El incendio de un edificio. Calles bloqueadas. Bomberos sin poder pasar. Diez muertos como desenlace. La chispa que encendió la indignación en China en los últimos días tuvo su epicentro en Urumqi, capital de la región de Xinjiang y cerrada desde hace meses por la pandemia. Hartos de los confinamientos por coronavirus, los chinos están protestando desde el viernes en varias ciudades del país.
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El pasado jueves 24 de noviembre, 10 personas murieron en un edificio que estaba bajo confinamiento en la ciudad de Urumqi, de 4 millones de habitantes. La indignación por lo sucedido dio paso primero a vigilias por las víctimas y horas después se transformó en protestas inéditas en numerosas partes del país, como Beijing, Shanghái, Wuhan, la ciudad donde se detectó el primer caso de covid-19, entre otras urbes.
Así sucedieron los hechos. El fuego se originó en el decimoquinto piso de un edificio residencial de Urumqi. Tres horas después, los bomberos pudieron extinguir las llamas y rescatar a nueve heridos.
De manera paralela, en las redes sociales de China empezó a circular de manera profusa un video que mostraba a un camión de bomberos rociando con agua el edificio desde un sitio alejado. No podía acercarse más porque la urbanización estaba confinada. La indignación empezaba a crecer.
Las autoridades tuvieron que salir en rueda de prensa para calmar a los indignados al asegurar que el camión tuvo dificultades para llegar al edificio porque la vía que conducía a él estaba ocupada por vehículos estacionados, y señalaron que el bloque de departamentos había sido calificado como “zona de riesgo bajo” el pasado 12 de noviembre, por lo que sus residentes habían podido salir de él de forma escalonada a partir del día 20 de noviembre, de acuerdo con la agencia EFE.
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También afirmaron que el incendio se propagó porque la puerta cortafuegos de la planta donde se originó estaba abierta y que algunos de los residentes no pudieron huir porque no estaban familiarizados con las salidas de emergencia.
Según el portal especializado What’s on Weibo, la etiqueta con la que los internautas hablaban sobre la rueda de prensa de las autoridades en la red social Weibo recibió más de 160 millones de visitas en solo 30 minutos.
Además, las etiquetas que aludían al incendio recibió más de 1.500 millones de visitas pero no figuraba en la lista de tendencias, lo que apuntaría a que había sido excluido por los censores de la plataforma Weibo, explicó EFE.
La política Covid Cero
incluye el confinamiento de barrios o ciudades enteras, la realización constante de test PCR a la población y, en algunos casos, el aislamiento en centros estatales de los contactos cercanos de los enfermos de coronavirus
Finalmente, las autoridades suavizaron las restricciones en Urumqi y desde el martes se podrá utilizar el autobús para hacer compras y los servicios de mensajería y los comercios en zonas de “bajo riesgo” podrán retomar parcialmente su actividad.
Shanghái
En abril, un video de seis minutos montado con imágenes de vecinos de Shanghái, desesperados, se volvió viral en las redes sociales chinas hasta que fue censurado. Los habitantes se quejaban sobre lo que estaban sufriendo por el confinamiento decretado en marzo y abril.
Estudiantes
En mayo, centenares de estudiantes de un campus de la universidad de élite de Beijing protestaron contra las medidas de confinamiento, que otorgaban más libertad de movimiento al personal universitario que a los alumnos.
Henan
De mayo a julio, cientos de titulares de cuentas bancarias radicados en la provincia de Henan se manifestaron en la capital regional, Zhengzhou, porque los depósitos colocados en varios bancos rurales habían sido congelados. Algunos afirmaron que el código de su pase sanitario se había vuelto inexplicablemente rojo tras su llegada a Zhengzhou, lo que les impedía viajar, y acusaron a las autoridades de manipular el sistema.
Tíbet
En octubre, en la capital tibetana, Lhasa, centenares de personas protestaron contra el confinamiento, que duró casi tres meses.
Beijing
Em octubre, poco antes de que empezara el Congreso del Partido Comunista de China, un manifestante colocó dos pancartas en un puente de Beijing. “Nada de test covid, quiero ganarme la vida. Nada de revolución cultural, quiero reformas. Nada de confinamiento, quiero libertad”, decía una de ellas. La otra, instaba a los ciudadanos a hacer huelga y a expulsar al “traidor dictador Xi Jinping”.
Cantón
En noviembre, manifestantes y la policía se enfrentaron en Cantón después de que el confinamiento fuera prolongado por un recrudecimiento de las infecciones de coronavirus.
Foxconn
La fábrica de teléfonos iPhone más grande del mundo, situada en Zhengzhou, confinada desde octubre, también fue escenario de importantes manifestaciones. Cientos de empleados de la planta, perteneciente al gigante taiwanés Foxconn, protestaron para reclamar mejoras salariales y de sus condiciones de trabajo.
Se multiplican las protestas
Con todo ello, el viernes centenares de personas empezaron a manifestarse en Urumqi para pedir la eliminación de las restricciones que rigen la región de Xinjiang desde hace tres meses. “¡Levanten las medidas de confinamiento!”, gritaban.
Esas protestas se trasladaron entre el sábado y domingo a ciudades como Wuhan, Shanghái y la propia capital, Beijing. Este lunes, las calles de esas ciudades amanecieron custodiadas por la policía y la información en redes sociales es censurada.
El domingo, tras las convocatorias realizadas por redes sociales, una multitud de ciudadanos salieron a manifestarse en las ciudades antes mencionadas. “¡Xi Jinping, renuncia! ¡PCC (Partido Comunista Chino) renuncia!” y “No a los confinamientos, queremos libertad”, fueron los lemas más coreados.
Esta ola de protestas parece la más importante desde las movilizaciones prodemocracia de 1989, de acuerdo con la prensa internacional.
China es uno de los pocos países del mundo que continúa aplicando una estricta política contra el coronavirus, denominada “covid cero”, que implica confinamientos masivos y tests PCR casi diarios a la población donde se detecta un caso.
En Shanghái, dos personas fueron detenidas el domingo cerca de la calle Urumqi, donde había tenido lugar una manifestación.
Una de ellas “había desobedecido” las “disposiciones” de la policía, indicó un agente.
La policía también dispersó a las personas que se encontraban en el lugar y les obligó a eliminar les fotografías tomadas con sus celulares, según un periodista de la agencia AFP.
Algunos manifestantes portaban hojas en blanco, un gesto para denunciar la censura.
En Beijing, unos 400 jóvenes protestaron el domingo cerca del río Liangma. Se concentraron durante varias horas al grito de “¡Todos somos habitantes de Xinjiang!”.
De acuerdo con la agencia AFP, cualquier información sobre las marchas parecía haber sido eliminada de todas las redes sociales chinas este lunes.
En Weibo, las búsquedas “Río Liangma” y “calle Urumqi” no arrojaban ningún resultado relacionado con las protestas.
También se convocaron protestas en Cantón, Chengdu, Hong Kong y Wuhan, la ciudad del centro del país donde se detectó el primer caso de covid-19 hace casi tres años.
Con las calles custodiadas por la policía y la información en línea bajo censura, las autoridades chinas intentaron este lunes contener un movimiento de protesta de un alcance histórico, en el que la población reclamó el fin de las restricciones sanitarias por el covid y más libertades.
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