¡Buen día, estimado lector! Aún recuerdo el rostro sereno pero apesadumbrado de José Antonio Kast en diciembre del 2021 cuando, en su búnker de campaña, apareció para reconocer la clara victoria de su rival Gabriel Boric en la segunda vuelta presidencial en Chile. Exactamente cuatro años después se ha tomado revancha, y con creces: si aquella vez perdió por casi 12 puntos de distancia, en este 2025 arrolló a la oficialista Jeannette Jara por más de 16 puntos de ventaja. Ahora sí hubo una sonrisa ancha.

Ningún margen para la sorpresa en un país que en las últimas dos décadas ha sido testigo del tránsito del poder de un extremo a otro del espectro político con una -lección valiosísima para naciones como la nuestra, por ejemplo- intachable y admirable actitud democrática, incluyendo el reconocimiento de la derrota y la transición ordenada del mando. No parece que esta vez vaya a ocurrir algo distinto, a tenor del entre el gobernante en ejercicio y el mandatario electo.

Son solo cuatro años de distancia, pero con casi el 60% de adhesión popular, y así lo reflejan los temas prioritarios en campaña. En el 2021, con el grave estallido social de dos años atrás aún fresco, los candidatos se abocaron a discutir con fervor sobre el modelo de país y los derechos sociales. Este año los asuntos más ventilados han sido el aumento de la delincuencia, la percepción de inseguridad y el incremento de la migración irregular. Y el líder conservador del Partido Republicano se movió aquí como pez en el agua.

Es curioso el tema de la inseguridad ciudadana: ya quisieran tener la mayoría de estados del continente las cifras que maneja Chile. Nuestro vecino del sur tiene una tasa de homicidios de 6 por cada 100.000 habitantes (muy lejos del 39, 25 y 21 que que sufren Ecuador, Colombia y Brasil, respectivamente) pero Chile no se compara con el vecindario sino con la cifra de 2,32 que exhibía en el 2015, hace tan solo una década. Es por ello que el 63% de chilenos dice que su mayor temor y preocupación es la violencia.

Los chilenos estarán atentos a ver cómo materializa Kast sus promesas de y de seguridad, cómo hará para reducir la tasa de criminalidad y de qué manera va a lidiar con los más de 330.000 migrantes indocumentados que residen hoy en Chile. En este tema acuciante, el presidente electo ha hablado de blindar la frontera norte, lo cual remite necesariamente al Perú. Como le señalaron dos analistas a este Diario, este anuncio seguirá generando desplazamientos y mayor presión migratoria, así que “sin coordinación regional la situación se tornará inmanejable para todos”.

Esta última elección del 2025 ratifica una tendencia en esta parte del continente: las victorias de la derecha. Las lograron Daniel Noboa, en Ecuador, en el primer semestre (ha empezado un período entero tras completar el mandato trunco de Guillermo Lasso); y Rodrigo Paz, en Bolivia, hace dos meses. El próximo año, además del Perú, habrá comicios en Colombia y Brasil, los dos países que junto con Uruguay quedaron como los únicos en Sudamérica con gobiernos democráticos de izquierda.

¡Hasta el martes que viene!

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