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Adiós Calibri: el cambio de tipografía del gobierno de Trump y otras medidas para distanciarse de la gestión Biden
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Adiós Calibri: el cambio de tipografía del gobierno de Trump y otras medidas para distanciarse de la gestión Biden

Adiós Calibri: el cambio de tipografía del gobierno de Trump y otras medidas para distanciarse de la gestión Biden

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El secretario de Estado , Marco Rubio, ordenó a su departamento volver a utilizar la tipografía Times New Roman en lugar de Calibri para la redacción de documentos oficiales, señalando que la primera es “más profesional y formal”. Los críticos de la medida señalan que es una muestra más de la intención de Donald Trump por eliminar las políticas de equidad y diversidad planteadas por la gestión del Partido Demócrata.

La fuente descartada por Rubio había sido adoptada a inicios del 2023 durante la gestión de Antony Blinken como jefe del Departamento de Estado del gobierno de Joe Biden. Por aquel entonces se optó por emplear Calibri en los textos oficiales como una medida inclusiva al considerarse que facilitaba la lectura por parte de personas con discapacidades.

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Francisco Sanz

La principal diferencia entre ambas tipografías se encuentra en que Times New Roman tiene serifa, mientras que Calibri prescinde de este elemento. Diversos estudios señalan que las fuentes sin serifa facilitan la lectura a personas con problemas de la vista o condiciones como la dislexia.

Medios como Reuters reportaron que esta se semana se envió un comunicado fechado el 9 de diciembre hacia todas las legaciones diplomáticas de Estados Unidos anunciando la reintroducción del uso de Times New Roman “para restaurar el decoro y profesionalismo del departamento”.

“Este estándar de formato se alinea con la directiva del presidente ‘Una Voz para las Relaciones Exteriores de Estados Unidos’, que subraya la responsabilidad del Departamento de presentar una voz unificada y profesional en todas las comunicaciones”, indica el documento.

Según la nueva directiva, desde el miércoles 10 se ha vuelto obligatorio usar Times New Roman con un tamaño de 14 puntos en la documentación oficial.

LOS SORBETES DE LA DISCORDIA

Durante el primer tercio de este año, a pocas semanas de asumir su segundo mandato, Donald Trump firmó una orden ejecutiva para reemplazar los sorbetes de papel que había introducido Joe Biden en el 2024 para el consumo de alimentos. La medida ordenaba a las entidades gubernamentales suspender la compra de cañitas de papel y buscaba establecer nuevos parámetros para retirarlas a escala nacional.

La gestión de Biden buscaba reemplazar las cañitas, cubiertos y envases de plástico progresivamente por las hechas de papel y compuestos biodegradables, señalando que las primeras eran dañinas para el medio ambiente.

(Foto referencial: Freepik)
(Foto referencial: Freepik)

En medio de la campaña electoral del 2020 Trump ya había señalado que las pajitas de papel se disolvían “de forma repugnante” y que las consideraba poco higiénicas. Volvería a la carga durante su segunda presidencia revirtiendo la directiva introducida por su predecesor, indicando que los sorbetes de papel eran parte de la “Nueva Estafa Verde” y que su promoción era parte de una campaña de “noticias falsas” por parte de los medios.

En el documento “” el mandatario citaba como criterios para prescindir de las cañitas de papel la funcionalidad, el hecho de que imponían una carga excesiva a los estadounidenses con discapacidades y que eran mucho más costosas.

“Las pajitas de papel son una suposición ridícula. Son perjudiciales para el medio ambiente, antihigiénicas, caras, contienen sustancias químicas peligrosas y permanentes, y, como la mayoría de las propuestas de la administración anterior, no funcionan”, apuntaba Trump.

La decisión genera opiniones divididas porque la gran cantidad de residuos plásticos generada, como los sorbetes, ha sido reportada por la ONU y entidades científicas; sin embargo, también se ha debatido ampliamente sobre el contenido nocivo en algunos compuestos para la fabricación de las cañitas de papel, que investigaciones recientes han relacionado al cáncer.

UNA REGLA POR CADA DIEZ ELIMINADAS

Una de las primeras órdenes ejecutivas aprobadas por el presidente estadounidense en su segunda administración fue la orden ejecutiva 14192, que llevaba por título “”, que tiene como objetivo “promover una gestión financiera prudente y aliviar cargas regulatorias innecesarias”.

La directriz establece que por cada nueva normativa o regulación que se quisiera aprobar desde una agencia federal esta debería derogar otras diez, en lo que se conoce como la “agenda desregulatoria 10 a 1”.

La sobre la medida sostiene que “la excesiva regulación frena el emprendimiento estadounidense” y que en su primer gobierno Trump “solicitó a las agencias que eliminaran dos regulaciones por cada nueva regulación emitida”, siendo el “esfuerzo de reducción regulatoria más agresivo y exitoso de la historia”.

(Foto: AFP)
(Foto: AFP)
/ BRENDAN SMIALOWSKI

Durante la gestión de Joe Biden se revirtieron las medidas desregulatorias del primer periodo presidencial de Trump y se apostó por la creación de un mayor marco normativo para temas diversos, alentándose el desarrollo de regulaciones en apartados como los derechos del consumidor, medio ambiente y equidad.

La respuesta de Trump al llegar nuevamente a la Casa Blanca fue apostar todavía más fuerte por la desregulación, contando con el apoyo incondicional del secretario del Tesoro, Scott Bessent, quien ha sido uno de los más férreos defensores de la política de “10 a 1”. Los críticos de la directiva señalan que un marco desregulatorio tan grande es una amenaza para el funcionamiento del Estado y que se trataría de una medida destinada a beneficiar de forma casi exclusiva a las corporaciones y no al consumidor común.

EL COLOR ADECUADO

En la gestión demócrata previa al primer gobierno de Donald Trump se produjo un viraje hacia colores menos intensos para los transportes oficiales y algunos elementos visuales del gobierno, entre los que se hicieron comunes el gris o el azul pastel.

Tal identidad cromática nunca fue del agrado del líder republicano, que buscó la “restauración del patriotismo visual” y dijo estar cansado de ver el “azul bebé” en los vehículos oficiales. Fue por ello que en su primer gobierno estableció el retorno de los colores azul y rojo de tonalidades más oscuras que los pasteles de los demócratas.

En el 2019 anunció emocionado el diseño del que sería el nuevo avión presidencial con dicho patrón cromático; sin embargo, en el 2023, en medio de la gestión de Joe Biden, la Fuerza Aérea estadounidense mostró un diseño del Air Force One que tomaba el mismo patrón cromático en azul claro del modelo anterior, desechando la idea de Trump.

Si bien el mandatario ha usado el aeroplano oficial con esos colores, apenas asumió la presidencia por segunda vez declaró que seguía pensando en pintar la aeronave.

“Queremos un azul intenso, no un azul celeste. Todo tiene su momento y su lugar. Cambiaremos los colores”, advirtió el gobernante estadounidense en una rueda de prensa a bordo del Air Force One.

CONTROL DE LA VESTIMENTA Y USO DEL GÉNERO

Una de las primeras órdenes ejecutivas emitidas por Trump en su segundo periodo fue la orden ejecutiva “”.

Dicha directiva llegaba para reemplazar y anular la orden introducida por el gobierno de Biden titulada “Permitir que todos los estadounidenses calificados sirvan a su país en uniforme”, la cual permitía a funcionarios y miembros del Departamento de Defensa emplear los pronombres de su elección para la documentación y vestir uniformes acordes al género con el que decían identificarse. En términos amplios, permitía a las personas transgénero servir en el Estado de forma acorde a la identidad que los representaba.

El mismo día de su toma de poder el pasado 20 de enero, Trump anuló ese marco con su nueva directriz, que establecía que todo el personal debía vestir de forma acorde al sexo biológico.

(Foto: Alex WROBLEWSKI / AFP)
(Foto: Alex WROBLEWSKI / AFP)
/ ALEX WROBLEWSKI

“En todo el país, los ideólogos que niegan la realidad biológica del sexo han recurrido cada vez más a medios legales y socialmente coercitivos para permitir que los hombres se autoidentifiquen como mujeres y accedan a espacios íntimos y actividades diferenciadas diseñadas para mujeres, desde refugios para víctimas de violencia doméstica hasta duchas en el lugar de trabajo. Esto es erróneo”, señalaba el reporte la Casa Blanca en ese entonces.

La orden ejecutiva establecía definiciones para términos como “hombre”, “mujer”, “niño”, “niña” y “varón”.

“La ‘identidad de género’ refleja un sentido de identidad totalmente interno y subjetivo, desconectado de la realidad biológica y del sexo, y que existe en un continuo infinito que no proporciona una base significativa para la identificación y no puede reconocerse como un reemplazo del sexo”, añadía el comunicado.