Anwar Ibrahim juró este jueves como el décimo primer ministro de Malasia, culminando una trayectoria política de tres décadas en la que ha pasado de ser el protegido del expremier Mahathir Mohamad y estar preso por sodomía a convertirse en líder de la oposición.
Anwar, de 75 años, prometió luchar contra la corrupción y centrarse en la economía, además de mantener el Islam como religión oficial del país multiétnico y defender los derechos especiales de la etnia malaya.
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“Gracias a Dios, porque hemos visto el cambio que esperaba el pueblo de Malasia”, declaró Anwar a los periodistas en un discurso pronunciado a última hora de la tarde, horas después de jurar su cargo ante el rey que lo nombró tras unas elecciones no concluyentes.
“Nunca comprometeremos el buen gobierno, la lucha contra la corrupción, la independencia judicial y el bienestar de los malasios de a pie”, dijo antes de encabezar los cánticos de Reformasi, su grito de guerra a favor de las reformas durante años de oposición.
Su nombramiento puso fin a cinco días de crisis postelectoral sin precedentes, pero podría dar paso a una mayor inestabilidad, ya que su rival, el ex primer ministro Muhyiddin Yassin, lo desafía a demostrar su mayoría en el Parlamento.
Las coaliciones de ambos no consiguieron la mayoría en las elecciones del sábado, pero el monarca constitucional de Malasia, Al-Sultan Abdullah, nombró a Anwar tras hablar con varios legisladores. El rey desempeña un papel principalmente ceremonial, pero puede nombrar a un primer ministro que considere que tendrá mayoría en el parlamento.
Anwar asume el cargo en un momento difícil, con la economía en desaceleración y el país dividido tras unas reñidas elecciones. La campaña enfrentó a la coalición progresista y multiétnica de Anwar con la alianza musulmana de etnia malaya, mayoritariamente conservadora, de Muhyiddin.
Este jueves, los mercados subieron por el fin del estancamiento político. El ringgit registró su mejor día en dos semanas y la renta variable (.KLSE) subió un 3%.
Trayectoria política y dos juicios por sodomía
Anwar fue miembro de la Organización Nacional de los Malayos Unidos (UMNO), partido gobernante de Malasia entre 1957 y 2018, y principal componente de la coalición Barisan Nasional. Durante su período en el partido, asumió como viceprimer ministro de Malasia en el gobierno de Mahathir Mohamad, el 1 de diciembre de 1993, siendo visto como el principal candidato para sucederlo cuando se retirara.
Lideró interinamente el país durante la crisis financiera asiática y el éxito de sus medidas para combatirla lo convirtieron en una importante figura política ante el público en general y la comunidad internacional. Sin embargo, en 1998 fue removido del cargo y, semanas después, arrestado y enjuiciado por sodomía y abuso de poder, supuestamente por haber utilizado sus influencias para coaccionar a hombres con los que mantenía relaciones, siendo sentenciado a cinco años de prisión.
Su juicio ha sido criticado por grupos de derechos humanos y varios gobiernos extranjeros, incluidos Estados Unidos, el Reino Unido y Australia, considerado un movimiento del gobierno de Mahathir para impedir que Anwar se convirtiera en su rival.
“La lucha política de Anwar es comparable a la de Nelson Mandela, ya que ambos pasaron por muchas persecuciones en el proceso de democratización de sus países”, dijo a Al Jazeera Ei Sun Oh, del Instituto de Asuntos Internacionales de Singapur.
Tras su liberación en 2004, Anwar se convirtió en la principal figura opositora del país y ayudó a unir a los partidos de oposición, aunque con una prohibición de participar en la política por cuatro años, que vencía en abril de 2008. El gobierno de ese momento adelantó las elecciones a un mes antes de esa fecha, lo cual fue visto como una estratagema para impedir su candidatura.
En 2015, un nuevo juicio y condena por sodomía envió a Anwar a prisión, siendo suplantado por su esposa como líder de la coalición opositora. El nuevo juicio a Anwar nuevamente fue considerado políticamente motivado. Meses después, su coalición colapsó debido a las fricciones de sus partes con el Partido Islámico de Malasia (PAS), que abandonó la alianza. Pero fue reemplazado por el Pakatan Harapan (Pacto de la Esperanza).
En 2016, el Pakatan Harapan se fortaleció con la inesperada adición de Mahathir Mohamad, que decidió unir fuerzas con Anwar para acabar con el gobierno.
Finalmente, en las elecciones federales del 9 de mayo de 2018, el Pakatan Harapan obtuvo una histórica victoria arrebatando el poder al Barisan Nasional por primera vez desde la independencia. Mahathir volvió a ser elegido primer ministro, con la promesa de buscar la liberación de Ibrahim y entregarle el cargo en uno o dos años.
Moderado
La incertidumbre sobre las elecciones amenazaba con prolongar la inestabilidad política en el país del sudeste asiático y corre el riesgo de retrasar las decisiones políticas necesarias para fomentar la recuperación económica.
Los partidarios de Anwar expresaron su esperanza de que su gobierno evite la vuelta a las tensiones históricas entre la mayoría étnica malaya y musulmana y las minorías étnicas china e india.
“Todo lo que queremos es moderación para Malasia, y Anwar lo representa”, dijo una responsable de comunicación en Kuala Lumpur, que pidió ser identificada por su apellido Tang. “No podemos tener un país dividido por la raza y la religión, ya que eso nos hará retroceder otros 10 años”.
La coalición de Anwar (Pakatan Harapan) fue la que más escaños obtuvo en la votación del sábado, con 82, mientras que el bloque Perikatan Nasional de Muhyiddin obtuvo 73. Necesitaban 112 –mayoría simple– para formar gobierno.
El bloque del Barisan sólo obtuvo 30 escaños, el peor resultado electoral para una coalición que había dominado la política desde la independencia en 1957.
El Barisan afirmó el jueves que no apoyaría un gobierno liderado por Muhyiddin, aunque no hizo ninguna referencia a Anwar. El bloque de Muhyiddin incluye al partido islamista PAS, cuyas ganancias electorales suscitaron la preocupación de las comunidades étnicas china e india.
Las autoridades advirtieron tras la votación del fin de semana de un aumento de la tensión étnica en las redes sociales y la plataforma de videos cortos TikTok aseguró que estaba en alerta máxima por contenidos que violaran sus directrices.
Los usuarios de las redes sociales informaron de numerosas publicaciones en TikTok desde las elecciones en las que se mencionaban los disturbios ocurridos en la capital, Kuala Lumpur, el 13 de mayo de 1969, en los que murieron unas 200 personas, días después de que los partidos de la oposición apoyados por los votantes de etnia china se impusieran en las elecciones.
Agencias AFP, AP y Reuters