El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, planea designar a Marco Rubio como su secretario de Estado, informó la noche del lunes el diario The New York Times. Si se confirma su nombramiento, el senador por Florida, de 53 años, que fue uno de los nombres mencionados para ser vicepresidente del republicano, se convertiría en el primer latino al frente de la diplomacia estadounidense. ¿Qué podría esperar América Latina de esta designación y qué ha dicho Rubio de los conflictos que se viven actualmente en Ucrania y el Medio Oriente?
El New York Times, que citó a fuentes cercanas a Trump, precisó que la decisión podría cambiar en el último momento, pero agregó que parece probable la elección de Rubio.
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El republicano Rubio, que es vicepresidente del Comité de Inteligencia del Senado de Estados Unidos, estuvo como posible compañero de fórmula de Trump antes de que este se inclinara por J.D. Vance.
Si vamos al pasado, en las primarias republicanas del 2016, Rubio y Trump fueron rivales. Por aquel entonces, el senador llamó “estafador” al magnate. Mientras que este se burlaba de él con el apodo de “pequeño Marco”.
Pero después Rubio se convirtió al trumpismo y en la Convención Nacional Republicana de este año dijo en un discurso: “La única manera de hacer que Estados Unidos vuelva a ser rico, seguro y fuerte es hacer que Donald J. Trump sea nuestro presidente nuevamente”.
Marco Rubio fue elegido para el Senado en el 2010. Mantiene una posición dura en política exterior, especialmente sobre China e Irán. También está a favor de poner fin a la guerra entre Rusia y Ucrania de manera negociada. Y apoya firmemente a Israel en las guerras que libra en Gaza y el Líbano.
¿Qué le esperaría a América Latina?
En cuanto a América Latina, es muy crítico con el gobierno de Cuba, con el mandatario venezolano Nicolás Maduro y con el nicaragüense Daniel Ortega.
Sobre México, en el 2022, Rubio acusó al entonces presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), de entregar partes de su país a los narcotraficantes. Un año antes, lo señaló por apoyar “a tiranos en Nicaragua, Venezuela y en Cuba”.
Se ha declarado partidario del combate a los narcos por parte de tropas de Estados Unidos en territorio mexicano, pero en coordinación con las Fuerzas Armadas y policiales de México.
El periodista Jesús García, editor en La Opinión y El Diario Nueva York, le dijo a El Comercio que Marco Rubio tiene una postura dura sobre países latinoamericanos como Nicaragua, Venezuela y Cuba. “Hay que recordar que él forma parte del lobby cubano-americano que ha empujado justamente mantener el bloqueo económico para Cuba en varios momentos”.
“También ha sido una voz importante en contra de Nicolás Maduro y contra el último proceso electoral en Venezuela. Así es que no esperamos que retroceda en esa posición”, dijo García.
Sin embargo, el periodista considera que es posible que Rubio se modere un poco porque es diferente ser parte del Congreso y dirigir la diplomacia de Estados Unidos.
“Hay que considerar que la política internacional de Estados Unidos es casi la misma sin importar si es dirigida por una administración demócrata o republicana”, aseveró.
“Sobre el caso de México, Rubio ha sido crítico con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Incluso deslizó algunas acusaciones sobre cómo el Gobierno Mexicano había permitido el avance del crimen organizado. Mucho tiene que ver con esta retórica estadounidense de culpar siempre a otros países de muchas problemáticas que enfrenta el propio país, pero que no las asume”, explicó García.
Manifestó que Rubio podría moderarse con México y mejorar la relación bilateral. Ello teniendo en cuenta que la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum ha señalado que no permitirá alguna interferencia más allá de las negociaciones que se tengan con Estados Unidos y que haya una muy buena relación bilateral.
“No vemos que haya, por ejemplo, un cambio en cuanto a la política hacia Cuba, lo cual es también interesante porque México ha sido uno de los países que más ha apoyado a La Habana, sin meterse en temas que puedan violar el embargo económico para evitar problemas con Estados Unidos. Entonces, podría ahí haber algún estira y afloja entre el gobierno mexicano y EE.UU.”, sostuvo García.
El analista internacional Francisco Belaunde Matossian le dijo a El Comercio que sobre Venezuela el Gobierno de Estados Unidos ya tiene una posición dura.
“Con Joe Biden hubo un levantamiento parcial de sanciones para facilitar el diálogo con vistas a las elecciones, que al final no sirvió de mucho. Han sido restituidas algunas de las sanciones. Tal vez Donald Trump sea más drástico y prohíba incluso la licencia que se le dio a Chevron para operar en Venezuela, sería lo más duro que podría hacer”, dijo Belaunde.
“Porque lo otro sería una intervención militar, algo que no creo que ocurra. No lo hizo en su primer gobierno y no creo que lo haga ahora, no porque no tenga ganas de hacerlo, sino como lo ha dicho, Trump quiere evitar que Estados Unidos tenga más aventuras militares. Entonces meterse en Venezuela sería otra. Podría ser una operación de la CIA para eventualmente sacar a Maduro: ¿hasta qué punto podría funcionar?, no lo sé. Pero no hay mucho margen para ser más duro con Venezuela, más allá de la retórica, de lo que ya se está haciendo ahora”, siguió Belaunde.
El analista comentó que Estados Unidos tampoco dejaría de comprar petróleo de Venezuela, tal como ha seguido pasando en la actual gestión de Biden y en la del mismo Trump del 2017 al 2021.
La paz en Ucrania
Sobre Ucrania, Rubio ha dicho en entrevistas recientes que este país necesita buscar un acuerdo negociado con Rusia en lugar de centrarse en recuperar todo el territorio que los rusos han tomado en la última década. En abril, fue uno de los 15 senadores republicanos que votaron en contra de un paquete de ayuda militar de 95.000 millones de dólares para el país europeo.
“No estoy de parte de Rusia, pero por desgracia la realidad es que la guerra en Ucrania va a terminar con un acuerdo negociado”, declaró Rubio a la NBC en setiembre.
Esa posición es la misma de Putin, quien ha repetido que cualquier negociación con Ucrania para terminar con la guerra no va a implicar la devolución del territorio que ocupan sus tropas, algo que es inaceptable para el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky, que por el contrario pide un apoyo más decidido de Estados Unidos y sus aliados europeos.
Belaunde cree que Rubio podría terminar planteando a Ucrania que busque el alto el fuego con Rusia en las condiciones que ha mencionado. “Esa es la idea de mucha gente en Estados Unidos, que incluye al propio Trump y que es forzar a Ucrania a aceptar la pérdida de territorio, lo cual significa entregarle el triunfo a Putin”.
“¿Qué le ofrecerían a cambio a Ucrania? Quizá una garantía para su seguridad, para lo que queda de su territorio... Entonces Ucrania tendría dos opciones, aceptar un alto el fuego y dejar la situación como está, o firmar un tratado de paz donde se reconozca la anexión a Rusia de parte de su territorio, algo que es muy complicado”, manifestó Belaunde.
Por su parte, García indicó que “un elemento fundamental es tomar en consideración que tres de las principales promesas del presidente electo Donald Trump tienen que ver con política exterior: la primera es un asunto de migración, la segunda es la lucha contra el crimen organizado y el tráfico de drogas en los Estados Unidos y la tercera es sobre asuntos económicos. Entonces, si bien otras áreas del gobierno estadounidense van a manejar esta parte, Marco Rubio será una voz importante, clave. También será una voz clave en otros asuntos a nivel internacional, como la relación con China y con Irán”.
Agregó que se espera que Rubio mantenga las promesas de Trump con respecto a la OTAN. Desde su primer gobierno, el magnate ha criticado de manera repetida a la Alianza Atlántica y se ha quejado de que Estados Unidos contribuye demasiado a su presupuesto, mientras que los aliados de la Unión Europea gastan muy poco en defensa. Durante la reciente campaña electoral, dijo que EE.UU. sólo defendería a los miembros de la OTAN de un futuro ataque de Rusia si cumplían con sus obligaciones de gasto en defensa.
¿Quién es Marco Rubio?
Marco Rubio nació el 28 de mayo de 1971 en Miami, en el estado de Florida. Es hijo de inmigrantes cubanos. Sus padres llegaron a Estados Unidos a finales de la década de 1950, escapando de la Revolución Cubana.
Según la biografía oficial de Marco Rubio, su padre trabajaba principalmente como mesero de banquetes y su madre se ocupaba del cuidado de la familia en el hogar y laboraba como camarera de hotel. También trabajó brevemente en una fábrica.
Estudió derecho en la Universidad de Miami. Luego se desempeñó como comisionado de la ciudad de West Miami y como presidente de la Cámara de Representantes de Florida.
Llegó al Senado de Estados Unidos en el 2010 y actualmente está en su tercer mandato.
“El senador Rubio sigue comprometido con servir a los floridanos y garantizar que EE.UU. siga siendo un país fuerte y resiliente para las futuras generaciones. Para Rubio, este no es un tema partidista, razón por la cual él tiene la reputación de trabajar de forma bipartidista para así poder pasar reformas de sentido común que fortalezcan nuestra economía, comunidades y familias”, señala su biografía.
Está casado con Jeanette Dousdebes desde 1998. Ambos se conocieron a través de amigos en común. Tienen cuatro hijos: Amanda, Daniella, Anthony y Dominick.
“El senador Rubio suele decir que no hay trabajo más importante que el de ser padre de familia. Rubio perdió a su papá solo dos meses antes de ser electo para el senado de EE.UU. El ejemplo de su padre, de trabajar arduamente y su dedicación a la familia, siguen siendo una gran influencia que lo guían hasta el día de hoy”, dice su biografía.