La vicepresidenta de Argentina y exmandataria Cristina Fernández de Kirchner vive uno de sus peores momentos: la fiscalía argentina la acusa del delito de liderar una asociación ilícita y de defraudar al Estado, un proceso que se inició a mediados del 2019. Acaba de pedir para ella 12 años de cárcel.
No es lo único que exigen los fiscales federales Diego Luciani, cuya fama de “duro” le precede, y Sergio Mola. También se solicitó la inhabilitación perpetua para cargos públicos.
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¿Qué es lo que se investiga? La agencia EFE explica que “se juzgan las presuntas irregularidades en la concesión de 51 obras públicas a firmas del empresario Lázaro Báez durante los gobiernos del fallecido Néstor Kirchner (2003-2007) y Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015) en la austral provincia de Santa Cruz”.
En el supuesto esquema ilícito, Fernández sería la cabeza, pero también aparecen nombres como el del fallecido expresidente Kirchner, y el exministro Julio de Vido.
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¿Cuáles serían los posibles escenarios? “La Nación” anota que si el tribunal -compuesto por los letrados Rodrigo Giménez Uriburu, Jorge Gorini y Andrés Basso- condena a la vicepresidenta (“el veredicto se conocería a fin de año”), habrá que esperar a que el fallo sea corroborado por la Corte Suprema de Justicia, “lo que lleva años”.
“Lo mismo cabe con la inhabilitación para ocupar cargos públicos, en caso de que se le imponga ese castigo, por lo que no tendría inconvenientes para postularse a un cargo electivo en el 2023″, agrega el medio.
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Cristina, en entredicho
Para Juan Negri, director de la carrera de Ciencia Política de la Universidad Torcuato Di Tella de Buenos Aires, la situación que vive Cristina Fernández implica, casi obligatoriamente, que ella busque algún cargo para postularse en el 2023. En efecto, como la sentencia necesita el visto bueno del alto tribunal, los plazos juegan a su favor. “Ella necesita los fueros parlamentarios. Yo tengo dudas de que vuelva a ser elegida presidenta, pero podría ocurrir que asuma con una condena que no es firme”.
Negri agrega: “También hay que tomar en consideración que ella está a punto de cumplir 70 años, así que es improbable que vaya a la cárcel. Aun cuando se quede sin fueros parlamentarios y a pesar de que la condena sea efectiva, lo más probable es que le toque prisión domiciliaria debido a su edad”.
Sin embargo, sería un error pensar que Fernández saldrá indemne. Según Negri, sin importar que sus simpatizantes hablen de conspiraciones, han quedado al “descubierto los mecanismos de corrupción que funcionaron durante su Gobierno”.
“Además también se enfrenta a complicaciones políticas. La alternativa que ella jugó en el 2019 fue elegir a alguien como Alberto Fernández para que gobernara en su lugar. Hoy, si lo volviera a hacer, nadie creería que no se va a inmiscuir”.
Paradójicamente, considera Negri, presentarse a las elecciones la expone a perder (”el peronismo se enfrenta, casi con seguridad, a una derrota en el 2023″), pero sus bases, “el kirchnerismo más duro”, le exigen que acepte el liderazgo.
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¿Es acaso el final de Cristina Fernández? El politólogo argentino recuerda que el kirchnerismo fue capaz de articular “una especie de identidad muy profunda al interior del peronismo”, así que, por lo menos por unos años más, va a mantenerse como “rasgo de la política argentina”. En todo caso, el asunto a resolver es la sucesión en el liderazgo.
“Históricamente, hubo muchos problemas para elegir al reemplazo, las peleas entre las facciones internas siempre fueron muy duras”.
“Pero ella va a mantener un lugar bastante importante. Hoy mismo, la política argentina baila un poco a su ritmo. Los anuncios de Cristina, la situación procesal de Cristina, qué piensa Cristina, si Cristina apoya a la ministra: esas seguirán siendo variables fundamentales”, anota.
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¿Y el gobierno?
Para Negri, el contexto puede servirle al Gobierno de la coalición para mostrarse como una unidad, como una sola fuerza que se enfrenta a lo que algunos llaman persecución judicial. “Recordemos que hay los que utilizan el ejemplo de Lula da Silva en Brasil para imaginar una suerte de conspiración del Poder Judicial para marginar a los gobiernos populares. En ese sentido, les da una herramienta discursiva muy importante”, dice Negri.
“En todo caso, esto no le afecta más que la misma situación económica. Tampoco es el principal problema que tienen con respecto al desempeño electoral. Es decir, Cristina fue electa vicepresidenta hace tres años con un montón de causas judiciales, lo que da a entender que para buena parte de sus votantes la corrupción o lo judicial no es lo más importante”.
¿Es esta una oportunidad para Alberto Fernández y los suyos para deshacerse de Cristina y así terminar con los problemas dentro de la coalición? “No creo. Es poco probable que la saquen del medio en el poco tiempo que les queda en el poder. Además, es altamente improbable porque ella tiene que ser candidata para proteger su frente judicial”.
“En ese sentido, una Cristina jubilada y en segundo plano es poco probable”.