Bitcoin, la criptomoneda que nació en el 2008 y cuyo primer valor en el mercado equivalía a mucho menos de un centavo de dólar (US$0.00076392), superó el jueves 5 por primera vez la barrera de los US$100.000. El alza se dio en medio de una intensa promoción de la criptodivisa en la campaña del electo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. El líder republicano no desaprovechó la oportunidad para atribuirse el mérito de este hito.
“¡¡¡FELICIDADES BITCOINERS!!! ¡¡¡$100,000!!! ¡¡¡DE NADA!!! Juntos haremos América grande otra vez!”, escribió en Truth Social, su red social.
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Trump y el bitcoin
En su primer mandato, Trump acusó al bitcoin de ser una estafa. Su discurso cambió radicalmente en su última campaña, en la que incluso prometió hacer de EE.UU. la capital mundial del bitcoin y las criptomonedas.
Este giro de 180 de grados se debió a que buena parte de su campaña estuvo financiada por empresas de este sector.
El magnate ha dicho que podría crear un ministerio de criptomoneda o una reserva estratégica de bitcoines en el país.
No obstante, el empujón final fue el anuncio del futuro nombramiento del abogado republicano Paul Atkins, favorable a las criptomonedas, para dirigir la Comisión de Bolsa y Valores, la autoridad reguladora de los mercados financieros, también conocida como SEC. El valor del activo aumentó un 8%.
De esta manera, la revalorización es de alrededor del 50% desde la victoria del republicano y de más del 130% desde comienzos de este año.
Consultado por El Comercio, Walter Bazán, profesor de Finanzas de la Universidad del Pacífico y experto en criptomonedas, explica que en líneas generales la mayor aceptación de la criptomoneda se debe a que “la gente ha comenzado a entender mejor las ventajas de esta tecnología, perdiéndole el miedo”. Aunque también aclara que bitcoin, si bien es la criptomoneda más grande, es solo una aplicación dentro de un mercado mucho más amplio que incluye diversas criptomonedas.
Siendo varias las promesas hechas por Trump en campaña, aún está por verse si realmente se materializan.
“Lo que sí ha tenido impacto en el mercado son hechos como los ETF de Bitcoin, las decisiones de MicroStrategy, y el recorte en las tasas de interés. Comparado con estos eventos, el factor Trump tiene una influencia menor, aunque no deja de ser relevante”, señala el docente.
Volatilidad y futuro del bitcoin
A lo largo de sus 16 años de existencia, bitcoin ha sido la criptomoneda con mayor reputación, aunque no ha estado exenta de polémicas. Se le acusa de ser utilizada para blanquear dinero y de ser la moneda preferida de los piratas informáticos.
Una mayor regulación podría transparentar muchas de las dudas actuales, además de otorgarle mayor confianza frente a los inversores.
Aunque gran parte del entusiasmo alrededor del bitcoin es especulativo, la divisa se ha ganado cierta respetabilidad en los últimos años. Un claro ejemplo es la efervescencia que ha generado la victoria de Trump. ¿Sus propuestas podrían controlar su volatilidad?
“Es poco probable. La volatilidad actual se debe principalmente a que muchas personas aún no comprenden del todo las ventajas de esta tecnología. Si comparamos, empresas tecnológicas como Nvidia, Netflix o Tesla también presentan alta volatilidad, aunque no tan extrema como la de Bitcoin, y esto ocurre en mercados mucho más regulados”, comenta Bazán a este Diario.
“La volatilidad, en gran parte, proviene también de los pequeños inversionistas, quienes suelen operar con horizontes de corto plazo. Por el contrario, los grandes inversionistas institucionales, como BlackRock o Fidelity, tienen una visión más a mediano o largo plazo, lo que ayuda a estabilizar un poco el mercado. Por lo tanto, la volatilidad no depende tanto de la regulación como del conocimiento y comportamiento de los actores del mercado”.
El especialista menciona, además, que el respaldo al bitcoin probablemente generaría un efecto positivo en el mercado cripto en general. En países como EE.UU. y algunos de Europa, los Exchanges están bien regulados, exigiendo capas de seguridad como verificación de identidad. Esto ayuda a transparentar las operaciones y hace que tanto bitcoin como otras criptomonedas sean más confiables para los inversionistas.
Cabe recordar que malos actores existen en cualquier mercado, como se ha visto en casos recientes con bancos tradicionales. Por ello, la regulación no solo debe buscar transparencia, sino también garantizar que la información sea fidedigna, lo que beneficiará tanto a grandes inversionistas como a pequeños.
La experiencia de El Salvador
El Salvador fue el primer país en adoptar el bitcoin como una de sus monedas legales en septiembre del 2021; sin embargo, no ha terminado de calar en la población.
De acuerdo con un estudio del Instituto Universitario de Opinión Pública de la Universidad Centroamericana (UCA), al cierre de 2023 el 88% de los salvadoreños no utilizan la criptomoneda.
Pese a ello, el jefe de Estado de El Salvador, Nayib Bukele, celebró este jueves 5 las ganancias acumuladas de su país.
“Gracias a Dios, las reservas de bitcóin de nuestro país ahora valen 127,30% más de lo que pagamos por ellas, lo que significa un incremento de 344 millones de dólares”, escribió en su cuenta de la red social Facebook.
Origen del bitcoin
El bitcóin, creado en el 2008 por el enigmático Satoshi Nakamoto, surgió como una alternativa para escapar del control de las instituciones financieras tradicionales. Su base es la tecnología ‘blockchain’, un sistema que registra transacciones de manera descentralizada y segura, garantizando que no puedan ser alteradas gracias a una red de computadoras distribuidas globalmente.
La creación de nuevos bitcoines, conocida como minería, se lleva a cabo como “recompensa” para las computadoras que resuelven problemas matemáticos complejos. Este proceso, que consume una gran cantidad de energía, valida las transacciones en la red. Para prevenir un crecimiento descontrolado, Nakamoto estableció un límite de 21 millones de monedas, una cifra que se espera alcanzar en el año 2140.
En enero, los reguladores financieros de Estados Unidos dieron un paso significativo al aprobar fondos cotizados en bitcoines. Esta medida facilita que un público más amplio invierta en esta criptomoneda sin necesidad de adquirirla directamente, abriendo nuevas posibilidades para su adopción masiva.