Como miles de personas acusadas formalmente de algún delito lo hacen a diario, Donald Trump llegó al tribunal de Manhattan y se sometió al trámite habitual para un imputado. Extendió sus manos para el registro de las huellas dactilares y miró a la cámara que lo fotografió para ponerle rostro a su ficha judicial. Pero su comparecencia no fue como cualquier otra.
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El expresidente de Estados Unidos -el primero en afrontar cargos penales- fue seguido por cámaras aéreas desde que salió de su residencia en la Torre Trump rumbo a la corte en la ciudad de Nueva York. Ya en el lugar, periodistas de todo el mundo lo esperaban listos para registrar la histórica imagen del exmandatario entrando a entregarse. Un espectáculo a la altura de un acontecimiento inédito y extraordinario para el país.
“Parece tan surrealista. Wow, me van a arrestar. No puedo creer que esto esté sucediendo en Estados Unidos. ¡MAGA!”, publicó en su red Truth Social, usando el acrónimo de “Make America Great Again” (“Devolver la grandeza a Estados Unidos”), el lema de su campaña electoral del 2016.
Sentado solemnemente en el tribunal, Trump escuchó la acusación por 34 cargos de delito grave por falsificación de registros contables. El fiscal de Manhattan, Alvin Bragg, afirmó que el exmandatario orquestó una trama ilegal que emitió “tres pagos a personas que decían tener información negativa” sobre él mismo. Los desenvolsos ocurrieron en el contexto de la campaña del 2016, que finalmente concluyó con la victoria del magnate republicano.
El exmandatario, que busca la nominación de su partido para regresar a la Casa Blanca en el 2024, se declaró inocente de todos los cargos.
Afuera, la policía de Nueva York estaba preparada para protestas de seguidores de Trump, muchos de los cuales habían hecho eco en las redes sociales de un discurso que el magnate repite hasta el cansancio: que es víctima de una cacería de brujas y que esta y las otras tres investigaciones en curso en su contra tienen motivaciones políticas. Pese a las precauciones de seguridad, no se registraron grandes manifestaciones en apoyo al expresidente.
Cargos muy concretos
Aunque se sabía que la investigación giraba principalmente en torno a la actriz porno Stormy Daniels, que según los fiscales recibió 130 mil dólares por no revelar un encuentro sexual con Trump, la sorpresa estuvo en los detalles sobre pagos a otras dos personas para que guardaran silencio.
Los 34 cargos contra Trump están vinculados a una serie de cheques emitidos para el abogado personal de Trump, Michael Cohen, para reembolsarle por su papel en los pagos a Daniels. El letrado le pagó a la actriz del cine para adultos través de “una empresa pantalla”, de acuerdo con lo revelado por él mismo tras declararse culpable y cumplir condena, una cantidad que “supera el límite de contribuciones a campañas federales”, indicó Bragg.
Según la fiscalía, Trump emitió 11 cheques para Cohen “con propósitos fraudulentos”, que fueron procesados por su organización y “camuflados como pagos por servicios legales” prestados por el abogado pero que eran “ficticios”.
Los otros ‘silenciados’ fueron Karen McDougal, chica playboy 1988, que recibió 150.000 dólares por su silencio sobre una supuesta relación sexual con Trump y un antiguo portero de la Torre Trump “que decía tener una historia sobre un hijo que Trump tuvo fuera del matrimonio”. A este se le pagó 30 mil dólares.
María Puerta Riera, politóloga y doctora en Ciencias Sociales, destaca que de todas las investigaciones que enfrenta Trump este es el caso que representa un menor riesgo para el expresidente, pues los cargos contemplan una pena máxima de cuatro años.
“El problema es que aquí se está hablando de falsificación de registros comerciales y esto es grave. Todos sabemos que en este país hay un seguimiento riguroso de ingresos y egresos porque hay que pagar impuestos. Además, muchos expertos han señalado que este no es un caso que se vaya a litigar con testigos u opiniones, sino que todo está registrado en papel. Estamos hablando de hechos muy concretos”, dice a El Comercio.
Pese a lo mediática de la jornada, la experta pide no olvidar que reicén se ha dado la formalización de una acusación contra Trump, lo que no implica que esté garantizada una condena. “No es un caso que vaya a implicar peligro para el expresidente como sí puede que sea el caso de los documentos clasificados que fueron encontrados en su cada, sino, sobre todo, el caso de Georgia porque ahí no solamente hay una violación a la ley electoral y a las leyes del estado, sino que hay grabaciones y eso es más delicado”, agrega.
Hay tres escenarios. El primero es que se retiren los cargos, una hipótesis relativamente frecuente en la justicia estadounidense pero bastante improbable en el caso de Trump dadas sus repercusiones. El segundo es que el acusado llegue a un acuerdo con los fiscales y acepte declararse culpable para evitar un juicio y recibir una sentencia más leve, pero esta opción también luce improbable porque el exjefe de Estado insiste en que no ha cometido delito. Y el tercero es que la justicia decida ir a juicio.
Según Juan Merchán, magistrado de la mismísima corte penal de Manhattan que dirige la acusación penal, el juicio en este caso de malversación contable podría comenzar en enero del 2024, es decir, recién dentro de nueve meses. Ello porque deben respetarse primero varios procedimientos con audiencias previas. Además, está claro que los abogados de Trump utilizarán todos los instrumentos a su alcance para retrasar el juicio a, por lo menos, el segundo trimestre del año próximo.
En conjunto, los cargos conllevan una pena máxima de más de 100 años de prisión según la ley de Nueva York, pero una pena de prisión real si es declarado culpable en un juicio sería casi con toda seguridad mucho menor que eso. En la Gran Manzana, la falsificación de documentos comerciales es un delito menor punible con un máximo de un año de cárcel, pero se eleva a delito grave punible con hasta cuatro años de prisión cuando se hace para promover o encubrir otro delito.
No. En Estados Unidos una persona acusada o incluso condenada penalmente puede presentarse a cualquier cargo político y ser elegida. Eso sí, la Constitución fija una excepción: haber sido parte de una “insurrección o rebelión” contra EE.UU. Recordemos que este escenario no se puede descartar, ya que el exmandatario es objeto de una investigación de la justicia federal por su rol en el asalto al Capitolio por parte de sus huestes en enero del 2021, aunque hasta ahora no se han presentado cargos en su contra.
El problema de su discurso
Un factor importante de cara al impacto del caso en la campaña por la Casa Blanca es la actitud que Trump tome en adelante. Aunque el exmandatario se mantuvo con rostro impasible en la corte y solo rompió su silencio para declararse inocente, el juez le advirtió que se abstuviera de una retórica incendiaria que pudiera causar disturbios civiles.
Puerta destaca que en este momento los abogados del magnate se están centrando en arreglar el enredo en el que los mete su cliente cada vez que habla. Recuerda que cuando salieron del procedimiento de formulación de cargos, los abogados de Trump estaban afuera tratando de explicar sin mucho éxito por qué el expresidente compartió una imagen donde sale él con un bate de béisbol y el fiscal.
“Ese va a ser el problema que va a enfrentar no solo el equipo de defensa del presidente, sino su campaña porque ese discurso tiene muy buen resultado con su base, pero en realidad en este momento el jurado no va a ser su base, su jurado va a ser un conjunto de individuos en Manhattan que va a decidir si él cometió estos delitos o no. Para mí lo más difícil será hacer que él entienda que esto es serio, que aquí se está hablando de una institucionalidad aún cuando él rechace los cargos y la acusación”, considera.
En tanto, dado lo inédito del caso, se espera que Trump siga su estrategia habitual en los litigios, que consiste en aplazar los procesos todo lo posible. Por lo pronto, el exmandatario ya está de regreso en Florida, donde seguirá con su campaña a la espera de afianzar cada vez más su lazo con su fiel electorado.
“El expresidente ha estado sacándole partido a la situación. Desde que Trump dijo que ya sabía que iban a formularle cargos hemos visto una campaña sostenida de recaudación de fondos que, según su equipo, ha logrado varios millones de dólares”, concluye Puerta.
Brenda Estefan
Analista internacional
-¿Qué tan duros son los cargos contra Trump y cuál lo complica más?
La mayoría de cargos tratan sobre la modificación de los registros comerciales para justificar el pago a dos mujeres. Si bien son cargos penales graves, son los de menor importancia y tienen una pena máxima de cuatro años de cárcel por cada cargo. Lo más llamativo es que son 34 cargos y que son dos personas las que habrían recibido dinero, pero todo es en la línea de lo que se esperaba.
-El expresidente ya había adelantado que piensa seguir en la carrera por la Casa Blanca. ¿Cómo va a impactar esto en su campaña?
Por lo pronto lo que hemos visto es que sus asesores han aprovechado este caso para generar mayores recursos para la campaña. Desde que se dio a conocer su enculpamiento, su campaña recibió cuatro millones de dólares en 24 horas, incluso lanzaron polos y tazas con frases como ‘Yo estoy con Donald Trump’ para sacarte rédito político a este momento. Yo creo que es difícil saber cómo le va a afectar este proceso en términos electorales, pero lo cierto es que parace que nada de lo que Trump haga o diga tiene un impacto fuerte sobre sus bases electorales. Hemos visto cómo en las últimas semanas, desde que empezó el rumor de este juicio, aumentó el apoyo al expresidente en las encuestas al interior del Partido Republicano al grado que hoy el 54% de los republicanos consideran que es el mejor candidato de su partido para la presidencia, muy por encima del 24% que tiene el gobernador de Florida Ron DeSantis. Ahora, todavía hay acusaciones más graves en el horizonte…
-¿Qué tanto debería preocuparse Trump por las otras investigaciones en su contra?
El caso por el pago de dinero no es el caso del siglo, simplemente si la justicia prueba que hay una falta se aplica la ley, nadie puede estar por encima de la ley, incluido Donald Trump. Pero hay acusaciones más graves como las relativas al asalto al Capitolio o la tentativa a modificar el resultado de las elecciones, particularmente en el estado de Georgia. Esas sí son investigaciones que si llegaran a generar un cargo penal contra Trump tendrían consecuencias directas en los derechos políticos del expresidente. Este caso no es del mismo tipo, este no le evitaría competir por la presidencia de Estados Unidos, lo que sí ocurriría si enfrentara un juicio en el que se le acuse de insurrección.
-¿Aumenta la polarización en el país con la acusación formal de Trump? ¿O no ve mayor impacto en ese aspecto?
Siento, más bien, que esto se da en un contexto político polarizado, que llegue este juicio abona esa división en la sociedad estadounidense. El que no sea un juicio tan relevante para toda la sociedad hace fácil que su equipo argumente que es un complot político, sobre todo porque hay un procurador demócrata en el caso. Los republicanos van a enfatizar eso para decir que se está dando un uso faccioso de la justicia. Los grandes nombre del Partido Republicano han cerrado filas en torno a Trump, incluso gente de la que él está alejado, como el exvicepresidente Mike Pence o DeSantis. Esto, sumado a la intención de voto de cara a las primarias, nos hace ver que Donald Trump sigue siendo el eje en torno al cual gira el Partido Republicano y que sigue siendo una figura polarizante en un contexto en el que queda claro que Trump perdió las últimas elecciones, pero no ha desaparecido de la vida pública estadounidense.
-¿Cuál será ahora la estrategia de Trump? ¿Variará en algo su discurso?
Yo creo que va a asumir la estrategia de la victimización, él no se cansa de decir que esto es una cacería de brujas. Este martes dijo en su red social que le parecía surrealista que tuviera cargos penales. Yo creo que él va seguir arguementando que es la víctima de este proceso y que es una estrategia para diezmar su capital político.