender un nuevo idioma que es la sobrevivencia diaria. El migrante está en una situación de vulnerabilidad particular, a veces deben cargar con estigmas y prejuicios que otros se ganaron. Creo que los migrantes aprenden mucho más que los que no salen porque se exponen y están en constante prueba y riesgo y, en ese sentido, la migración carga con un matiz de cierta violencia pero también con una respuesta de capacidad adaptativa”, explica.
—Experiencia propia —
Alejandro Clavier es venezolano, es director del festival Sala de Parto y dirigió una adaptación del clásico griego “Electra”, ambientado en un contexto de migrantes venezolanos al Perú. El elenco estuvo conformado casi en su totalidad por actores venezolanos. “La migración venezolana es forzada, no es porque los venezolanos quieran probar nuevas experiencias. Tienes que salir. Y hay una disposición de la persona de dejarse influir y también de abrirse con todo su potencial para nutrirse de lo que lo rodea. Yo empecé en 2009 trabajando en un call center, luego en Starbucks y luego en La Plaza como anfitrión y siempre mantuve mi motivación por pertenecer a un ambiente artístico profesional y hoy soy director del festival Sala de Parto”, comenta Clavier.