Consumada la invasión rusa en Ucrania, una de las inquietudes es saber cuál es el papel de la comunidad internacional para intentar frenar la guerra. Román Ortiz, analista español del Centro de Seguridad Internacional de la Universidad Francisco de Vitoria (Madrid), considera que lo único cierto es que para Vladimir Putin detener su campaña no es una opción.
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—¿Se subestimó a Vladimir Putin en este conflicto?
Yo creo que, por un lado, tal vez se subestimó a Putin, pero lo que pasa es que particularmente los europeos han pensado que porque ellos renunciaron al uso del poder militar después de la Guerra Fría el resto del mundo y Rusia también lo habían hecho. Y eso no es verdad. Vladimir Putin ha reconstruido el aparato militar ruso, ha equipado a sus fuerzas armadas y ha dado prioridad a eso sobre otras cosas, como por ejemplo el desarrollo económico y el bienestar de sus ciudadanos porque él considera que el poder militar es una herramienta clave en las relaciones internacionales y ahora lo está usando.
Por eso, de alguna manera esta idea de enfrentar esta agresión con sanciones económicas carece de lógica porque estamos tratando de sancionar económicamente a alguien para quien la economía no es lo más importante.
—Imagino cómo califica las respuestas de Occidente hasta ahora...
Las considero absolutamente insuficientes y mal orientadas. Lo que no se puede decir es que esta escalada rusa no la hayamos visto venir desde hace mucho tiempo. Es decir, Vladimir Putin ha violado todas las normas de derecho internacional desde hace años.
Putin lanzó una campaña absolutamente devastadora y violatoria de los derechos humanos en Chechenia en 1991, violó la soberanía y lanzó una guerra de agresión en Georgia en el 2008, lanzó otra guerra de agresión y se anexionó Crimea en el 2014, mientras tanto continuó fortaleciendo sus fuerzas armadas y desarrolló una serie de operaciones clandestinas, incluidos asesinatos selectivos en países europeos.
Voló un depósito de armas de las fuerzas armadas de República Checa en el 2014, trató de asesinar a un antiguo desertor de los servicios de inteligencia rusos en el Reino Unido. Asesinó hace pocos años a un disidente y exiliado checheno en Berlín, y así sucesivamente. Putin es alguien que sistemáticamente, una y otra vez, ha cometido actos de agresión. Este es un peldaño más que está subiendo en la escalera.
—¿Qué tendría que pasar para que la OTAN intervenga militarmente? ¿Es eso posible?
Yo creo que la OTAN no va a intervenir militarmente en Ucrania, y además lo ha dicho. Fundamentalmente hay dos razones, una de carácter netamente estratégico y es que ello representaría entrar en conflicto directo con las fuerzas armadas rusas, es decir, una potencia nuclear en el centro de Europa por un país que no es miembro de la alianza. Entonces, si responde militarmente, significaría que la alianza estaría extralimitándose, saliendo de sus propios límites para entrar en una confrontación con unos riesgos de escalada terribles. Quiero subrayar que las guerras en Europa Central tienen una reputación muy mala históricamente hablando: las dos guerras mundiales empezaron por conflictos en Centroeuropa.
El otro punto es que las opiniones públicas de los países europeos no entienden en este momento lo que se está jugando y no apoyarían una intervención militar en Ucrania.
—El presidente ucraniano Volodomir Zelenski dijo que si la Unión Europea no ayuda a Ucrania mañana tendrá la guerra en su puerta. ¿Qué le espera a Ucrania si el apoyo internacional se queda en palabras?
Yo creo que es claro que Ucrania no va a poder soportar esta presión militar por mucho tiempo. Es muy interesante ver el cuidado y la efectividad con que está planeada esta campaña militar y el tiempo de las operaciones, es muy alto. Rusia está aplicando una cantidad de fuerza impresionante, avanzando a una velocidad muy alta y el objetivo es derrocar al gobierno ucraniano. Putin ha dicho que no está interesado en el territorio ucraniano porque lo que va a hacer una vez que ocupe Ucrania no es mantener la ocupación, sino nombrar un gobierno títere, que es el que se va a encargar de reprimir a la resistencia ucraniana.
—¿Algo como lo que sucede en Bielorrusia?
Algo como lo que sucede en Bielorrusia, aunque en Bielorrusia la dictadura de Lukashenko es autóctona, Lukashenko surge de la propia Bielorrusia e inicialmente mantiene un cierto grado de autonomía frente a Rusia, pero después del movimiento democrático que sucede en el país en los últimos años progresivamente va necesitando cada vez más del respaldo de Rusia hasta que hoy en día simplemente se ha convertido en un protectorado ruso.
—¿Qué podría acabar con esta crisis o tranquilizar la situación rápidamente? ¿Serviría acaso que Ucrania ceda en sus intenciones de adherirse a la OTAN?
Creo que hay que ser claros en que hacer concesiones a Putin es completamente irrelevante. Putin siente que tiene el poder, siente que tiene la superioridad militar y va a usarla para conseguir lo que quiere, que es someter a Ucrania. No va a frenar las operaciones militares hasta que no haya puesto en el poder en Ucrania a un gobierno que sea de su gusto y haya acabado con algo muy importante, que es el experimento democrático ucraniano, que era una amenaza para su propio régimen en Rusia porque era un recordatorio de que los eslavos pueden vivir perfectamente en democracia. Entonces, de alguna manera aquí no se trata solamente de expandir el poder territorial de Rusia, sino también de acabar con un sistema democrático que representaba una amenaza por comparación para la autocracia que preside Putin en Rusia.
—¿Cuál es el peor escenario posible?
El peor escenario posible es dejar que Putin no pague un precio por esta guerra de agresión porque detrás de Ucrania van los países bálticos y luego tal vez Polonia. Hay que asumir que hay un agresor en Europa y que hay que disuadirlo y contenerlo porque de lo contrario va a haber más violencia y más guerra. El peor resultado posible sería pensar que Putin se va a conformar con Ucrania. Para Putin, Ucrania es una estación en el proceso que él quiere para alcanzar una completa hegemonía en Europa. Si no se le contiene militarmente, si la OTAN no fortalece su capacidad militar pues vamos a ver más guerras de agresión en el futuro. Las sanciones económicas están bien, sin duda es un principio, pero ahora la respuesta debe ser apoyar a la resistencia ucraniana que sin lugar a dudas va a surgir como respuesta a la ocupación rusa.
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