La cumbre semestral de presidentes del Mercosur, que se celebrará este lunes 8 en Asunción, tendrá como gran ausente al argentino Javier Milei, según anunció esta semana el portavoz presidencial Manuel Adorni asegurando que se debía a “cuestiones de agenda”. Sin embargo, el líder libertario ha confirmado su asistencia a la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC), un foro conservador que tendrá lugar este fin de semana en Brasil y en el que coincidirá con el exmandatario Jair Bolsonaro.
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Este desaire hacia el Mercosur se produce pocos días después de que Milei calificara a su homólogo brasileño Luiz Inácio Lula da Silva de “corrupto” y “comunista”. Estos duros términos fueron una respuesta a la exigencia del gobernante izquierdista para que el líder libertario se disculpara “con Brasil y conmigo” por otras críticas de alto calibre vertidas meses atrás.
Tampoco podemos ignorar la crisis diplomática por la que transitan Argentina y Bolivia luego de que Milei calificara como “fraude” el intento de golpe de Estado denunciado por el jefe de Estado Luis Arce.
Según Adorni, Milei no tiene “ningún problema” de coincidir con un mandatario con el que “pueda tener una distancia, ideológica, de concepto. Nunca nos vamos a ausentar por esa cuestión”.
Para Alejandro Frenkel, doctor en Ciencias Sociales y profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Nacional de San Martín (Argentina), se trata de “una decisión errónea” que además resulta “contraria a lo que ha sido la política tradicional argentina respecto a la integración con los países de la región y de asumir un rol importante dentro del Mercosur”, explica a El Comercio.
- Diplomacia paragubernamental -
“Por otro lado, es una decisión coherente con la política exterior de Milei, que no le da importancia a la región. Muestra de ello es que Milei no ha realizado ninguna visita oficial a ningún país de esta parte del continente, Argentina tampoco participó de la última cumbre de la Celac, ahora no participa en Mercosur y plantea eliminarlo, también manifestó que no apoyaría la propuesta de Brasil para reformar Unasur. Hay varios indicadores que dan cuenta de que la región no existe para el gobierno de Milei”, advierte Frenkel.
En efecto, desde que Milei llegó a la presidencia argentina, en diciembre del 2023, ha realizado ocho viajes al exterior y ninguno de ellos fue a un país latinoamericano, con excepción de El Salvador. Además, sus visitas a Estados Unidos y Europa, sus destinos predilectos, se enfocaron principalmente en participar de actos religiosos o recibir condecoraciones de agrupaciones de ultraderecha.
Para Frenkel, esta particular forma de ejercer las relaciones exteriores merece una clasificación especial. “Yo la denomino diplomacia paragubernamental”, dice.
“Vemos a un presidente que realiza una diplomacia como si no fuese un jefe de Estado. Tiene mucho que ver con la concepción libertaria que mantiene Milei, es una persona que no cree en el Estado, que ha manifestado que su objetivo es destruirlo. Entonces, hay una tensión entre la figura que ve al Estado como una organización criminal pero que al mismo tiempo ocupa un cargo que no puede escindirse de su carácter estatal. Esa dualidad contradictoria nos conduce a una conducta que al menos yo no he visto en otros mandatarios”, explica el experto.
- Posibles consecuencias -
Brasil y Chile son dos de los cinco principales destinos a los que van las exportaciones argentinas y, en general, Latinoamérica representa una importante plaza comercial para las industrias argentinas. Por ello, Frenkel teme que esta política de desinterés por sus vecinos termine costándole caro a la economía de su país.
“América Latina no solo es la región con más vínculos políticos con Argentina sino que además es el principal destino para nuestras exportaciones industriales. Exportamos bienes agrícolas a China y otros países de Asia, pero los lugares adonde exportamos la mayor cantidad de productos con valor agregado son Brasil, Colombia, Perú, Chile. Tener una política de indiferencia hacia la región puede tener efectos negativos en materia económica y comercial”, advierte.
En el caso específico Brasil, adonde se estima que llega el 14,3% de las exportaciones argentinas, esta no sería la primera vez que ambos países enfrenten un tenso momento por lo que, de acuerdo al experto, hay una vía para transitarlo de la mejor forma pese a la incomodidad especial que genera la situación para Lula, según aseguró el diario La Nación citando a fuentes del Palacio de Planalto que considerarían que Milei está “casi cruzando los límites”.
“En el caso de Brasil, Lula está reeditando la política de paciencia estratégica en un escenario mucho más grave”, señala Frenkel.
“Originalmente esto sucedió en la etapa de Dilma y Cristina, cuando Brasil mantuvo una política prudente y de evitar la confrontación con Argentina. La principal diferencia es que entonces Cristina no tenía la intención de confrontar al gobierno brasileño sino que la coyuntura tensó las relaciones. Yo creo que Lula está respondiendo debidamente a las acusaciones de Milei, pero su política será de no confrontar abiertamente con Argentina. Pero eso no necesita que mantengan una política necesariamente cooperativa en todos los aspectos”, explica el analista.
¿Cuál cree usted que es la verdadera razón detrás de este desplante a Mercosur?
Ciertamente es un desaire y considero que Milei no quiere cruzarse específicamente con Lula, y tampoco con Arce luego del cruce por lo sucedido en Bolivia. Está desairando la reunión, le está quitando importancia al Mercosur.
¿Cómo se origina esta enemistad entre Milei y Lula?
Milei viene desde hace unos años manteniendo una relación muy cercana con la familia Bolsonaro. En Argentina se encuentran muchas personas perseguidas por la justicia brasileña luego del asalto al palacio presidencial en Brasilia hace año y medio. No se puede decir que la justicia argentina no está colaborando con ellos porque aún está dentro de los márgenes de tiempo pero va en esa línea. Milei está intentando establecer una especie de dicotomía global, es la misma reacción que ha tenido con Pedro Sánchez en España.
Sin embargo, Brasil y Mercosur son socios mucho más importantes que España o Bolivia para Argentina, ¿habría alguna consecuencia comercial por tanta tensión?
En principio no, pero lo cierto es que Mercosur está en una situación tensa desde hace muchísimos años. La diferencia es que hasta ahora solo habían levantado la voz algunos "socios minoritarios" como Uruguay y Paraguay, pero Argentina en algún punto es también un "socio minoritario" para Brasil. Y ese es el discurso que está llevando adelante Milei, que Mercosur es un mercado común que solo beneficia a Brasil. El impacto comercial podría venir principalmente en el lado automotor, Lula podría reevaluar algunos acuerdos que tendrían un impacto muy fuerte en la industria argentina porque sus exportaciones van al mercado brasileño.