La carrera por la presidencia de Chile arrancó oficialmente con el cierre de la inscripción de los candidatos que buscan gobernar el país. En total, nueve aspirantes -solo una mujer entre ellos, están en la línea de partida para llegar al Palacio de la Moneda en unos comicios cargados de desafíos e incertidumbre.
A menos de tres meses de las elecciones del 21 de noviembre, tres candidatos resuenan como favoritos en la contienda para suceder a Sebastián Piñera.
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El independiente y exministro Sebastián Sichel es el abanderado de la coalición de centroderecha oficialista. En el centro, la presidenta del Senado y democratacristiana Yasna Provoste competirá a nombre de la oposición de centroizquierda. Y la izquierda propiamente dicha está representada por el abogado y diputado Gabriel Boric.
Además se inscribieron otros seis candidatos con diversas visiones, entre ellos el independiente mapuche Diego Ancalao y el ultraderechista Jose Antonio Kast.
“Es claro que queda configurado un panorama político con candidaturas que cubren bien todo el espectro ideológico”, dice a El Comercio Julieta Suárez-Cao, profesora asociada del Instituto de Ciencia Política de la Pontificia Universidad Católica de Chile y coordinadora de la Red de Politólogas.
Pero aunque las encuestas reflejan que por ahora hay tres candidatos más competitivos, la experta no descarta un escenario similar al vivido en las últimas elecciones en el Perú. “Si los candidatos quedan muy cerca en votación, las dos personas que pasen a la segunda vuelta serán elegidas por un componente más azaroso y ahí empiezan a pesar las otras candidaturas”, dice a este Diario.
Por su parte, Javier Sajuria, académico chileno y profesor de Ciencia Política en Queen Mary University of London y director de la fundación Espacio Público, destaca que ve un panorama electoral bastante movido a menos de tres meses de las elecciones.
“Sichel es un candidato que se parece mucho a Sebastián Piñera. En la centroizquierda es donde hay más novedades, fundamentalmente por la debilidad del sector. A pesar de que hicieron las primarias el fin de semana y de que ganó Provoste, la candidata de la Democracia Cristiana, es una coalición que está un poco de capa caída. En el caso de la izquierda tenemos una dispersión interesante: Gabriel Boric es el que corre con más ventaja, pero a la contienda se incorporaron Marco Enríquez-Ominami y Diego Ancalao, que podrían tener cierta capacidad de convocatoria en este sector”, señala el experto.
“No es claro quiénes van a pasar a segunda vuelta, pero creo que es poco probable que alguien gane en primera vuelta”, agrega.
Los tres favoritos
A Sebastián Sichel, exministro independiente de Piñera, se le atribuye un perfil de centro aunque representa al bloque oficialista de derechas Chile Vamos, que ahora se llama Chile Podemos Más. “Él representa un intento de la derecha por llegar a sectores más independientes”, dice Julieta Suárez-Cao.
“Es un candidato que estuvo en diferentes gobiernos de distinto signo político, esto hace que descuide un poco la identidad de la derecha, que es lo que viene un poco a remarcar su competidor de la ultraderecha que es José Antonio Kast. Sichel representa una especie de renovación al interior de la derecha, pero más que nada de imagen porque hasta el momento no se ha percibido grandes diferencias a nivel de programa”, agrega la experta.
Los expertos pronostican una pugna entre Sichel y Yasna Provoste, del movimiento tradicional de centroizquierda Unidad Constituyente, que ha sido llamado Nuevo Pacto Social para las elecciones.
“Yasna Provoste fue ministra de Educación en el primer gobierno de Michelle Bachelet. Fue destituida en un juicio político, pasó cinco años fuera de cargos públicos. Después de eso volvió como diputada y senadora y se ha mostrado como una de las figuras más de izquierda dentro de la Democracia Cristiana. Ella busca revitalizar el legado sindicalista y que tiene que ver con movimientos de trabajadores”, dice sobre ella Javier Sajuria.
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Suárez-Cao agrega que Provoste es la única mujer en la contienda, algo que considera muy relevante en el contexto actual del país, donde existe una Asamblea Constituyente paritaria en curso.
En cuanto a Gabriel Boric, candidato del Frente Amplio apoyado por el Partido Comunista, los expertos señalan que el exdirigente estudiantil y diputado es claramente el candidato más izquierdista de los tres favoritos.
“La candidatura de Boric representa a una izquierda que no ha estado en el poder, a pesar de tener dentro al Partido Comunista es una coalición que no ha gobernado. Representa reivindicaciones de género, territoriales, un rol más fuerte del Estado y a una nueva generación. Boric es visto como un quiebre muy fuerte respecto a las presidencias anteriores”, señala Suárez-Cao.
Camino de desafíos
Los expertos coinciden en que es difícil prever cómo será lo que queda de la campaña, pero apuntan que hay desafíos claros para ganar la presidencia, más aún si se considera que la contienda está enmarcada en un pedido de mayores demandas sociales y en un momento en que el país redacta una nueva Constitución para reemplazar a la heredada por la dictadura de Augusto Pinochet.
Para Suárez-Cao, es claro que las candidaturas de oposición tienen el desafío de ver quién logra capitalizar el descontento que ha quedado patente con el estallido social y quién puede hacer una apuesta de futuro más interesante para la ciudadanía. En el caso del candidato de derecha, considera que el escenario es más complejo, pues “tiene que tratar de capitalizar algo de ese descontento, pero a la vez apelar a quienes ven en las protestas solamente desorden y violencia. Entonces en ese sentido tiene un rol más ambiguo y quizá más complejo”.
“Entonces hay un desafío en distinguirse, en generar identidad, pero a la vez sin descuidar al votante de centro, que es muy importante. Por lo tanto, creo que todavía la estrategia polarizante en Chile no es una buena estrategia para ganar la elección presidencial. El gran desafío es distinguirse sin descuidar un cierto aspecto de moderación dentro de sus discursos y propuestas”, agrega.
Sobre la importancia del voto moderado, Javier Sajuria pide recordar que Chile tiene el voto voluntario y hay que tomar en cuenta los desafíos para movilizar a las personas. “En general los moderados son los más difíciles de movilizar, es más fácil hacerlo con los extremos. Si bien la atención a los moderados es clara, hay que reconocer que en Chile el centro político se movió a la izquierda en los últimos años”, apunta.
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