Por más de 70 años los británicos solo conocieron una reina, la misma que se convirtió en un ícono del siglo XX. Tras la muerte de Isabel II, es el rey Carlos III el encargado de llevar la corona del Reino Unido y de enfrentar un mundo bastante diferente, pero igual de complejo, al que recibió su madre cuando se convirtió en monarca en 1952.
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El embajador británico en el Perú, Gavin Cook, recibió a El Comercio en la sede de su legación diplomática en Lima, donde el luto por Isabel II se percibía en los pasillos y en los mensajes de condolencia escritos en un libro que será enviado al Palacio de Buckingham. Aunque reconoce los desafíos que la monarquía tiene por delante, el diplomático enfatiza que los cimientos dejados por la fallecida monarca perdurarán.
—Isabel II tuvo el reinado más largo de la historia de su país. ¿Qué significa su partida para el Reino Unido y para sus ciudadanos?
Este es un momento de tristeza profunda. Para nosotros, y para mí personalmente, es un poco extraño. Por supuesto, Isabel II fue nuestra reina, pero el sentido de nuestro dolor es más como el que se siente por la pérdida de un miembro de la familia. Esto es importante porque significa que durante siete décadas de su vida la reina sirvió con gracia y humildad para apoyar a los ciudadanos británicos. Siempre vamos a recordar su legado porque guio al país durante setenta años de cambios mundiales. Estamos muy orgullosos de su reinado, pero, al mismo tiempo, creo que no se trata de lo que hizo, sino de cómo lo hizo.
—La reina asumió el trono en un momento complejo para el mundo. Había pasado poco tiempo del fin de la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría cumplía sus primeros años. ¿Cuál fue el impacto de su reinado en la escena internacional?
El mundo también vive momentos de tristeza porque Isabel II fue una lideresa brillante que utilizó la oportunidad de servicio para ayudar a otros. A través de su trabajo para apoyar actos de caridad y organizaciones benéficas, recaudó dos mil millones de dólares. Pero mucho más importante fue su manera de conectar con la gente en todo el mundo para continuar con ese sentido de servicio en muchas otras naciones.
—¿Cuál ha sido el sello del reinado de Isabel II?
Es una pregunta difícil porque durante setenta años mucho ha cambiado, pero es la manera en que realizó su gestión lo que significa tanto en este momento. Es la primera monarca que abrió las puertas de la familia real para conectar directamente con sus ciudadanos. Hay muchos hitos importantes. Isabel II sirvió en uniforme durante la Segunda Guerra Mundial antes de ser reina, también fue la fundadora de la Mancomunidad de Naciones, ha gestionado un período de transición muy difícil en la historia del Reino Unido. También promovió la importancia de la paridad de género, cambió el proceso para la sucesión al trono, ahora se realiza estrictamente según el orden de nacimiento y no por género. Creo que, finalmente, es su bondad lo que define su reinado.
—Se suele decir que la reina se caracterizó por su neutralidad en el ejercicio de la jefatura del Estado. ¿Cómo será recordada en ese sentido?
La neutralidad era un talento muy importante de la reina. Ella asumió el trono cuando tenía 25 años. La reina dio la bienvenida constitucional a 15 primeros ministros y cada semana tenía una reunión privada con ellos, pero lo que es importante dentro de nuestra Constitución y algo que la reina hizo muy bien fue dar consejo político, social, quizás económico. El exprimer ministro Boris Johnson dijo hace unos días en el Parlamento que no conocía a una persona con tanta sabiduría como la reina. Como consecuencia, ella pudo guiar a la nación a través de los momentos difíciles, más recientemente durante la pandemia. Siempre dio el ejemplo a la nación.
—¿Tuvo buena relación con todos los primeros ministros?
Así parece, estoy seguro de que algunas de sus conversaciones quizá fueron directas. Pero, al mismo tiempo, todos los primeros ministros han tenido las mismas opiniones sobre la reina y eso significa algo. Pasa lo mismo con los presidentes de Estados Unidos que la conocieron. En todo el mundo hay una opinión constante sobre ella, pues lideró con un sentido auténtico de su personalidad y con un sentido de servicio que quizá sorprende a las nuevas generaciones. En su primer discurso como rey, Carlos III hizo la misma promesa de una vida de servicio. Estoy seguro de que no vamos a olvidar la historia de Isabel II, su vida definió el siglo XX.
—Isabel II tuvo que enfrentar polémicas y problemas delicados dentro de su familia. ¿Qué opina de cómo lidió con estas situaciones?
La reina lideró la nación durante la Guerra Fría, durante la pandemia, durante los ataques del 11 de setiembre y, como padre, sé que los asuntos familiares son complicados también. Es muy difícil ser madre o padre en frente de las cámaras, bajo el escrutinio de los periodistas y también con las expectativas de un pueblo. Toda su familia viajó al castillo de Balmoral para estar con ella en sus últimos momentos, todos los testimonios de Carlos, de Guillermo, de Enrique, de sus esposas, de sus nietos y bisnietos son positivos.
—La fascinación por la reina se ve en TikTok, Instagram y otras redes sociales y muchos de los entusiastas son muy jóvenes. ¿A qué se debe la popularidad de la reina, incluso en estos tiempos?
La reina fue icónica por su habilidad para conectar de igual forma con presidentes del mundo y con ciudadanos de cualquier lugar y edad. La reina fue nuestra mejor embajadora en el mundo, visitó 117 países, hizo decenas de visitas de Estado, entonces ha conectado con mucha gente y de muchas generaciones. Isabel fue una mujer que lideró el mundo a todos los niveles.
—El rey Carlos III tiene un perfil diferente, ha sido siempre más abierto a comentar sobre temas políticos y hasta ha chocado con Donald Trump y Vladimir Putin. ¿Cómo se espera que sea su reinado en ese sentido? ¿Mantendrá ese estilo o se moderará?
Sé que Carlos III tiene, como su madre, una pasión y un compromiso para servir. En su primer discurso dijo que como rey va a hacer algunas cosas de manera diferente, pero su pasión por temas como el medio ambiente y su interés por lo mejor para su pueblo va a continuar. Carlos III no asume el trono joven, como lo hizo su madre, pero ha tenido la oportunidad de aprender, de experimentar la vida, de formar sus opiniones, pero también de saber lo que significa el puesto de rey. En su primer encuentro abierto con la gente afuera del Palacio de Buckingham saludó a los ciudadanos cara a cara, mano a mano y esto significa que es consciente de los valores que su madre defendió y que son la razón por la que el mundo celebraba y atesoraba a la reina.
—El mundo en el que asume el trono Carlos III es muy diferente al de 1952, pero igual de complejo. ¿Cuáles son los principales retos que tendrá el rey?
Hoy hay una oportunidad de conectar personalmente más con la gente a través de las redes sociales, los medios siempre están presentes en nuestras vidas. Por supuesto, como rey hay una postura en política y siempre habrá una presión de los periodistas de preguntar sobre sus opiniones. Otro reto del rey es conectar con la gente inmediatamente porque la mayoría de la población del Reino Unido ha conocido una sola reina, pero al mismo tiempo hay una afección profunda hacia él. Por supuesto que hay retos, pero hay más oportunidades de preservar y utilizar el legado de la reina.
—¿Cómo ve el futuro de la Mancomunidad de Naciones? Hay voces que dicen que tal vez algunos países se encaminan a salir de las esferas del reino ahora que Isabel II ya no está.
La mancomunidad es una familia de valores compartidos y es una familia creada por la reina Isabel II. Carlos III ha abordado el futuro de la mancomunidad durante algunas cumbres y dejó en claro que su deseo es que continúe. Hay, por supuesto, la libertad para los países de elegir sobre sus propios futuros, de hacer elecciones diferentes, pero Carlos III cree en los valores y en la importancia de los lazos históricos y presentes en la Mancomunidad de Naciones. Habrá que esperar para ver qué pasa.
—¿Qué viene para la monarquía británica con este cambio de reinado?
Es extraño decir que es emocionante porque en este momento sentimos como país un dolor grande. Creo que viene una nueva época para la familia real, pero con los cimientos dejados por la reina Isabel II. Es algo nuevo, pero hay una continuidad, hay oportunidades y hay mucho potencial en la familia real para hacer la diferencia.
—Carlos III tendrá como primera ministra a la conservadora Liz Truss en el inicio de su reinado. ¿Qué expectativas hay sobre esta relación?
La relación es buena porque se trata de un lazo fundamental para nuestro gobierno y para el país. Carlos III y Liz Truss lo saben. La relación estrecha de ambos es esencial porque hay retos en el mundo después de la invasión ilegal de Ucrania por parte de Rusia. Hay desafíos geográficos, económicos y sociales y es a través del trabajo en conjunto que el gobierno va a superar esos desafíos.