
Este domingo 23 de noviembre se realiza el reto deportivo Inkaman en Chucuito (Puno) que congregará a decenas deportistas procedentes del Perú y varios países de la región y otros más remotos como Alemania y Estados Unidos. Al ser un evento que se realiza a más de 3.800 metros sobre el nivel del mar, se trata de la prueba de triatlón más alta del mundo.
Para Mike Quispe Quea, triatleta medallista y actualmente profesor de educación física, este evento tiene un componente especial: participará en este junto a su hijo Andreé, quien desde hace más de un año se prepara junto a su padre de cara al Inkaman 2025.
Mike ha sido campeón nacional de triatlón y también ha logrado una medalla de oro en el Campeonato Sudamericano Sub-23 años atrás, pero más allá de cualquier presea en su historial, hoy busca que su hijo forje su propio camino en la disciplina. Por lo pronto, el joven Andreé Quispe Yucra ya ha dado sus primeros pasos ganando algunas carreras y tanto él como su padre son la esperanza del Consejo Regional del IPD en Puno de tener un medallista del certamen en casa.
“Soy docente, no soy solamente atleta, es también una pasión mía enseñar. Tengo un motivo muy grande para ello y es mi familia: el deporte lo conozco gracias a mi hermana y fui yo quien motivé a mi hijo”, cuenta Mike Quispe.
“Cualquier papá alguna vez sueña con eso, compartir una pasión con su hijo”, añade.
Esfuerzo y disciplina
Ese amor al deporte transmitido de padre a hijo ha llevado a una organización meticulosa de las agendas de ambos con la finalidad de poder dedicar 25 horas a la semana a su acondicionamiento atlético.
Encontrar esos espacios de tiempo entre los estudios y el trabajo, además de un riguroso control de las finanzas familiares que permita una preparación acorde a las exigencias de eventos de esta escala son desafíos por sí mismos.
“A veces no hay ganas, pero la disciplina tiene que poder más”, señala Mike.
Por lo pronto Chucuito está lista para recibir a los participantes del Inkaman 2025 y espera que los representantes de su región puedan darles una alegría. La organización proyecta un movimiento importante con motivo de la competencia y se espera que suponga un impulso para su economía de cara a la demanda de transporte, alojamiento y consumo en general generados por el evento.









