La cinematográfica explosión de 2.750 toneladas de nitrato de amonio en el puerto de Beirut que asoló el martes la capital del Líbano viene dejando al menos 113 muertos, 4 mil heridos y decenas de desaparecidos. Pero más allá del dolor, esta tragedia ha dejado en evidencia el caos político, económico y social en el que se encuentra inmerso el país desde hace un par de años.