Casi dos años después de la explosión de la pandemia de coronavirus, unos 71 millones de niños y adolescentes continúan afectados por el cierre de las escuelas en América Latina y el Caribe. El Perú, lamentablemente, es uno de los países que más lentamente ha implementado la semipresencialidad y apenas el 6,5% ha acudido a las aulas y 7 millones aún no regresan.
Las consecuencias de tener a los niños lejos de las aulas, lejos de protegerlos del COVID-19, los ha expuesto a una educación precaria, ha aumentado la brecha social, ha afectado su desarrollo emocional y cognitivo y, peor aún, los ha hecho desertar del sistema educativo, además de exponerlos a la explotación sexual y laboral.
LEE TAMBIÉN: Clases escolares semipresenciales: Unicef Perú recomienda seguir para lograr retorno al 100% en marzo del 2022
Sobre ello, El Comercio conversó con la directora regional de Unicef para América Latina y el Caribe, la hondureña Jean Gough.
—La pandemia ha significado un antes y un después para todos en el mundo. ¿Cuál ha sido la principal consecuencia en los niños en América Latina?
La pandemia ha afectado a todo el mundo. Desde el punto de vista de salud, los niños son más fuertes por su sistema inmunológico, pero para ellos los espacios han estado cerrados, y uno de esos ha sido el espacio de la educación. Ellos han sido apartados de sus aulas y te puedes imaginar dos años sin ir a la escuela y el impacto que ha tenido en la vida de un niño, especialmente de los sectores más vulnerables, que viven en los lugares más remotos y los que no tienen acceso a la tecnología. Nadie está negando el esfuerzo que han hecho los gobiernos, pero creo que el sistema educativo no estaba preparado para una cosa de esta magnitud. Por eso, nosotros estamos abogando desde la oficina regional para la reapertura de las escuelas, no solo porque los niños han sufrido con el aprendizaje, sino con su desarrollo social. Para muchos niños, incluso, el único alimento que recibían era el de la escuela, entonces ha habido retrocesos en los indicadores de nutrición. Otro aspecto es el impacto en la salud mental de los niños, pues la escuela es un medio donde socializan. Muchas escuelas, especialmente en las zonas más alejadas, no tienen apoyo de psicólogos. La última cifra que tenemos es de 71 millones de niños fuera de sus aulas en la región, y un gran porcentaje de ellos han desertado. En el Perú sabemos que son 700 mil niños y adolescentes los que han abandonado el sistema escolar y que posiblemente no vuelvan a matricularse. Yo estuve en una zona de Ucayali, y ahí la directora del área de educación me dijo que tienen unos 5 mil registrados en las escuelas, pero que de esos solo 150 niños estaban atendiendo la educación remota.
- COVID-19 sumó 100 millones de menores a la pobreza, dice Unicef
- Día Universal del Niño: ¿cuándo se celebra y por qué es importante esta fecha?
—¿Por qué los niños han sido los menos considerados durante la pandemia? Durante meses, la discusión prioritaria acá fueron los centros comerciales, los restaurantes, los deliverys, mientras los niños no iban a la escuela y ni siquiera podían jugar en los parques. ¿Por qué las prioridades se trastocaron de esa manera?
Los adultos pensaban que los estaban protegiendo del impacto de la pandemia. Pensaban que sus sistemas educativos no tenían las medidas de bioseguridad para hacer que los niños vayan a las escuelas, pero nosotros hemos visto todos los estudios mundiales que dicen que las escuelas no son el foco de contaminación, entonces estamos abogando para que eso se dé. Otro problema que vimos es que no había vacunas para los maestros, pero ahora la mayoría de países ya tienen vacunas. De todos modos, no podemos esperar que todo el mundo esté vacunado para reabrir las escuelas.
LEE TAMBIÉN: Perú: el país más rezagado en el retorno a clases a falta de una estrategia clara del gobierno
—¿Tiene que ver con la idiosincrasia del latinoamericano, este sentido de sobreprotección desde el lado de los adultos o falta de información?
En muchos países, la clase media es la que habla y los niños de este grupo generalmente están conectados a Internet y han podido acceder a la educación remota. Pero eso no es para la mayoría de los niños, entonces los que más necesitan son los que han sido excluidos y son los que no tienen voz. El sistema es complejo, pero nosotros pensamos que lo mejor que puede hacer cualquier gobierno es reabrir las escuelas porque el impacto que va a tener en el futuro de la sociedad es enorme. Y aún para la reactivación de la economía necesitamos que las escuelas abran, porque muchas madres y padres se quedaron sin trabajar porque las escuelas están cerradas.
—¿Hay tiempo para enmendar?
Nosotros estamos abogando por un sistema de nivelación y de aceleración del conocimiento, especialmente en lectura y matemáticas en los grados iniciales y en secundaria. Ahí hay todo un trabajo para hacer, y esto lo conversamos con el viceministro de Educación. Entonces hay que pensar en clases expandidas, para que todos los días se pueda hacer nivelación, porque estamos ampliando la brecha social en vez de cerrarla.
También hay que cerrar la brecha digital. Yo siempre pienso que la tecnología puede democratizar la educación, pero también puede incrementar esa brecha. Entonces, estamos abogando para que continuemos trabajando conjuntamente para lograr que los niños que viven aislados también tengan acceso a la misma calidad educativa de los niños de zonas urbanas.
—¿Y qué pasa con los niños que ya desertaron y es probable que no regresen?
También estamos haciendo campaña para que se busque a los niños casa por casa, y realmente tratar de captarlos y volver a motivarlos para que vuelvan a la escuela. Hay toda una estrategia de búsqueda activa de niños que han desertado para lograr reinsertarlos al sistema educativo.
—Un tema que ha dejado la pandemia con respecto a los niños es el de la explotación sexual y los menores que se quedaron encerrados con sus abusadores. ¿Cómo se está abordando este tema desde Unicef?
Es una situación alarmante y que la pandemia ha acelerado. Incluso en muchos países hemos visto un incremento del embarazo adolescente de niñas entre los 10 y 14 años. En un país que visité me decían que en el 2021 unas 3.800 niñas entre 10 y 14 años estaban embarazadas, y yo estaba alarmada. Es difícil conseguir cifras, pero el tema de la violencia sexual ha aumentado en la región.
—¿Cómo ha encontrado el ánimo de colaboración en el Estado peruano para mejorar la situación de la niñez?
Nos reunimos con la primera ministra, el canciller, el viceministro de Educación y con la titular de la Mujer y Poblaciones Vulnerables. Uno de los temas que hablamos fue la reapertura de las escuelas, y ellos ya comunicaron oficialmente que se reabren el 1 de marzo, pero ese es un asunto por el que necesitamos continuar abogando para que otras variantes del virus no modifiquen esa fecha. Asimismo, Unicef valora la vacunación y celebramos que se hayan adquirido las dosis para niños de 5 a 11 años, pero no queremos que la falta de vacunas sea un obstáculo para la reapertura. Los niños necesitan volver a la escuela con las precauciones necesarias, porque es importante para la reactivación de la economía y para la salud mental de los menores, de los padres y de la sociedad.
VIDEO RECOMENDADO
TE PUEDE INTERESAR
- El día en el que ‘El Chapo’ Guzmán dejó sin rosas a una ciudad para sepultar a su hijo
- México exigirá visa a los venezolanos para evitar que lleguen a Estados Unidos
- La actriz asesinada Tania Mendoza y su amor por el narco mexicano Arturo Beltrán Leyva
- “Mi marido me cortó las manos con un hacha”
- Asesinan a balazos en México a Tania Mendoza, actriz de “La mera reina del sur”