El depósito de documentos fue encontrado en el 2018, cuando el Buró Federal de Investigaciones (FBI) inspeccionó la casa de un integrante de alto rango de la secta Nxivm.
En las fotografías del allanamiento se muestra que agentes hallaron una caja de plástico transparente y con una tapa roja en el sótano de una casa perteneciente a Nancy Salzman, cofundadora de Nxivm y quien era conocida en el grupo como Prefecta.
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Dentro de la caja había carpetas con informes financieros etiquetados con nombres de periodistas, jueces, expertos en la secta y otras personas que habían criticado al grupo, incluyendo al senador Chuck Schumer; el entonces fiscal general del estado de Nueva York, Eliot Spitzer, y el líder de la mayoría en el senado estatal, Joseph L. Bruno.
El agente especial del FBI, Michael Weniger, dijo que la mayoría del material financiero que integrantes de Nxivm obtuvieron era impreciso, pero que parecía que tenían un esfuerzo genuino por recolectar información.
“La mayoría de quienes tenían una carpeta en la caja eran personas que habían criticado de alguna manera a Nxivm o al acusado”, testificó en el juicio por los cargos de crimen organizado y tráfico sexual del líder de Nxivm, Keith Raniere.
Weniger fue el testigo final del gobierno en el juicio de seis semanas que empezó el 7 de mayo. La defensa declinó presentar testigos y, en la única ocasión en la que ha hablado en público, Raniere le confirmó al juez con una voz suave que no subiría al estrado.
La recapitulación del juicio está programada para este lunes 17 de junio.
En el juicio en la Corte de Distrito Federal de Brooklyn, seis ex integrantes de Nxivm ofrecieron recuentos dolorosos y, a veces, espeluznantes de manipulación y abuso sexual.
Al subir al estrado, el agente dijo que el FBI había decomisado carpetas que contenían supuesta información financiera de figuras públicas y críticos del grupo como parte de una investigación sobre sus actividades.
Además, Weniger dijo que integrantes del grupo a veces usaban un código cuando se comunicaban sobre la recopilación de información, daban seguimiento a ex integrantes y en ocasiones creían que ellos mismos eran monitoreados.
“Había un cierto grado de paranoia”, dijo.
Raniere, de 58 años, cofundó Nxivm (se pronuncia [né-xi-um]) en la década de los noventa como una organización de autoayuda con sede cerca de Albany, Nueva York. Ahora enfrenta el juicio por los cargos de crimen organizado, suplantación de identidad, extorsión, trabajo forzado, lavado de dinero, fraude electrónico y tráfico sexual.
Aunque se presentó como un humanitario similar a un gurú, los fiscales han dicho que Raniere se aprovechó y subyugó a quienes lo seguían. Algunas mujeres eran tratadas como esclavas, marcadas con un símbolo que contenía sus iniciales y eran asignadas a sostener relaciones sexuales con él.
El testimonio de Weniger pareció diseñado para enfatizar la naturaleza conspirativa de Nxivm y qué tan lejos estaban dispuestos a ir sus integrantes para socavar a quienes habían percibido como hostiles.
Antes, en el juicio, una testigo que identificada solo como Daniela dijo que el grupo intentó obtener información personal y registros bancarios de personas en una “lista de enemigos” que los integrantes creían que estaban decididas a destruir a Nxivm. Agregó que ella hackeó computadoras bajo la dirección de Raniere, quien era conocido como Vanguardia, y una integrante de alto rango de Nxivm llamada Kristin Keefe.
Daniela dijo que obtuvo correos electrónicos de años de la cuenta del magnate de los licores Edgar M. Bronfman Sr., cuya hija Clare era una integrante de alto rango de Nxivm.
Entre las personas cuyos nombres aparecieron en carpetas dentro de la caja encontrada en la casa de Salzman estaban periodistas del Albany Times Union, que había publicado historias de investigación sobre Nxivm y jueces federales que habían presidido casos que involucraban al grupo.
También aparecía un experto en sectas llamado Rick Ross; el operador político Roger Stone, que Weniger dijo que había trabajado para Nxivm; una ex estudiante de Nxivm, Kristin Snyder, que se supone murió en Alaska, y Bronfman Sr.
Weniger testificó que aparentemente Clare Bronfman pagó “más de 400.000 dólares” a una empresa en Montreal. Como evidencia se presentaron correos electrónicos con los pagos a Canaprobe Group por informes financieros.
Entonces, los mensajes mostraron, Keeffe reenvió parte de ese material a Emiliano Salinas, un miembro de Nxivm cuyo padre, Carlos Salinas de Gortari, fue presidente de México. Salinas lo reenvió a un hombre que al parecer trabajaba para un fondo de capital de inversión. Ese hombre envió la información a un investigador privado en Nueva York que intentó verificarla.
El intercambio de algunos correos indica que Raniere sabía sobre la investigación.
En cierto momento, dijo Weniger, parece que Nxivm envió a investigadores a Cayo Hueso y Palm Springs para buscar a Snyder, la ex estudiante de Nxivm que desapareció en Alaska y fue dada por muerta.
Snyder escribió en una nota que le habían “lavado el cerebro”, de acuerdo con el Albany Times Union y se cree que su kayak se volcó de manera intencional en las aguas heladas de bahía Resurrección. Sin embargo, Raniere cree que la noticia de su muerte fue una conspiración para crear “publicidad negativa”, de acuerdo con un testimonio previo en el juicio.
La hostilidad hacia Clare Bronfman, quien era la directora ejecutiva de la compañía Seagram, parecía ser originada por el hecho de que apareció una cita en una historia en la revista Forbes en 2003 en la que decía que pensaba que Nxivm era una secta.
Él hizo críticas similares en un correo electrónico a Clare Bronfman ese mismo año, al indicar que Nxivm empleó prácticas para “ganar el control” de la gente. “Un grupo liderado por dos personas que se llaman a sí mismas Vanguardia y Prefecta ciertamente suena como una secta”, escribió.
© "The New York Times"