Chile está decidido a no perder el tiempo, al menos en lo que a la competencia por el litio se refiere. El vecino del sur ha impulsado una serie de reformas para tener el liderazgo de la explotación del llamado “oro blanco”. Actualmente es el segundo mayor productor del mundo, solo detrás de Australia.
Altoandinos de la Empresa Nacional de Minería (Enami) es uno de los proyectos clave de Chile, según un informe de la agencia AFP. Trabaja en los salares Aguilar, La Isla y Grande, y podría aportar 60.000 toneladas anuales del metal.
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Mientras se trabaja a doble turno en Aguilar, en su fase de exploración, las muestras de salmuera y trozos del pozo son enviados a un laboratorio que determinará la concentración de litio.
Pero también se ha dispuesto la producción en el salar de Atacama. Para esto se firmó un acuerdo entre la empresa estatal Codelco y la privada SQM, una de las principales productoras de litio del planeta. Con esta alianza se sumará entre los años 2025 y 2030 unas 300.000 toneladas de litio en total.
En marzo de este año se informó que el salar de Atacama es de donde se extrae la mayor cantidad de litio. También se podrá desarrollar proyectos en los salares de Pedernales, Grande, Los Infieles, La Isla y Aguilar; y además cuenta con otro grupo de 26 salares para los cuales se hará un llamado a inversionistas nacionales y extranjeros.
Todas estas actividades forman parte de la Estrategia Nacional del Litio, lanzada en el 2023, y que -como dice en su página web- busca aumentar las riquezas y crear una industria chilena.
“La colaboración público-privada es la forma de aprovechar esta oportunidad histórica”, señala la página de la Estrategia Nacional del Litio.
En cuanto al impacto económico, la agencia AFP informa que el precio del litio se disparó 400% durante el 2022. Además, las exportaciones chilenas pasaron de US$1.233 millones en el 2021 a US$8.093 millones en el 2022, y solo el litio representó el 3% del PBI del vecino país.
Por otro lado, la alianza entre Codelco y SQM implica la creación de una gigantesca empresa de explotación de litio. El acuerdo se extenderá por 35 años, del 2025 al 2060.
La pugna por el litio
Según cifras del portal de estadísticas Statista del 2023, Australia es el país que lidera la producción de litio a nivel mundial con un total de 86.000 toneladas, seguido por Chile con un total de 44 mil toneladas y China que alcanza las 33 mil toneladas.
Mucho más abajo se encuentran Argentina, Brasil, Zimbabue, Portugal y Canadá.
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Ahora bien, en Australia la situación es más que curiosa. Un informe de la cadena BBC muestra que el cambio se dio casi de casualidad. Fue en 1980 que se encontró litio en Greenbushes, y que en realidad se trataba de un metal alcalino reactivo de color blanco plateado suave al que no le dieron importancia. Además, era visto como una rareza geológica.
Sin embargo, con el paso del tiempo, frente a la búsqueda de nuevas tecnologías amigables al medioambiente, se puso la mirada en Greenbushes. Hoy es el mayor yacimiento de litio y representa más de una quinta parte de la producción mundial.
Pero Australia también atraviesa problemas. Un informe del diario El Economista señaló el año pasado que hay una pugna por el control de su mercado, para la exploración y explotación, y que las compañías nacionales se oponen al ingreso de firmas extranjeras.
Señala el investigador Rolf Griseler, del Instituto de la Naturaleza, Tierra y Energía (INTE-PUCP), que el litio es un mineral que hoy tiene gran importancia porque lo encontramos en las baterías de los diferentes aparatos tecnológicos que usamos, incluso en los autos eléctricos. "Tiene importancia en todo lo que es el cambio de la industria energética y el almacenamiento de energía", indica. Además, nos da facilidad para desplazarnos.
En el contexto sudamericano existe el llamado “Triángulo de litio”. Se trata de una zona geográfica ubicada entre las fronteras de Chile, Argentina y Bolivia, donde se concentra la mayor reserva del planeta de este metal. Ya vimos que Chile y Argentina se encuentran en la lista de mayores productores. ¿Qué sucede con Bolivia?
Los principales pasos los ha dado a fines del año pasado. El gobierno boliviano firmó un acuerdo por US$450 millones con la estatal rusa Uranium One Group para la explotación de litio. Este contrato incluye la instalación de una planta piloto para la extracción de este material.
Pero lo más importante es que inauguró su primera planta estatal de carbonato de litio en el Salar de Uyuni. Según información de la agencia AFP, se invirtió 110,2 millones de dólares, aunque tuvo un retraso de cinco años. Podrá producir más de 15.000 toneladas de carbonato de litio al año.
Para Rolf Griseler, investigador y docente de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), es probable que el triángulo de litio se convierta en un cuadrado con la intervención de Perú. Hasta la fecha se conoce que el litio se encuentra en la zona de Juliaca (Puno), que incluso podría ser una reserva mayor que la que tiene Bolivia.
“Falta un marco para la exploración. También el tema es cómo queremos manejar esos recursos, viendo cómo funciona la minería en otros elementos como el cobre: muchas veces las empresas que entran en ese mercado se llevan en material crudo y hacen la refinación en otros países. Para el Perú la visión quizás tendría que ser más bien de traer las empresas para que ellos hagan toda la fabricación aquí, hasta la batería”, indica Griseler a El Comercio, en referencia a las hoy conocidas gigafactorías, como las de Tesla.
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Impacto ambiental
El litio que se extrae de Chile, y de casi toda la región del triángulo de litio, está a varios metros sobre el nivel del mar. Por ejemplo, señala el informe de AFP que en el salar de Aguilar se encuentra a 3.400 metros, con una temperatura de -3ºC y vientos de 40 km/hora. El mineral se extrae en varias jornadas para que las duras condiciones climáticas no afecten al personal.
Pero también hay un riesgo. La explotación de este recurso pone en peligro el hábitat de flamencos, vicuñas, guanacos y chinchillas.
Esto se debe a que la explotación del litio demanda mucha cantidad de agua.
“En este momento la gran mayoría de los productores de minerales de litio todavía tienen que usar bastante agua. O sea, los recursos hídricos, incluso en las zonas de desierto, estamos hablando del lago salino de Uyuni, en Bolivia, donde en realidad no hay agua y más aún están usando el agua de las cuencas profundas para alimentar esa industria. Por lo menos, es un reto”, apunta Griseler.
Y es que existen métodos para minimizar el uso del agua, pero detalla el especialista que eso implicaría el incremento del precio de los minerales y que no sea competitivo en el mercado.
Para el proceso de extracción explica que se forma una especie de lago grande donde se ponen los minerales y poco a poco se seca, se disuelve el agua bajo el sol, y con la sal que queda se puede hacer la refinería para tener el litio como material puro.
Otro aspecto de importancia es el de la seguridad. Se trata de un mineral bastante reactivo, que no debe tener contacto con el oxígeno.
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