La alegría se escucha en las calles. Pese a que la variante delta del Covid-19 causó decenas de miles de contagios en los últimos días, hoy Inglaterra retiró la mayoría de las restricciones que quedaban tras más de un año de cuarentenas, tapabocas obligatorios y otras limitaciones asociadas.
Por eso la algarabía. En las primeras horas del día se descorcharon botellas, la música volvió a sonar y los entusiastas llenaron las pistas de baile porque los clubes nocturnos también reabrieron. Según los propietarios de estos lugares, la noche estuvo a la altura del apodo que le habían puesto los medios, el “Día de la libertad”.
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Sin embargo la tensión aún puede sentirse. El intento de regreso a la normalidad que lleva a cabo por estas horas la nación británica se da en medio de una nueva cuarentena para el primer ministro Boris Johnson, quien ya tuvo el año pasado Covid-19 y debió aislarse debido a ser contacto estrecho, y de la preocupación de los científicos, que señalan a esta decisión algo apresurada en tanto el país se adentra en terreno desconocido al abrir en un momento en el que los contagios, lejos de caer, crecen con rapidez por la variante detectada por primera vez en la India.
Sin olvidar las advertencias, y desde su confinamiento en su residencia de Chequers decretado tras una polémica por querer formar parte de una prueba piloto para evitarlo, Johnson pidió a los británicos actuar “con precaución”.
El premier asimismo defendió en un video difundido a través de su cuenta de Twitter la retirada de las medidas y dijo: “No hay duda de que el programa de vacunación masiva ha debilitado en gran medida la relación entre la infección y la hospitalización, así como entre la infección y la enfermedad grave, y esto es algo crucial”.
Asimismo pidió que “por favor, sean precavidos”. “Avancen con la prudencia máxima y el respeto hacia otras personas”.
La vida desde hoy
La ley en Inglaterra ya no exige el uso de tapabocas ni establece medidas de distanciamiento social, lo que restaura las cifras totales de aforo en teatros o eventos multitudinarios. Además, los pubs podrán reanudar el servicio en la barra.
“Es una ocasión muy alegre”, dijo Mark Troy, que acudió al club The Piano Works de Londres. “Me encanta bailar y a todos mis amigos les encanta bailar, y no hemos podido hacerlo en año y medio aproximadamente, de modo que estamos muy emocionados”.
Pero si bien los negocios de ocio y sus clientes estaban encantados, otros muchos veían con preocupación la decisión del gobierno británico de eliminar las restricciones en un momento en el que los casos crecían con rapidez debido a la contagiosa variante Delta del virus. Los casos alcanzaron los 50.000 diarios la semana pasada por primera vez desde enero, aunque las muertes por el virus seguían siendo comparativamente bajas por ahora.
El profesor Neil Ferguson, uno de los científicos que ayudó a dar forma a la estrategia de bloqueo del coronavirus, dijo que era “casi inevitable” que la fase final de desbloqueo traiga consigo 100.000 infectados diarios, con alrededor de 1000 hospitalizaciones, de acuerdo con lo publicado por el diario The Guardian. Además alertó que ese número podría llegar a 200.000.
Ante este escenario las autoridades reiteraron su confianza en que la campaña de vacunación (el 68,3% de los adultos, algo más de la mitad de la población total, ya recibió dos dosis) mantendrá a raya la amenaza de salud pública.
Sin embargo, varios científicos internacionales de prestigio describieron el “Día de la Libertad” en Inglaterra como una amenaza para el mundo entero y 1200 científicos expresaron su apoyo a una carta enviada a la revista médica The Lancet que criticaba al gobierno conservador.
La decisión de Johnson de eliminar el requisito legal de usar tapabocas en espacios cerrados también provocó confusión. Días después de que el primer ministro dijera que las máscaras aún serían “recomendadas y de esperar” en espacios abarrotados pero no obligatorias, el alcalde de Londres, Sadiq Khan, anunció que los pasajeros del metro y los autobuses de la ciudad debían seguir utilizándolas.
Algunas tiendas, como la cadena de librerías Waterstones, anunciaron que instarían a los clientes a mantenerlas. Pero muchos creían que aplicar esas políticas será difícil sin un respaldo legal.
El final de las restricciones en Inglaterra llega en un momento crítico para la gestión británica de la pandemia, por la que murieron más de 128.000 personas, la cifra más alta de Europa salvo por Rusia. Otras partes de Reino Unido -Escocia, Gales e Irlanda del Norte- tenían estrategias más cautas para retirar las medidas de prevención.
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