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Petro acusa al Perú de violar el Protocolo de Río de Janeiro: ¿qué señala el acuerdo y qué escenarios se abren?
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El presidente de Colombia, Gustavo Petro, acusó al Gobierno del Perú de “copar territorio” de su país y violar el Protocolo de Río de Janeiro. El mandatario colombiano hizo el reclamo en referencia a la creación del distrito de Santa Rosa de Loreto, calificándola como una acción “unilateral” y que ponía en riesgo a la localidad de Leticia.
Las declaraciones del mandatario colombiano generaron un cruce diplomático con el Perú y reavivaron una discusión que tiene años sobre la mesa, pero que ha sido abordada con mayor insistencia desde que Petro llegó al poder.
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No se traslada a Leticia por los bloqueos
— Gustavo Petro (@petrogustavo) August 5, 2025
La conmemoración de la Batalla de Boyacá, es la conmemoración de la independencia nacional, se traslada a Leticia, porque otra vez, el gobierno del Perú ha copado un territorio que es de Colombia y ha violado el Protocolo de Rio de… https://t.co/Jh9ZTT6Wk0
El protocolo
El Protocolo de Río de Janeiro, también llamado Protocolo de Amistad y Cooperación entre la República de Colombia y la República del Perú, fue un acuerdo internacional firmado en mayo de 1934 que tuvo como principal cometido poner fin al conflicto armado entre dichos países y demarcar de forma definitiva sus fronteras.
Desde los años inmediatamente posteriores a las guerras de independencia, la delimitación fronteriza entre el Perú y la antigua Gran Colombia fue un punto de desencuentro. La guerra entre ambos estados (1828-1829) no logró solventar la diferencia de opiniones, pese a la firma de un acuerdo de paz.
Tras la división de la Gran Colombia, el litigio territorial entre colombianos y peruanos siguió vigente e incluso se registraron escaramuzas en el periodo previo al siguiente conflicto militar entre ambas naciones.
En 1922 se firmó el Tratado Salomón-Lozano, que en el papel puso fin a la demarcación fronteriza y fue ratificado en 1928. Dicho acuerdo supuso que Colombia controle el territorio comprendido entre los márgenes de los ríos Caquetá y Putumayo, siendo este último la principal línea de frontera entre ambas naciones. El tratado también significó la cesión del Trapecio Amazónico a la administración colombiana.

No obstante, la resolución no dejó satisfecha a parte importante de la opinión pública peruana, que consideraba excesivas las concesiones a Colombia por parte del entonces presidente peruano, Augusto B. Leguía.
El antecedente inmediato a la firma del Protocolo de Río de Janeiro fue la Guerra Colombo-Peruana, que tuvo lugar entre 1932 y 1933. El detonante del conflicto fue la ocupación del puerto fluvial de Leticia, que había pasado a manos colombianas en 1922, por parte de 48 ciudadanos peruanos descontentos con el tratado firmado por el gobierno de Leguía.
El Protocolo de Río de Janeiro marcó el final de la guerra y confirmó las fronteras establecidas por el Tratado Salomón Lozano. Otras resoluciones del acuerdo establecían la “completa libertad de navegación y tránsito entre los territorios fluviales” de ambos países, facilidades para intercambios comerciales y el compromiso de Colombia y el Perú de resolver todos sus desacuerdos por la vía diplomática, renunciando a medidas militares.
Santa Rosa, el centro de la discusión
Santa Rosa es una isla que se ubica en el estrecho de Nazareth del río Amazonas y se separó de forma natural de la también isla peruana de Chinería en 1970. La localidad de Santa Rosa se ubica en la isla homónima y es capital del distrito de Santa Rosa de Loreto, creado el 3 de julio de este año por medio de la Ley N.º 32403.
El surgimiento de islas nuevas tras la firma del Protocolo de Río de Janeiro es un factor irresoluto a juicio del gobierno de Gustavo Petro, que desde hace un tiempo sostiene que la jurisdicción de estas zonas no ha sido determinada, por lo que la isla de Santa Rosa no puede considerarse territorio peruano.
La respuesta del Gobierno del Perú tras las declaraciones de Petro señala que la soberanía sobre dicho territorio fue delimitada por la Comisión Mixta Demarcadora que Perú y Colombia establecieron en 1929, luego del Tratado Salomón-Lozano. Por aquel entonces se resolvió que pasaban a control peruano las islas de Chinerías, Tigre, Coto, Zancudo, Cacao, Serra y Yahuma.
Desde el punto de vista del Gobierno presidido por Dina Boluarte, “el pueblo de Santa Rosa es parte integrante de la isla peruana de Chinería”.
El tratado indica en su primer artículo que la frontera pasa por el ‘thalweg’ (punto más profundo) del río Putumayo y llega hasta el ‘thalweg’ del Amazonas en el límite entre Perú y Brasil. No obstante, al ser este último río sumamente caudaloso, los movimientos constantes trasladan los sedimentos de su lecho haciendo que su profundidad en determinadas regiones sea variable a lo largo de los años.
Este cambio constante y la aparición de islas plantea un inconveniente crucial: el puerto de Leticia está quedando progresivamente más lejos del cauce fluvial a causa de la variación del terreno, con el potencial de que el acceso de la localidad colombiana al Amazonas quede severamente comprometido.
A fines del pasado mes de julio el diario colombiano "El Tiempo" daba cuenta de un estudio de la Universidad Nacional de Colombia que indicaba que el río Amazonas dejaría de pasar por Leticia “muy pronto”. La investigación, que analizaba datos de las últimas tres décadas, señalaba que en varios periodos “el 70% del caudal fluía por el canal peruano, mientras que solo el 30% transitaba por los brazos colombianos” del Amazonas.
Desde la firma de los tratados, han emergido nuevas islas y otras han ido dividiéndose o perdiendo masa, como en el caso de Chinerías.
Escenarios y posturas
A juicio de los analistas internacionales consultados por El Comercio, el reclamo colombiano no es consistente partiendo del punto de que las afirmaciones de Gustavo Petro y las de la Cancillería de su país no son uniformes.
“Colombia tiene dos posiciones: el presidente dice que el Perú está violando los acuerdos y la soberanía de Colombia, mientras el canciller dice que falta asignar soberanía a ciertos territorios, islas que no existían en los tratados fronterizos originales. Son dos cosas distintas y no hay ningún tipo de asidero porque la isla Santa Rosa surge de la isla Chinería, que sí aparece en los tratados fronterizos originales, a partir de los cambios morfológicos de la zona, que se dan también en otras partes de la frontera común”, comenta el internacionalista y docente de la PUCP, Óscar Vidarte.
“Yo creo que aún hay un error técnico porque el presidente Petro está señalando que el Perú está ocupando territorio colombiano y luego cuando vemos las declaraciones que hace el representante la Cancillería colombiana habla de islas que han aparecido de manera posterior al tratado Salomón-Lozano y al acuerdo de Río Janeiro en 1934 y que no están asignadas, por lo que en la posición colombiana hay una incongruencia”, indica por su parte Jorge Antonio Chávez, también especialista en política internacional y docente de la Academia Diplomática del Perú.
“Es importante señalar que en una frontera fluvial de esas características hay cambios morfológicos que pueden alterar el curso de ríos, fenómenos de accesión donde parte de un territorio se puede desprender y cruzar la línea fronteriza hacia el territorio de otro país. Son realidades que se pueden dar y lo importante es que haya negociación”, agrega.
En opinión de Óscar Vidarte, por el momento el Perú ha respondido a la demanda de forma adecuada y si es que existe una crisis, esta se encuentra en su fase inicial. “Lo primero que tiene que darse es que se sigan los canales diplomáticos”, indica.
El especialista de la PUCP critica que el Gobierno de Colombia no haya seguido los mismos protocolos, aunque admite que la postura de Petro sí tiene como trasfondo una problemática real para el Estado que dirige.
“Petro no utilizó los canales oficiales, sino una red social. Espero que las cancillerías estén dialogando para establecer una comunicación que permita hacer frente a un problema innegable. No podemos negar que hay movimientos territoriales que generan inconvenientes reales en la región, como lo que dijo Petro respecto al puerto de Leticia y su acceso al Amazonas, que se ve cada vez más comprometido por el movimiento de la isla Santa Rosa hacia territorio colombiano”, explica Vidarte.
De momento ya han aparecido algunas voces críticas desde Colombia, como el parlamentario Juan Carlos Lozada, quien calificó las afirmaciones de Petro como un “exceso verbal”.
En cuanto al futuro del ‘impasse’ entre Perú y Colombia, Jorge Chávez sostiene que es pronto para saber qué clase de mecanismos seguirá la administración de Petro, pero asegura que las vías de resolución de conflictos están a disposición de los dos países.
“Hay quienes están hablando sobre la posibilidad de que esto vaya a un proceso ante la Corte Internacional de Justicia de la Haya, que es otro mecanismo de resolución pacífico de controversias de naturaleza heterocompositiva, donde un tercero es el que toma la decisión. En la medida en que hay una controversia y perspectivas (de solución) distintas entre el estado peruano y el colombiano el tema se podría llevar a La Haya, aunque Colombia no está muy contenta con la corte porque en los procesos que ha tenido ante Nicaragua no siempre le ha ido bien”, sostiene el experto de la Academia Diplomática.










