Alejandra Costa

La reforma del sistema de pensiones promulgada por el Ejecutivo podría no sobrevivir mucho tiempo intacta, a juzgar por las iniciativas que presentó este miércoles el congresista de Podemos Perú, José Luna, para retroceder en algunos de sus puntos más neurálgicos. Hay que decir que era bastante sorprendente que este Congreso, el mismo que había aprobado el sexto y el séptimo retiro de los fondos de pensiones, hubiera apoyado la reforma tal y como se había planteado.

Las dudas se centraban en que, si bien el texto incluía medidas que los afiliados y las AFP aplaudieron al unísono porque destinan recursos públicos para incrementar las pensiones –como la pensión mínima y el aporte por consumo–, también ordenaba cambios que ya habían generado rechazo entre los afiliados, como el inicio del fin del retiro del 95,5% y los descuentos a los trabajadores independientes para su fondo de pensiones.

Al final, el Parlamento se contentó con realizar algunos cambios, como permitir el acceso a la pensión mínima a aquellos que hubieran realizado retiros de sus fondos antes de la vigencia de este dispositivo, y le dio luz verde a una reforma que, salvando el real riesgo de que su costo fiscal sea mucho mayor al que el Ministerio de Economía y Finanzas parece calcular hoy, es netamente positiva.

Pero lo que olvidaban quienes cantaban victoria tras la promulgación de la Ley 32123 este martes –incluyendo a las AFP– es que no hay muchas herramientas para evitar que el Congreso, ya sea pasado mañana o en tres años, deshaga lo poco que esta norma permite avanzar en el camino de crear un sistema de pensiones funcional.

¿Los que tienen menos de 40 años hoy ya no podrán retirar el 95,5% al jubilarse? Uno de los proyectos de Luna intenta derogar las disposiciones que lo impiden. ¿Se fija en 55 años la edad para que hombres y mujeres se jubilen anticipadamente? Su segunda iniciativa propone reducir esa edad a 50 años, yendo en el camino opuesto. ¿La ley impide que se aprueben futuros retiros de los fondos? No es difícil imaginar un futuro proyecto que justifique otro retiro “extraordinario” y determine, además, que este no bloquea el acceso a la pensión mínima.

Al final, la reforma –que entrará en vigencia luego de que se publique el reglamento, como máximo, el 18 de junio del 2025– solo tendrá éxito si se logra que los peruanos empiecen a confiar en que el sistema privado de pensiones está a su servicio y que amerita ser defendido y fortalecido, y no desaparecido, como sueñan algunos. Y para eso falta mucho.


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Alejandra Costa es Curadora de Economía de Comité