"Junto con este propósito, Confiep reitera su compromiso con una conducta empresarial responsable que actúa con principios y valores, desarrollados con los más altos estándares de ética, transparencia e integridad, cuidando el medio ambiente y promoviendo desarrollo sostenible" (Ilustración: Giovanni Tazza).
"Junto con este propósito, Confiep reitera su compromiso con una conducta empresarial responsable que actúa con principios y valores, desarrollados con los más altos estándares de ética, transparencia e integridad, cuidando el medio ambiente y promoviendo desarrollo sostenible" (Ilustración: Giovanni Tazza).
Óscar  Caipo

Asumí la presidencia del Consejo Directivo de la Confiep un mes antes de la primera vuelta electoral. Conscientes de la necesidad de cambio, iniciamos un ejercicio de escucha muy abierto, recogiendo las percepciones y expectativas de todos nuestros grupos de interés, así como un proceso de reflexión profundo sobre nuestro rol en la sociedad.

A las pocas semanas, participé del XIII Encuentro Empresarial Iberoamericano. Ahí, representantes de gremios empresariales y jefes de Estado de otros países destacaban lo esencial que es la colaboración público-privada para luchar contra la pandemia y recuperar sus economías, destacando cómo la crea empleo y trae innovación, generando desarrollo y bienestar. Y yo pensaba: ¿por qué en el Perú no ha sido así? Más allá de la extraordinaria solidaridad empresarial, esta colaboración durante la pandemia ha sido muy limitada, aunque ha mejorado con el gobierno del presidente Francisco Sagasti.

Es evidente que vivimos una crisis de valores y de falta de confianza. Proliferan las posiciones polarizadas entre actores clave, comunicándonos por redes sociales o a través de los medios. ¿En qué momento dejamos de construir relaciones de confianza basadas en diálogo y respeto? Diálogo abierto, honesto, empático y que tenga como objetivo identificar las coincidencias para ir avanzando sobre ellas, construir confianza y avanzar poco a poco en resolver los principales desafíos que enfrentamos: acceso a salud de calidad para todos, erradicar la anemia infantil, contar con una educación de calidad, asegurar el tránsito a la formalidad y la protección social para todos.

La envergadura de estos retos demanda de la , conformada por 22 gremios que representan a 10 sectores económicos, un rol más amplio, que parta de generar confianza para poder aumentar el impacto positivo en el país y nuestra gente. Por ello, nos hemos planteado el siguiente propósito: poniendo al Perú primero y a las personas al centro, articulamos con el Estado y la sociedad para generar desarrollo y bienestar. Así contribuiremos con el país y la sociedad, promoviendo crecimiento económico inclusivo. También con los trabajadores, creando más puestos de trabajo formal y digno, y fortaleciendo nuestras relaciones. Y con nuestros gremios y sus empresas asociadas, articulando con el Estado y la sociedad para contribuir con el desarrollo del país.

Para fortalecer estos estándares, hemos iniciado un programa –con la asistencia técnica del BID– que contempla elevar la actuación de la Confiep y sus gremios basados en estándares internacionales (OCDE, Naciones Unidas, entre otros) en temas tales como: anticorrupción, gestión de conflictos de intereses, libre competencia, protección medioambiental y transparencia, entre otros.

En el bicentenario estamos viviendo nuestro momento más difícil. La corrupción y la falta de institucionalidad no han permitido aprovechar el crecimiento económico de los últimos 30 años y dirigir las prioridades para atender las necesidades de servicios básicos para los más vulnerables, trayendo desarrollo y bienestar.

Nos encontramos en la fase final de un proceso electoral polarizado y muy ajustado, que pone como discusión central al modelo de desarrollo que nos permitirá retomar el crecimiento y desarrollo social. Cuando se anuncie el resultado final, el Acuerdo Nacional puede jugar un rol importante para la búsqueda de consensos para la gobernabilidad. Solo unidos y dialogando podremos trabajar juntos para salir adelante.

El bicentenario también nos recuerda que el sector empresarial –el emprendedor, las micro, la pequeña, la mediana y la gran empresa– ha sido un actor relevante de la historia republicana del Perú. Estamos aquí, listos para responder a la altura de las circunstancias y de las expectativas de la sociedad para enfrentar este gran desafío.

Somos conscientes que no existen empresas exitosas en países con sociedades que no son prósperas. Tampoco existen países con sociedades prósperas sin un sector empresarial exitoso. Para generar empleo y crecimiento se requiere inversión. Y para incentivar la inversión se requiere un clima de estabilidad y confianza.

Nuestro compromiso es con el Perú y nuestra gente. Por eso seguiremos fieles a los principios fundacionales de la Confiep: promoviendo y defendiendo los principios de la empresa y la propiedad privada, las libertades económicas e individuales, la institucionalidad, el estado de derecho y la democracia como el mejor medio para el progreso de nuestro país y nuestras familias.

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