Houston [AFP].- Miles de personas despidieron el lunes a George Floyd, un hombre afroamericano muerto a manos de un policía hace dos semanas en Estados Unidos, en el velatorio llevado a cabo en Houston, el día en que la justicia fijó una fianza de un millón de dólares para el agente blanco acusado del asesinato que sacude a Estados Unidos y al mundo.
Durante seis horas, más de 6.000 personas, según los organizadores, pasaron frente al ataúd abierto de Floyd, convertido en un símbolo de la lucha contra la brutalidad policial y el racismo en el país.
En la iglesia Fountain of Praise la emoción era visible a pesar de las mascarillas que cubrían los rostros de quienes se acercaron a dar el último adiós a Floyd y reivindicar la lucha. Algunos se persignaban, otros se arrodillaban y muchos inclinaban la cabeza en señal de recogimiento.
El velatorio en la ciudad natal de este afroestadounidense fallecido a los 46 años fue el cierre de una serie de ceremonias antes del entierro del martes, junto a su madre.
En Washington, una veintena de legisladores demócratas encabezados por la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y el líder de la minoría del Senado, Chuck Schumer, se arrodillaron en silencio durante 8 minutos y 46 segundos, el mismo tiempo que Chauvin inmovilizó a Floyd.
Derek Chauvin, devenido el rostro de la brutalidad policial tras ser filmado el 25 de mayo presionando su rodilla contra el cuello de Floyd hasta que éste, esposado, dejó de respirar, compareció ante la justicia por videoconferencia para enfrentar cargos de asesinato en segundo grado y tercer grado y homicidio involuntario, con una pena de hasta 40 años.
El ahora exagente de 44 años, detenido en una prisión de alta seguridad del estado de Minnesota, se mostró ante la jueza estatal Jeannice Reding, quien fijó el pago de al menos un millón de dólares si quiere la libertad condicional antes de su juicio.
La fiscalía estableció esa alta suma, que probablemente el acusado no podrá recaudar, considerando que Chauvin presentaba un riesgo de fuga. La próxima audiencia será el 29 de junio.
Los otros tres policías involucrados, todos despedidos y detenidos al igual que Chauvin, ya comparecieron ante el tribunal la semana pasada por cargos de complicidad en la muerte de Floyd, detenido por supuestamente comprar cigarrillos con un billete de 20 dólares falso.
“Nos une como país”
La ira por la muerte de Floyd ha superado las fronteras estadounidenses, en un mundo sacudido por la pandemia de covid-19, que evidenció aún más las desigualdades sociales.
En Houston, donde Floyd creció, miles se acercaron a darle el último adiós en un día de intenso calor.
“Nos está uniendo como país”, dijo Kevin Sherrod, de 41 años. “Esto es un momento especial en la Historia y recordarán que fueron parte”, agregó, acompañado por su esposa y dos hijos.
Algunos de los presentes vestían camisetas impresas con la frase “No puedo respirar”, las últimas palabras pronunciadas por Floyd. Otros levantaban el puño, un símbolo de poder afroamericano y solidaridad, sobre el ataúd.
El candidato demócrata Joe Biden, que el lunes registró el mayor margen de ventaja frente a Trump en una encuesta de intención de voto de CNN (55% contra 41%), se reunió en Houston con familiares de Floyd.
“Sintió su dolor y compartió su aflicción”, dijo Benjamin Crump, el abogado de la familia, destacando “el enorme sentido” de esa compasión.
Ante la ola de protestas por el accionar de la policía contra la minoría afrodescendiente, algunas ciudades de Estados Unidos ya han comenzado a adoptar reformas, comenzando con prohibiciones sobre el uso de gases lacrimógenos y balas de goma.