
Escucha la noticia

“Está afectando emocionalmente a muchos compañeros”: lo que viven los estudiantes peruanos en Harvard tras la ofensiva de Trump
Resumen generado por Inteligencia Artificial
Accede a esta función exclusiva
Resume las noticias y mantente informado sin interrupciones.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, decretó la suspensión por seis meses de la emisión de visas para ciudadanos extranjeros admitidos en la Universidad de Harvard, decisión que ha generado alarma entre los estudiantes internacionales, incluidos los peruanos. La medida, anunciada el miércoles por la noche, también contempla la revisión de visados vigentes, lo que podría afectar a quienes ya cursan estudios en dicho país.
La proclamación presidencial restringe el ingreso a EE.UU. de todo extranjero cuyo objetivo principal sea iniciar estudios académicos o participar en programas de intercambio organizados por la universidad. Además, ordena al Departamento de Estado considerar la revocación de visas F, M o J existentes para aquellos estudiantes que cumplan con los criterios establecidos en la norma.
Newsletter Vuelta al Mundo

Francisco Sanz analiza cómo los eventos internacionales transforman el mundo, cada martes.
MIRA: Donald Trump prohibe emitir visas a estudiantes extranjeros de Universidad de Harvard
Según datos de la propia institución, Harvard cuenta con cerca de 6.800 estudiantes internacionales, que representan más del 27 % de su matrícula total este año. Los principales países de origen de estos alumnos son China, Canadá, India, Corea del Sur y Reino Unido.
Esta nueva restricción intensifica el enfrentamiento entre el gobierno de Trump y la universidad más antigua y prestigiosa de Estados Unidos. La administración acusa a Harvard y a otras instituciones de élite de no controlar las manifestaciones propalestinas y de marginar posturas conservadoras. Desde la universidad, sin embargo, han señalado que se han tomado medidas frente al antisemitismo y rechazan los intentos del gobierno por intervenir en su autonomía académica.

La semana pasada, un juez federal prorrogó la suspensión temporal de una medida anterior con la que Trump ya había intentado bloquear la admisión de estudiantes internacionales. Con esta nueva proclamación, el mandatario busca un camino legal alternativo para cumplir su objetivo.
Harvard rechazó públicamente la decisión. “Esta es otra represalia ilegal de la Administración, que viola los derechos garantizados por la Primera Enmienda”, declaró un portavoz, y adelantó que la universidad apelará.
Incertidumbre y angustia entre estudiantes peruanos
La medida ha generado preocupación entre miles de estudiantes internacionales, incluidos varios peruanos. Muchos de ellos no solo temen por su situación migratoria, sino también por las posibles consecuencias de expresar opiniones críticas. Publicar en redes sociales o firmar una columna contraria al gobierno podría poner en riesgo su permanencia en el país.
Kathy Gutiérrez, de 28 años, acaba de culminar su maestría en Administración Pública y Desarrollo Internacional, uno de los programas con mayor presencia extranjera en Harvard. “Más del 90% de los estudiantes de mi maestría venimos de fuera. Esta decisión nos ha golpeado de frente. Pensaba quedarme uno o dos años más, pero ahora todo está en el aire”, cuenta a El Comercio.
Según explica, los egresados suelen extender su estadía mediante un permiso vinculado a la visa de estudiante. “Si se revoca, solo podríamos quedarnos si una empresa nos patrocina una visa laboral, lo cual es más complicado”, señala. “Hay miedo, incertidumbre y una sensación de que esta administración simplemente no nos quiere aquí”.
Desde Boston, Álvaro Delgado, también egresado peruano de Harvard y miembro de la Asociación de Estudiantes Peruanos de dicha casa de estudios (HAPS, por sus siglas en inglés), relata un ambiente de tensión generalizada. “Lo que está ocurriendo aquí es bastante dramático. Está afectando emocionalmente a muchos compañeros. Hay ansiedad, estrés e incertidumbre real entre quienes están en proceso de graduarse, quienes planeaban venir y quienes aún están estudiando”, expresa.
“Nadie sabe con certeza qué va a pasar. No está claro si ya comenzaron a revocar visados o si podrían hacerlo en los próximos días”. Delgado añade que hasta el momento no han recibido una comunicación oficial del centro de estudios tras la proclamación. “Esperamos que pronto Harvard se pronuncie, porque una declaración clara podría dar algo de tranquilidad en medio de tanta tensión”.

También comenta que desde HAPS están en contacto con unos 60 o 70 peruanos vinculados recientemente a Harvard. “Sabemos que no somos los únicos: hay muchos estudiantes internacionales en la misma situación, especialmente de países con fricciones diplomáticas con EE.UU., como China o Irán”.
Por su parte, Niels Pacheco, de 27 años y graduado del máster en Ciencias Médicas en Investigación Clínica, advierte que su plan era continuar su carrera como investigador en EE.UU., pero su permanencia se ha vuelto incierta. “Mi visa F-1 debía extenderse para poder trabajar en el área que me entrenaron, pero esta se encuentra ligada a Harvard. Incluso cambiar a una visa J-1, patrocinada por el hospital donde trabajo, es complicado porque las citas están suspendidas. Así que por ahora mi permanencia en Estados Unidos es incierta”.
Pacheco señala que en el entorno académico se percibe una mezcla de ansiedad y resignación. “En mi círculo tratamos de tomarlo de la forma más estoica posible, pero esta incertidumbre aumenta los niveles de ansiedad en todos nosotros, especialmente en aquellos que aún no se han graduado y temen perder el programa de estudio. Harvard está tratando de ayudarnos: ha habilitado espacios de orientación, pero su margen de acción es limitado”.
Una universidad con legado, prestigio y poder

Desde la Casa Blanca han señalado que el presidente “no se opone a que haya estudiantes extranjeros”, pero considera que deben ser personas “que puedan amar a nuestro país”. Además, la administración ha vinculado a Harvard con actores extranjeros, particularmente con China, alegando que la universidad es un foco de influencia del Partido Comunista Chino.
En respuesta, el gobierno chino protestó enérgicamente. “Nos oponemos a la politización de la cooperación educativa”, declaró el vocero del Ministerio de Exteriores, Lin Jian, quien calificó la medida como perjudicial para la credibilidad internacional de Estados Unidos. Beijing aseguró que defenderá “firmemente los derechos e intereses legítimos” de sus estudiantes.
Mientras tanto, el consulado peruano en Boston ha iniciado un registro de estudiantes nacionales como medida preventiva.
Fundada en 1636, Harvard no solo es la universidad más antigua de EE.UU., sino también una de las instituciones más influyentes del mundo, con un legado académico que ha marcado el rumbo de la ciencia, la política y el pensamiento global. Por sus aulas han pasado mandatarios, premios Nobel, filósofos y científicos que han dado forma al liderazgo intelectual estadounidense.
Ese peso simbólico se sostiene también en cifras: con un fondo patrimonial estimado en 53.000 millones de dólares —superior al PIB de más de un centenar de países, incluidos Islandia, Bolivia y Honduras—, Harvard es además la universidad más rica del mundo. Su fortaleza financiera le permite resistir presiones políticas que comprometerían a otras instituciones menos consolidadas.










