
Escucha la noticia
¿Solo un premio consuelo? Qué significa para Cristal y Cusco FC ser Perú 2 en la Copa, una recompensa al estilo de los años 90
Resumen generado por Inteligencia Artificial
Accede a esta función exclusiva
Resume las noticias y mantente informado sin interrupciones.
En el fútbol peruano, a veces los premios no brillan, pero pesan. El subcampeonato de la Liga 1, ese que históricamente se leyó como el umbral del “casi”, hoy tiene un significado distinto luego de que la organización decidiera que exista un playoffs para determinar los lugares a clasificación de Copa Libertadores. Con la ‘U’ como campeón y Perú 1, solo hay un solo boleto más para la fase de grupos del torneo en 2026 y, con él, un ingreso inmediato de US$3 millones. No es un detalle menor, es una línea que define la temporada de un club, sus urgencias y sus aspiraciones.
LEE: “Soy Celeste”: cómo comprar el libro de El Comercio que rememora el camino a la grandeza de Sporting Cristal
Sporting Cristal llega a la revancha de este domingo 14 de diciembre con una ventaja mínima tras el 1-0 de la ida disputada en el Estadio Nacional. Cusco FC, en cambio, regresa a su casa con la obligación -y la oportunidad- de reescribir una historia que su hinchada aún mira con distancia. Pero más allá del marcador, el premio final abre una discusión que trasciende la tabla: ¿Qué representa realmente ser subcampeón en un torneo que premia al segundo como si fuera un campeón silencioso?
Newsletter exclusivo para suscriptores

Para Víctor Zaferson, scout y analista peruano, el valor del segundo lugar se mide en varias capas. “Es mucho más que un premio consuelo. Pero si eres un club grande se ve como fracaso, porque el objetivo es ser campeón”, explica. El subcampeonato, recuerda, garantiza ingresos por televisión, taquilla y triunfos, además del cupo continental.
Cristal, dice Zaferson, interpreta este “En el último tramo levantó”. Y añade un matiz histórico: “En los 90, los segundos puestos se celebraban porque solo iban dos (a Libertadores) y el segundo salía de una liguilla de todos contra todos”.
- Los clasificados a la Copa Libertadores 2026:
| Universitario | Perú 1 | Campeón | Fase de grupos |
| Cristal / Cusco FC | Perú 2 | Subcampeón | Fase de grupos |
| Cristal / Cusco FC | Perú 3 | Tercer lugar | Fase 2 |
| Alianza Lima | Perú 4 | Cuarto lugar | Fase 1 |
Sporting Cristal y su propia vara: un premio que no sabe a premio
En La Florida, sin embargo, el debate es emocional. Denilson Barrenechea, periodista que sigue a Sporting Cristal, sostiene que este segundo lugar no se vive como un alivio, sino como un recordatorio incómodo.
“Es un triste premio consuelo”, dice sin rodeos. “Cristal siempre se caracterizó por pelear campeonatos y nunca conformarse con poco. Históricamente, no campeonar fue un fracaso. Pero desde la llegada de Innova Sport se normalizó no llegar a las últimas fechas con chances reales”.
Lo que antes era una obligación, ahora -asegura- se celebra como un logro. “Hoy, por el simple hecho de clasificar a fase de grupos, ya se siente como un título. Ese es el mensaje que circula internamente, confirmando que lo económico está por encima de la gloria”.
Cusco FC y una oportunidad internacional
En el Cusco la lectura es distinta. Juan Sequeiros, corresponsal para Correo en la ciudad imperial, describe un ambiente tibio, casi indiferente. “Hay poca emoción en el ambiente. Cusco FC no jala multitudes como Cienciano o Garcilaso”, comenta. El equipo juega, pero la ciudad aún no se siente parte.
Aún así, subraya que el beneficio está ahí: “La clasificación siempre es buena, por la proyección del club y los bonos que se pueden ganar. Aunque la gente no está animada”.
¿Qué valor da ser Perú 2?
La pregunta inicial -¿solo se trata de dinero?- encuentra varias respuestas. El subcampeonato ofrece estabilidad para planificar, poder para competir en el mercado de fichajes, espacio financiero para retener futbolistas y una vitrina internacional que rara vez se abre en el fútbol peruano. Son, además de US$3 millones, seis partidos para mostrarse.
El próximo domingo, en el Cusco, no solo se juega un cupo. También se juega la forma en que dos clubes se proyectan hacia el futuro: uno tratando de recuperar su estándar de grandeza; el otro buscando construir, por fin, una identidad que trascienda la tabla.








