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La tarea de luchar contra la corrupción
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La corrupción es uno de los problemas estratégicos más graves del Perú. Un flagelo que, en palabras de Saúl Peña (2007), daña, deprava, pervierte y propicia una complicidad –consciente y/o inconsciente– en la sociedad, que termina asumiéndola como parte suya. Peña refería a Eigen, quien sostiene que la corrupción es la causa fundamental del subdesarrollo y la pobreza, y añade que esta a su vez es resultado de una pobreza no solo económica, sino también afectiva, educativa y de valores.
Las últimas décadas nos han mostrado vínculos entre el poder, la política y la corrupción a niveles que antes no imaginábamos. El poder, que impone el ansia por lo material como uno de los valores primordiales, usa a la política –ajena a su rol de construcción de bienestar– y atrae el dinero corrupto para incrementarlo, olvidando en el proceso la ética y la moral que deberían guiar el desempeño público. Todo ello está deteriorando nuestra sociedad, llevándola al conflicto destructivo. Contra eso, es indispensable actuar.
Somos los ciudadanos quienes debemos ser actores en la lucha contra la corrupción y reinventar nuestra sociedad. Lograr una ciudadanía que aprecie el valor de la honestidad no es solo tarea de educadores. Con esa reflexión, el empresariado creó hace poco menos de 10 años el Consejo Privado Anticorrupción (CPA), manteniendo como objetivos: fortalecer y premiar la honestidad, educar y construir una actitud crítica y demostrar que la inversión privada honesta genera bienestar al Perú, sumado a promover códigos de ética y la denuncia de hechos flagrantes de corrupción en la empresa.
Lograr una ciudadanía que aprecie el valor de la honestidad implica dejar la actitud pasiva que hace cómplice a la ciudadanía. Es reeducarnos autocríticamente, y la empresa quiere aportar en ello. Hemos definido ser parte de la educación social y diseñado estrategias sobre la base del ejemplo, el pensamiento crítico y la premiación. El ejemplo consiste en dar a conocer y destacar el actuar honesto, que cumple con las leyes y aporta al bienestar. Pocos saben con cuánto contribuyen las empresas a la sostenibilidad del país vía el pago de impuestos a sus ganancias. Ni la educación escolar ni superior, salvo las profesiones vinculadas, enseñan cuánto es el impuesto a la renta o cuánto dinero llega por canon a las poblaciones rurales. Debe conocerse que las empresas contribuyen con el 29% de sus utilidades, y que además de generar empleo, pagan un adicional equivalente al 40% de la remuneración para que ese empleado pueda gozar de servicios de salud, compensación por tiempo de servicios, vacaciones y fondo para su pensión al jubilarse. No se enseña cuánto pagan los ciudadanos por IGV, ni que los trabajadores que ganan casi S/3.000 ya pagan impuesto sobre sus ingresos y quienes perciben sobre S/18.000 pagan el 30% de ellos como impuesto a la renta. Y, sobre todo, que ese dinero que aportan empresas y ciudadanos es la única fuente de ingresos para que el Estado proporcione salud, educación y seguridad, hoy sumamente deficientes por el uso corrupto de esos fondos.
Esta información básica de la contribución de la inversión privada al bienestar no es conocida por la gran mayoría de los ciudadanos. A partir de ello, ¿qué pasa cuando la inversión privada cae por el temor a gobiernos que buscan eliminar la propiedad privada expropiando las empresas o dan normas mal diseñadas que generan sobrecostos a la inversión? Simplemente cae la recaudación, cae el empleo y el país quiebra. Ejemplos: el Perú de los 70 a los 90. Cuba, Venezuela, Bolivia; y todos los que han seguido ese modelo.
Nuestra tarea de lucha contra la corrupción se expresa en educar mostrando los buenos ejemplos de comportamiento honesto, no solo en el empresariado, sino en toda la sociedad. Propiciar la reflexión crítica en las redes sociales y premiar el desarrollo de ensayos de investigación sobre cómo enfrentar la corrupción y sus orígenes, en colegios, universidades y entre los periodistas de los medios de comunicación.
Son retos difíciles, pero indispensables para la sociedad.

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