Milagros Asto Sánchez

La sorpresiva incursión lanzada por Ucrania en territorio ruso hace casi tres semanas ha avivado los pedidos de Kiev a sus aliados para que se levanten todas las restricciones al uso de sus armas de largo alcance contra Rusia. La idea es emplear el armamento donado para ganar más ventaja en suelo rival, una estrategia a la que Occidente ha reaccionado con cautela pues teme que desencadene un conflicto mayor con Moscú.

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