Las autoridades de la región de Xinjiang, en el occidente de China, abrieron el sábado algunos de los vecindarios en Urumqi, la capital, después de que residentes se manifestaran por la noche contra la cuarentena en la ciudad, que llevaba más de tres meses.
Las manifestaciones públicas fueron avivadas por el enojo causado por un incendio en un complejo departamental que mató a 10 personas, según la cifra oficial de muertos, ya que los trabajadores de emergencia tardaron tres horas en extinguir las llamas, una demora que muchos atribuyen a los obstáculos provocados por las medidas contra el coronavirus.
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Las manifestaciones, así como la indignación pública en internet, son los indicios más recientes de cómo aumenta la frustración por la estrategia “cero COVID” de China. Es el único país grande en el mundo que todavía lucha contra la pandemia con pruebas masivas y confinamientos.
Durante la cuarentena de Xinjiang, a algunos residentes de la ciudad les han cerrado sus puertas físicamente con cadenas, incluido uno que habló con The Associated Press que no quiso ser identificado por temor a represalias. Muchos en Urumqi creen que dichas tácticas de fuerza bruta pudieron haber impedido que los residentes escaparan del incendio del viernes y que el número real de muertos es mayor.
Funcionarios negaron las acusaciones y afirmaron que no había barricadas en el edificio y que los residentes tenían permitido salir. La policía reprimió las voces disidentes y anunció el arresto de una mujer de 24 años por propagar “información falsa” en internet sobre el número de muertos.
La tensión se desbordó después de que funcionarios municipales de Urumqi llevaran a cabo una conferencia de prensa sobre el incendio en la que al parecer hicieron responsables de las muertes a los residentes de la torre de departamentos.
“La capacidad de algunos residentes de ponerse a salvo ellos mismos fue muy poca”, dijo Li Wensheng, jefe del departamento de bomberos de Urumqi.
En su mayoría, las personas en Urumqi marcharon de forma pacífica con grandes y acolchadas chaquetas blancas en la fría noche invernal.
En videos de las protestas se ve a personas sosteniendo la bandera china y gritando: “Abran, abran”. Los videos se propagaron rápidamente en redes sociales chinas a pesar de la fuerte censura. En algunas escenas se ve a personas gritando y empujando a filas de hombres vestidos con los trajes protectores blancos que usan los trabajadores del gobierno y los voluntarios para la prevención de la pandemia.
Para el sábado, la mayoría de los videos habían sido eliminados por censuradores. The Associated Press no pudo verificar de forma independiente todos los videos, pero dos residentes de Urumqi que se negaron a ser identificados por temor a represalias, dijeron que la noche del viernes hubo grandes protestas. Uno de ellos dijo que amigos suyos participaron.
La AP determinó que la ubicación de dos de los vídeos de las protestas pertenecía a diferentes partes de Urumqi. En uno de los videos, policías con mascarillas y batas de hospital encaran a manifestantes que gritan. En otro, un manifestante habla a la multitud sobre sus demandas. No está claro el alcance de las protestas.
Dado el vasto aparato de seguridad de China, las protestas son arriesgadas en cualquier lugar del país, pero son extraordinarias en Xinjiang, que durante años ha sido objeto de una brutal represión. Un gran número de uigures y de otras minorías mayoritariamente musulmanas han sido arrastrados a una vasta red de campos y prisiones.
La mayoría de los manifestantes que aparecen en los vídeos eran chinos de la etnia han. Una mujer uigur que vive en Urumqi dijo que esto se debía a que los uigures estaban demasiado asustados para salir a la calle a pesar de su molestia.
“Los chinos han saben que no serán castigados si hablan en contra del bloqueo”, señaló, negándose a ser nombrada por temor a represalias contra su familia. “Los uigures somos diferentes. Si nos atrevemos a decir esas cosas, nos llevarán a la cárcel o a los campos”.
En un video, que la AP no pudo verificar de forma independiente, el máximo funcionario de Urumqi, Yang Fasen, dijo a los airados manifestantes que abriría las zonas de bajo riesgo de la ciudad a la mañana siguiente.
Esa promesa se cumplió al día siguiente, cuando las autoridades de Urumqi anunciaron que los residentes de las zonas de bajo riesgo podrían circular libremente por sus barrios. Sin embargo, muchos otros barrios siguen cerrados.
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