Mario Saldaña

Es la denominación que se le da a la sumatoria o combinación de diversos factores o escenarios de riesgo que dan lugar a una catástrofe.

En eso pensaba el domingo pasado cuando ocurrió el cortocircuito en el cableado eléctrico de la pista del , con el enorme impacto que ha traído en los últimos días y horas, y que no voy a repetir.

A esto se agrega la información que publicó el martes El Comercio sobre por qué motivos, ante la emergencia, no se pudo usar la segunda pista ya habilitada –el kafkiano relato de los vidrios de la torre de control de esta, cuya responsabilidad sobre su no operatividad se la endilgan, cual niños en un nido, todos los involucrados: DGAC, y –. De verdad, si no fuera porque se trata de un tema de extrema gravedad y de seguridad pública, el relato parecería extraído de un ‘sketch’ de “Los tres chiflados”.

Sumo también el drama ocurrido en el 2022 entre el avión de Latam y el carro de bomberos que ingresó a un simulacro en la pista sin ser advertido por la torre de control, manejada por somnolientos controladores de Córpac, que causó la pérdida de tres vidas.

Y, cual ‘flashback’, viene a mi memoria el 2007. Ese año, a propósito de la obligación estipulada en el contrato de concesión de LAP de entregar la segunda pista del Jorge Chávez en el 2011, se mencionaba la incapacidad del Estado para expropiar los terrenos aledaños por problemas legales/sociales (tan habituales en la construcción de obras públicas). Obvio, sin terrenos entregados al concesionario, no había manera de ejecutar la obra, mientras las adendas al contrato se sucedían una tras otra.

Ese año, un programa de televisión abierta propaló un informe, vía una animación en 3D, con la ayuda en expertos de aeronáutica civil y pilotos, sobre lo que ocurriría con el Jorge Chávez poniéndose solamente en el supuesto de la avería de un AirBus en medio de la única pista de aterrizaje. Ese video adelantó con lujo de detalles y precisión lo que acabó ocurriendo el último domingo.

Sí, una tormenta perfecta. Pero, detrás de la misma, hay múltiples factores que van mucho más allá del sector aeronáutico peruano: disfuncionalidad del Estado, desidia, improvisación, falta de planeamiento y previsión, mediocridad, incapacidad, ineptitud, burocratismo extremo e indolencia. Agregue usted la palabra que quiera y el rubro que mejor le parezca.


*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Mario Saldaña C. es Periodista

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