
“No tenemos las divisas necesarias para la importación”. El Gobierno del presidente de Bolivia, Luis Arce, reconoció que el país no puede obtener los dólares necesarios para importar combustible. Ello luego de que se registraran largas colas que duran horas en las estaciones de servicio. La situación, además de impactar en la economía de los ciudadanos, también ha generado preocupación en amplios sectores empresariales y sindicales. El Ejecutivo ha anunciado acciones inmediatas, pero ninguna de ellas apunta a solucionar el origen del problema: la insostenible política de subsidios a los combustibles, que se ha visto impactada con dureza por la merma de las exportaciones del país.
Ahora, se viene una semana difícil para Arce, pues Bolivia corre el riesgo de quedar paralizado si no se arregla el problema del combustible, que está amarrado a la falta de divisas.
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Esta situación se remonta a comienzos de marzo del 2023, cuando en los bancos y casas de cambio de Bolivia empezaron a formarse grandes filas de personas que querían retirar o comprar dólares. Debido a la escasez de la divisa, la mayoría se iba con las manos vacías o con menos dinero del que pretendía sacar porque los bancos les imponían restricciones.

Entonces, el Gobierno anunció el 8 de marzo de ese año que el Banco Central de Bolivia vendería dólares a todo el que lo solicitara. Las colas se trasladaron a la sede central del banco en La Paz.
Además, se impusieron restricciones a los giros internacionales, al uso de tarjetas de crédito en el exterior y a la realización de pagos por Internet. Pero hasta hoy, la situación no se ha normalizado. Ha empeorado.

Como consecuencia de la escasez divisa y las restricciones, en el mercado paralelo el dólar se cotiza a casi el doble que el tipo de cambio oficial.
El miércoles, en un mensaje a la nación, Arce dijo que “la iliquidez es transitoria”. Prometió que se importará más combustible y se priorizará la distribución de diésel al sector agropecuario mediante una programación. Además, aseguró que no devaluará la moneda nacional y no levantará la subvención a los combustibles.
En su mensaje del miércoles, el presidente Luis Arce anunció medidas para hacer frente a la falta de combustible:
- Las instituciones educativas adoptarán la modalidad de enseñanza virtual para disminuir la movilidad y el consumo de carburantes.
- Se disminuirá al 50% el uso de vehículos en el sector público.
- Se dará prioridad en la provisión de carburantes a industrias estratégicas y al transporte público.
- Se aumentará la distribución de combustible en las estaciones de servicio del 50% al 80% para atender la demanda existente.
- La Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) implementará una aplicación que informará en tiempo real sobre la disponibilidad de combustible en las estaciones de servicio.
- Se habilitarán estaciones de servicio específicas para la provisión de combustible al transporte público.
- Además, para enfrentar la escasez de dólares, la empresa estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) ha recibido aprobación del Gobierno para utilizar criptomonedas en la adquisición de energía del extranjero.

El presidente pidió al Congreso que apruebe créditos externos por más de 1.600 millones de dólares para devolver la liquidez de dólares a la economía boliviana. Ese pedido está estancado en el Legislativo debido a la pelea que hay al interior del gobernante Movimiento al Socialismo (MAS), que se ha dividido en dos facciones: una que apoya a Arce y otra al exmandatario Evo Morales.
En Bolivia hay elecciones presidenciales en agosto. Arce tiene la intención de presentarse a la reelección y Morales también busca ser candidato, aunque el Tribunal Constitucional ha dicho que legalmente está impedido de hacerlo.
Una semana decisiva

Bolivia ha pasado de ser un exportador de gas natural a importador de combustible, debido al agotamiento de pozos de gas y a la falta de exploración para reemplazarlos.
Actualmente, el país importa cerca de un 90% del diésel y más de un 50% de la gasolina que consume. Los paga en dólares en el mercado internacional y vende a la población con un precio subsidiado mayor al 50%.
La escasez de dólares está mermando la reserva internacional del país. En el 2014, estas reservas internacionales estaban en US$15.500 millones. Para diciembre del 2024 se habían reducido a solo 1.976 millones de dólares, la más baja en seis décadas.
En el 2024, Bolivia destinó 3.349 millones de dólares para la importación de combustible.
El periodista Juan Carlos Arana le dijo a El Comercio que amplios sectores de la sociedad boliviana están movilizados, y que “el país va a arder esta semana porque un país sin energía se paraliza, y un país paralizado agrava la crisis”.
Agregó que sectores como el transporte, el agro, los cooperativistas, los mineros, le han dado un ultimátum al gobierno para que encuentre una solución al tema del combustible.
Arana explicó que los precios de los alimentos han subido 19%, y que hay ciudades como La Paz que no tienen cómo abastecerse porque hay derrumbes carreteros por el mal estado de las vías y por las lluvias, y también debido a que el transporte de carga se ha paralizado por la falta de carburantes.
“Lastimosamente, esta semana va a ser crucial para el gobierno. Si bien Arce ha dicho no renunciaré, cuando un presidente en América Latina dice no renunciaré es porque se está rumoreando en pasillos, digamos, del palacio esta palabra. Si no, no tendrías por qué mencionarlo”, sostuvo.
El periodista manifestó que es la tormenta perfecta para poner en aprietos a Arce. “Esta semana Bolivia va a tener sobresaltos que pueden ir desde la renuncia del presidente hasta movilizaciones populares que exijan su dimisión. Hay voces que hablan de que se adelanten las elecciones. La situación es de pronóstico reservado”, insistió.
¿Por qué no hay dólares?

El periodista Raúl Peñaranda le dijo a El Comercio que no hay dólares en Bolivia porque las exportaciones son muy bajas.
“Ya no exportamos los montos que antes exportábamos a Brasil y Argentina, sino montos mucho más bajos, casi ya marginales. De hecho, la exportación del gas ya está en su parte final. Hace una década exportábamos 6 mil millones de dólares en gas a esos dos países, y ahora prácticamente ya casi nada, por eso es que no hay dólares”, sostuvo Peñaranda.
¿Por qué se han desplomado las exportaciones? Arana explicó que Bolivia ha sido un exportador de gas natural debido a que tenía yacimientos importantes. Pero durante su gobierno Evo Morales decidió la nacionalización, con lo cual confiscó todos los pozos petroleros y gasíferos a las empresas transnacionales que habían invertido más de 3.800 millones de dólares en desarrollarlos.
“Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos tomó la propiedad de los mismos, no se destinó nunca más ni un peso para inversión ni para exploración. Eso nos dejó sin recursos hidrocarburíferos, porque se han ido agotando. A eso hay que sumar que ya no tenemos a nuestros dos principales compradores de gas natural, porque Brasil descubrió enormes cantidades de gas y Argentina, por razones políticas, dejó de comprarnos hace algo más de ocho meses”, remarcó Arana.
Peñaranda dijo que las medidas anunciadas el miércoles por el presidente no apuntan al problema de fondo para resolver la falta de combustible: la subvención.
“En Bolivia el litro de gasolina cuesta medio dólar, cuando en los países vecinos puede alcanzar el dólar y medio. Ese es el tema. Si importáramos los combustibles y los vendiéramos al precio internacional no habría problema, porque con lo que se vende se recuperarían los dólares y se podría seguir importando”, remarcó.
¿Se podrá eliminar la subvención? Peñaranda sostuvo que en esta etapa pre electoral, hay candidatos de oposición que están planteando alternativas para ir dejando atrás esta política que ya lleva unos 25 años.
“El actual gobierno no va a tomar ninguna medida para eliminar la subvención porque es algo muy impopular. Sin embargo, creo que la ciudadanía en general sí estaría dispuesta a que se suba en algo el precio del combustible, pero obviamente en el momento que eso pase va a ser una razón de conflicto”, anticipó Peñaranda.
“Tenemos un modelo donde el Estado hace desde las papas fritas que consume la gente, hasta importar exclusivamente los carburantes. Ese modelo se ha agotado y está destruido, la economía de Bolivia está destruida”, dijo Arana.