A horas del funeral “del siglo”, uno de los eventos mundiales con más jefes de Estado, líderes políticos y cabezas coronadas, crece la tensión entre Guillermo, flamante príncipe de Gales y heredero al trono, y su hermano menor, Harry, que decidió renunciar a sus deberes reales en marzo de 2020, cuando decidió mudarse a California junto a su esposa, Meghan.
Aunque ayer volvieron a reunirse en una emotiva vigilia de 15 minutos solemnes los ocho nietos de la reina Isabel II, The Sunday Times reveló que este momento empeoró las cosas.
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¿Por qué? Si bien a Harry, de 38 años recién cumplidos, su padre, el rey Carlos III, le dio el permiso de vestir su uniforme militar, trascendió que quedó “devastado” y con el “corazón roto” porque le arrancaron las insignias reales “ER”, es decir, Elizabeth Regina, de sus hombros.
Aunque a simple vista se trata de algo casi imperceptible, imágenes ampliadas publicadas esta mañana por las versiones online de diversos diarios destaparon la noticia.
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En las imágenes, queda muy claro que su hermano mayor, Guillermo, sí lleva sobre el hombro esa insignia real, “ER”, dorada. Mientras que estas letras llenas de simbolismo brillaban por su ausencia en el uniforme de Harry. Las insignias habían sido arrancadas, en lo que pareció una verdadera humillación, según diarios británicos que remarcaron, por otro lado, que los dos hermanos no se fueron juntos después de la vigilia, sino que lo hicieron en autos separados. Mal presagio para cualquier futura reconciliación, que todo el mundo considera más que difícil, sobre todo después de que trascendió que en meses Harry publicará una autobiografía que podría significar un nuevo terremoto para la sufrida familia Windsor. Algunas fuentes dicen que Harry en este libro, por el que firmó un contrato millonario con Penguin Random House, habla pestes de su madrastra y ahora reina consorte, Camilla.
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En la procesión solemne del miércoles pasado, cuando los restos de la reina Isabel fueron llevados desde el Palacio de Buckingham hasta el Palacio de Westminster, Harry, al igual que su tío Andrés -sin deberes reales y defenestrado en 2019 por su escándalo de abusos relacionado con el magnate pedófilo Jeffrey Epstein-, había caminado cabizbajo y sombrío sin uniforme, con un traje jacket. Algo que, por supuesto, había causado incomodidad y fricciones, ya que todo el mundo recuerda que Harry estuvo dos veces como militar real en Afganistán. Su tío Andrés, duque de York, es recordado, en cambio, por haber peleado la guerra de las Malvinas.
Tanto es así que, en un gesto de magnanimidad, el rey decidió que para el momento de la vigilia ante el féretro de su madre, en algo excepcional, ambos pudieran vestir ese uniforme, también para no desentonar en un momento tan íntimo.
En este sentido, lo extraño fue que en la vigila del viernes, protagonizada por el rey Carlos y sus tres hermanos, Andrés sí ostentó en los hombros de su uniforme militar el cifrado “ER”.
¿Por qué esa diferencia?
La noticia de lo que fue considerada una “humillación” llegó al día siguiente de que trascendiera otra gaffe real que dio mucho que hablar. Harry y Meghan, duques de Sussex, habían sido invitados a la recepción que su padre brindará esta noche en el Palacio de Buckingham a todos los jefes de Estado y líderes llegados para participar del funeral de la Reina. Pero, tal como trascendió, se enteraron por los diarios que habían sido des-invitados de esta ocasión única. En esta recepción, a la que asistirán centenares de dignatarios, entre muchísimos otros, el presidente estadounidense Joe Biden, el francés, Emmanuel Macron y el representante de la Argentina en estas exequias, el embajador Javier Figueroa, sí participarán Guillermo y Kate -futuros monarcas-, aunque los anfitriones serán el rey Carlos y la reina consorte, Camilla.
La esposa del rey rindió un tributo pregrabado a Isabel II que será transmitido esta noche por la BBC, poco antes del minuto de silencio en honor de la difunta reina decretado en todo el país. Camilla, que en un principio no tuvo una buena relación, ya que fue la causa del desastre matrimonial de Carlos y Diana, pero que con los años y después de su matrimonio en 2005, logró ganarse la simpatía de su suegra, destacó como Isabel II, que reinó durante 70 años-, tuvo que abrirse paso como mujer en un mundo de hombres.
“Debe haber sido muy difícil para ella. No había mujeres primer ministro ni mujeres presidentes. Ella era la única y pienso que debió trabajar para ese rol”, dijo. Camilla, de 75 años, asimismo subrayó que Lilibeth, como le decían, tenía “lindísimo ojos azules” que, cuando sonreía, le iluminaban la cara. “Siempre recordaré su sonrisa. Esa sonrisa es inolvidable”.