Los poderosos tanques Leopard 2 llegarán por fin a Ucrania. ¿Podrán contener la ofensiva rusa?

La primicia la adelantó el martes el semanario “Der Spiegel”, y fue confirmado este miércoles por el gobierno del canciller Olaf Scholz, quien hasta el último momento se había mostrado reticente a entregar los tanques alemanes, provocando la desesperación de Kiev y de sus aliados occidentales.

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Se trata de 14 tanques Leopard 2A6 procedentes de las reservas del ejército alemán, y además se permitirá a los países europeos que lo deseen suministrar a Ucrania los blindados que poseen.

Justamente fue Polonia el país que ejerció mayor presión e incluso advirtió que podría entregar sus propios Leopard -que cuenta con unos 250 del modelo 2A4- sin la autorización de Berlín.

“El objetivo es reunir rápidamente dos batallones de tanques Leopard 2 para Ucrania”, dijo el portavoz alemán Seffen Hebestreit tras el consejo de ministros.

El paquete acordado incluye apoyo logístico, munición, mantenimiento, además del pronto entrenamiento de las fuerzas ucranianas para el uso eficiente de los tanques.

Rusia no tardó en reaccionar y el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, advirtió que “estos tanques arderán, al igual que todos los demás”. “Es un plan destinado al fracaso”, agregó.

Un tanque poderoso

Según el Gobierno Ucraniano, Rusia está a punto de lanzar una fuerte ofensiva terrestre apenas pase el invierno -que podría ser en abril- y para ello necesita con urgencia unos 300 blindados, pedido que enfatizó el presidente Volodymyr Zelensky en el reciente Foro Económico Mundial de Davos y en la reunión que la semana pasada sostuvieron unos 50 ministros de Defensa de todo el mundo.

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¿Pero realmente los Leopard podría darle la victoria que tanto añoran los ucranianos?

Empecemos contando por qué son considerados entre los tanques más poderosos del mundo.

Se trata de un vehículo de 55 toneladas, cuya principal arma es un cañón de 120mm de ánima lisa, y tiene un sistema de control de fuego totalmente digitalizado. Su ventaja es su gran número: más de 3.500 han sido emplazados a 19 países, según refiere Krauss-Maffei Wegmann, el fabricante alemán de los Leopard 2.

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“Son tanques muy versátiles, y son de los pocos que pueden viajar entre 50 y 70 kilómetros por hora, dependiendo del terreno. Cuentan con uno de los mejores cañones a distancia”, comenta a El Comercio el experto en seguridad internacional Arturo Ponce Urquiza, profesor de la Universidad Autónoma de México y de la Universidad Anahuac.

“Estos tanques tuvieron su prueba de fuego en Afganistán, en la guerra de los Balcanes y en Siria, donde se enfrentaron a los tanques rusos T72, T80 y T90″, añade. “Conforme llegue la primavera, los hielos se van a volver lodazales y los Leopard han mostrado mucha eficiencia en esos terrenos”.

Otra noticia buena para Ucrania es que no solo los Leopard 2 estarían en camino, sino los estadounidenses Abrams también podrían ser liberados por Washington, que se había negado para entregarlos en estos 11 meses de conflicto.

Ponce Urquiza señala que la llegada de estos tanques sofisticados completaría la estrategia ucraniana. “Ucrania está llevando con éxito su guerra con drones, no solo los aéreos sino también los marítimos, que son como pequeñas lanchas que han hecho mella en parte de la flota del mar negro de Rusia, destacada en Sebastopol. Lo que quieren hacer los ucranianos es utilizar los ataques aéreos, marítimos y tener la capacidad de fuego terrestre con este tipo de tanques que son muy efectivos”, explica.

La reticencia alemana

Desde el inicio de la guerra, Ucrania no ha cesado de pedir armamento y munición para poder detener la ofensiva rusa. En 11 meses de guerra, Estados Unidos y sus aliados occidentales han entregado sistemas antiaéreos, misiles, municiones, artillería, además de miles de millones de dólares para hacer frente a los combates.

Sin embargo, la entrega del material bélico más sofisticado siempre ha tardado, como los sistemas HIMARS o el Patriot, este último aún pendiente.

Y el envío de los tanques no fue una excepción, más aún si el responsable es Alemania, un país particularmente cauto cuando se trata de involucrarse en algún conflicto debido a las heridas dejadas por la Segunda Guerra Mundial.

De hecho, desde el inicio de la invasión rusa, Scholz se abstuvo de proporcionar armas letales a Ucrania, pero terminó accediendo ante la presión.

“Scholz no quiere enfrentarse de manera directa con Rusia ni mostrar una postura totalmente antirrusa. Hay que recordar que desde que comenzó la guerra fueron reticentes a sancionar a Rusia por el tema del gas, porque ellos eran los principales consumidores del gas a través del gasoducto Nord Stream, y hay una serie de activos de empresas alemanas en Rusia”, señala Ponce Urquiza.

El experto mexicano agrega que Scholz ha estado midiendo mucho los tiempos, tanto en el clima como en la política. “Afortunadamente para Europa el invierno no ha sido tan crudo, lo que ha ayudado a que Alemania pueda utilizar sus reservas de gas para el invierno, adicionalmente de lo que han importado de Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Noruega o Gran Bretaña. Esto le ha dado ventajas estratégicas para poderse mover porque tampoco, a nivel interno, quiere comprometer su reelección”.