Edmundo Lizarzaburu

La es un fenómeno complejo que afecta a millones de personas en todo el mundo y el no es la excepción. A pesar de los significativos avances en las últimas décadas, una parte sustancial de la población peruana todavía vive en condiciones de pobreza. En este 2024, se ha evidenciado que la pobreza ha aumentado, llegando a niveles del 30% de la población. Las regiones más afectadas incluyen las áreas rurales de la sierra y la selva, donde el acceso a como , y saneamiento es limitado. Además, la del exacerbó las desigualdades, afectando de manera desproporcionada a los grupos más vulnerables, incluidos los trabajadores informales, las mujeres y las comunidades indígenas.

Las causas potenciales de la pobreza en el Perú son multifacéticas y se encuentran entrelazadas. Algunos de los factores más significativos incluyen desigualdad económica (que perpetúa ciclos de pobreza en ciertas regiones y grupos de la población), una educación deficiente (lo que limita las oportunidades de empleo bien remunerado, perpetuando la pobreza), una salud inadecuada (lo que afecta la productividad y el bienestar general de la población) una infraestructura insuficiente (en , como carreteras, electricidad y, lo que impide el desarrollo económico) y (que es inestable y carece de protección social).

Para abordar la pobreza y buscar reducirla, en consecuencia, se están implementando diversas estrategias y mecanismos. A continuación, detallo algunos de los más relevantes:

1) El ha implementado varios programas sociales, como y , que proporcionan asistencia económica a las familias más pobres y a los ancianos en situación de pobreza extrema. Estos programas buscan aliviar la pobreza inmediata y mejorar el acceso a servicios básicos. Aquí es necesario tener cuidado de no caer en el asistencialismo, ya que este aspecto no genera desarrollo.

2) Mejora en la educación. Incrementar la calidad y el acceso a la educación, especialmente en áreas rurales, es crucial. Programas de becas, infraestructura escolar mejorada y capacitación docente son esenciales para romper el ciclo de pobreza. Esto debe ser una política de a largo plazo.

3) Desarrollo de infraestructura. Inversiones en infraestructura básica y sostenida, como carreteras, electricidad y agua potable, pueden impulsar el desarrollo económico en áreas rurales, mejorando las condiciones de vida y las oportunidades económicas.

4) Fortalecimiento del empleo formal. Promover la formalización del empleo y la creación de puestos de trabajo de calidad es vital. Esto puede incluir incentivos fiscales para las empresas que contraten formalmente y programas de capacitación laboral.

5) Inclusión e inserción financiera. Ampliar el acceso a como y microcréditos, puede ayudar a las personas a invertir en pequeños negocios y a gestionar mejor sus finanzas.

6) Salud pública. Mejorar el acceso a servicios de salud, especialmente en áreas rurales, es medular. Iniciativas como la construcción de centros de salud y programas de vacunación pueden tener un impacto significativo en la reducción de la pobreza.

La reducción de la pobreza en el Perú requiere un enfoque integral que aborde las múltiples causas subyacentes de la pobreza. Los esfuerzos deben centrarse en mejorar la educación, la infraestructura, el acceso a servicios de salud y la formalización del empleo. Además, es fundamental que las políticas públicas sean inclusivas y consideren las necesidades específicas de las poblaciones más vulnerables. Solo a través de un esfuerzo concertado y sostenido será posible reducir significativamente la pobreza y asegurar un futuro más próspero y equitativo para todos los peruanos.

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Edmundo Lizarzaburu es Profesor de la carrera de Administración y Finanzas de la Universidad ESAN